Lo que 'esconde' una etiqueta: ¿por qué se llama 'verde' a la nuclear? ¿a quién beneficia... y por qué se opone España?

Von der Leyen y Macron, en París.
Von der Leyen y Macron, en París.
EFE
Von der Leyen y Macron, en París.

Los debates en la Unión Europea suelen ser densos, largos y con muchas aristas. Y el energético no es una excepción. Se da la coincidencia además que la cuestión sobre la energía nuclear y el gas choca en el tiempo con la crisis ucraniana, en la que el elemento gasístico es fundamental dada la dependencia europea de Rusia. En todo caso, la Comisión Europea ha publicado este miércoles su propuesta para calificar la nuclear y el gas como energías "verdes", limpias y de transición hacia las renovables. Pero quedan algunas dudas:

¿Qué es la taxonomía?

La taxonomía se refiere a la lista de inversiones que se pueden hacer por parte de las empresas privadas y de los Estados miembros. En este sentido, incluir el gas y la nuclear dentro de ese listado abre la puerta precisamente a las inversiones. Hay que tener en cuenta que el Pacto Verde Europeo obliga a los países a invertir en reformas ecológicas "por lo menos el 37%" de la financiación que reciben del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de 672.500 millones de euros. La meta es guiar a los inversores hacia vías "sostenibles".

¿Qué propone la Comisión Europea?

La Comisión ha concluido que "hay un papel para las inversiones en gas y nuclear en la transición energética" aunque solo durante un período limitado y en determinadas condiciones. De esta manera, el Ejecutivo introduce límites, de tal forma que se consideren sostenibles las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil. El Ejecutivo comunitario deja claro que no se trata de una "obligación" sino de una "posibilidad" para invertir.

¿Te parece bien que la Comisión Europea considere la energía nuclear como "verde"?

¿Considera "verdes" la energía nuclear y el gas?

No estrictamente hablando. Desde la Comisión Europea confirman a 20minutos que el objetivo es que la nuclear y el gas sean "fuentes de energía de transición" para posteriormente intensificar el uso de renovables. "Tenemos que abandonar lo más rápidamente posible fuentes de energía altas en emisiones de carbono, como el carbón. Durante esta transición, esto podría significar aceptar soluciones imperfectas", sostuvo a este respecto en rueda de prensa la comisaria de Servicios Financieros, Mariead McGuiness. Simplificando el plan: la energía nuclear y el gas se sitúan en un punto intermedio entre las opciones más contaminantes, como el carbón, y las que son consideradas cien por cien renovables.

¿Qué implicaría esta clasificación?

Nada nuevo a nivel energético, pero sí en materia de inversiones. "La taxonomía no es un instrumento de política energética, cada Estado sigue siendo libre de elegir su mix energético", insistió la comisaria. Precisamente por ahí pasan las supuestas ventajas de la propuesta de la Comisión, dado que las inversiones consideradas sostenibles tendrán mejor acogida a corto y medio plazo, con todas las consecuencias indirectas que además traerían. Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, apuesta por la construcción de pequeños reactores nucleares y el país es una referencia en la industria nuclear, por lo que podría surtir de materiales a otros Estados miembros. Es un sector clave en la economía gala.

"El objetivo es facilitar las inversiones tanto privadas como públicas, pero eso no implica que vayamos a construir por toda Europa centrales nucleares, sino que se va a facilitar la inversión cuando alguien apueste por estas vías, también a través de deducciones fiscales", explica a 20minutos Isabel Valverde, consultora de energía en Kreab.

¿Por qué España se opone?

El Gobierno español afronta el debate, en cambio, desde el punto de vista energético. "Europa no puede dar pasos atrás calificando de energía verde lo que no es", sostuvo Pedro Sánchez el pasado mes de enero. Una línea también marcada por la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera: "Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles". España considera que se manda un "mensaje erróneo" con esta clasificación, si bien es cierto que no es un Estado miembro altamente dependiente de la energía nuclear ni del gas.

Valverde añade que el debate "depende mucho de la posición de cada país. España por ejemplo está muy avanzada en renovables y quizás no tenga mucho sentido abrir nuevos reactores nucleares", sostiene. Pero no todos los Estados miembros están en esa situación. Alemania "tiene una alta dependencia del carbón, pero es cierto que para ellos tiene sentido que esa energía de transición sea el gas y no el carbón". En Francia, en cambio, "sí hay una tradición nuclear vastísima". Y es que la nuclear todavía alcanza casi el 27% de la generación de electricidad en la Unión Europea y en Francia llega casi al 80%, mientras que el gas es una opción recurrente en otros países como Italia o Portugal.

En España se encuentran en funcionamiento cinco centrales nucleares, situadas en cinco emplazamientos, dos de las cuales disponen de dos reactores cada una (Almaraz y Ascó), por lo que suman siete reactores de agua ligera, con una potencia eléctrica instalada de 7.398,77 megavatios. Además, el sector genera 28.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Eso sí, hay un calendario para el cierre: todas dejarán de funcionar, según lo previsto, entre 2027 y 2035. Es decir, en el mejor de los casos a la energía nuclear en España le quedan 13 años y solo cinco si se acelera el proceso. Con todo, ahora mismo más del 20% de la electricidad que se consume en España proviene de las centrales nucleares, según las estadísticas de Red Eléctrica de España.

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