El abono de transporte público en la Comunidad de Madrid ha cumplido en 2022 nueve años con el precio congelado. En este periodo, la vida se ha encarecido un 10,6% en la región, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un repunte de los costes que se ha notado especialmente en los últimos tiempos, ya que el IPC cerró 2021 en el 6,5%. 

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La política de mantenimiento de precios que viene aplicando el Consorcio Regional de Transportes ha conseguido que el transporte público haya esquivado este repunte de los precios y ha situado a los usuarios de las zonas tarifarias B2 y B3 como los más beneficiados. Son los que más dinero se están ahorrando: entre 7,60 y 8,60 euros al mes.

De 2012 a 2013, el Consorcio Regional de Transportes encareció las tarifas un 4,57% y, desde entonces, no las ha vuelto a tocar. En 2013, el abono de la zona B2 para un adulto ya costaba 72 euros. De haberse aplicado la subida del 10,6%, ese abono tendría que costar ahora 79,6 al mes, mientras que de haberse actualizado las tarifas con el IPC de 2021 estaría 4,70 euros más caro. 

Lo mismo sucede con los titulares de un abono B3: pagan 82 euros y podría estar rozando los 80 (79,60 euros). En la zona A, que tiene en torno a 2,1 millones de usuarios, el ahorro es menor, pero también supera los cinco euros al mes. En 2013, la tarifa de esta zona ya era de 54,60 euros, el mismo importe que el 1 de enero de 2022. La aplicación de la actualización implicaría que el precio a partir de este año debería ascender a 60,20 euros, pero no ha sido así. 

"No trasladar a las tarifas del transporte público el IPC anual correspondiente ha permitido a los usuarios un ahorro cercano a los 165 millones: 94,7 millones de 2013 hasta 2021 y en 2022 el ahorro ascenderá a unos 69,7 millones, ya que el IPC se situaba en el 6,5%”, asegura el consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, David Pérez.

Bajadas más acusadas para jóvenes y mayores

La congelación de precios no ha sido el único extremo que ha favorecido la economía de los usuarios del transporte público. Los menores de 26 años y los mayores de 65 tienen unas tarifas especiales aprobadas en los últimos años que hacen aún más notorio el ahorro. Los primeros tienen una tarifa de 20 euros y los segundos, después de dos bajadas consecutivas anuales de tres euros, pagan por su tarjeta mensual 3,30 euros. En los planes del Gobierno regional está que los jubilados no paguen nada por este servicio en 2023. 

Otro mecanismo que ha disminuido los premios ha sido la unificación de tarifas de las zonas B3, C1 y C2, que empezó a aplicarse este año. Los viajeros de la corona tarifaria han pasado de pagar casi 100 euros al mes a 82.