Jorge Blass, 2 mayo de 1980, Madrid. Entrar en el estudio de Jorge Blass es como entrar en la Blasscueva, como él lo llama. Libros, pósters de Houdini, macetas suspendidas en el aire o cuadros que se iluminan solos, aquí es donde sucede la magia, nunca mejor dicho.

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El próximo 10 de febrero arranca la XII edición del Festival de Magia en el Circo Price, cuyo artífice es él. Una cita indispensable con los magos y magas más importantes del mundo. Porque Blass asegura que “se necesitan más magas, hay muy pocas, aunque cada vez más”. Este año precisamente ha invitado a actuar a su último gran descubrimiento, Imagic, una joven cordobesa que se ha hecho famosa en Tik Tok con sus trucos, y que parece, será la gran revelación. Y es que para que haya más mujeres magas dice “hacen falta referentes, para mí lo fueron Tamariz y Pepe Carrol”. Y desde niño quiso ser cómo ellos, empezó con las cartas y acabó a los 15 años teniendo en el salón “una jaula con palomas, una máquina de cortar… y todo, en una casa muy pequeña”. A pesar de lo peculiar, tuvo la suerte de que sus padres le apoyaron y hoy es un referente de la magia actual en el mundo, que tiene que ver más con la tecnología y la neurociencia, que con los animales.

Pero la magia también existe fuera de su escenario, en las pequeñas cosas de la vida, en un viaje, leer o en una comida, porque le encanta comer, aunque cocinar no tanto “es que yo soy de hacer desaparecer las cosas, en el plato también”. Y hablando de desaparecer, si pudiera hacer desaparecer… “haría desaparecer a los políticos corruptos o al mismo Trump”, y yo la verdad es que le he animado a ponerse manos a la obra.