Las autonomías, ante la primera ola: "Que los respiradores roten, que vayan a donde se necesiten"

Actas de la pandemia (III)
Actas de la pandemia (III)
CARLOS GÁMEZ
Actas de la pandemia (III)

"Residencias, material y respiradores". El 18 de marzo, cuatro días después de confinar a la población, el consejero de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández, resumía con estas tres palabras cuáles eran "los mismos problemas" que, una a una, iban manifestando las comunidades al Gobierno central. Eso llevó a plantear por parte de algunas autonomías que se podía "establecer un sistema de rotación del material", como los respiradores, y que éstos podían enviarse "allí donde" se necesitaran. Y, efectivamente, así se hizo.

Estos planteamientos tuvieron lugar en dos reuniones en plena primera ola de la pandemia, con los contagios "disparados" y la Covid colapsando ya los hospitales de todas las comunidades, que acusaban la misma carestía de material que hacía que se lanzaran por su cuenta a intentar hacer compras, ante los mensajes contradictorios del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por una parte, subrayaba la "ventaja de tener capacidad de negociación o influencia a nivel país", pero por otro daba luz verde a las comunidades para que intentaran comprar por su cuenta.

Así figura en las actas de los Consejos Interterritoriales de Sanidad del 16 y 18 de marzo de 2020, que forman parte de los 116 documentos a los que ha tenido acceso 20minutos a través del Portal de Transparencia.

"La pandemia crece en nuestro país a un ritmo de un 20-25% de nuevos casos diarios", dijo el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, a los consejeros el 16 de marzo, al tiempo que añadía que esperaba que "las dos próximas semanas" fueran "muy complicadas". El Gobierno seguía buscando material sanitario y de protección para comprar e Illa recalcaba que los respiradores podían "ser un posible punto crítico en función de cómo evolucione la pandemia".

Como no se tardó en comprobar, la insuficiencia de respiradores para intubar a los pacientes en UCI que crecían día a día fue una de las situaciones más angustiosas de la pandemia y los consejeros buscaban ideas para intentar dar abasto, más allá de "medicalizar" hoteles y residencias.

"En relación con los respiradores, se podría establecer un sistema de rotación del material entre las comunidades autónomas, que vayan allí donde se necesiten", proponía el 18 de marzo la consejera de La Rioja, Sara Alba.

"Se han planteado algunas medidas, como centralizar todos los pacientes en un hospital", planteaba en esa misma reunión la entonces consejera canaria, Teresa Cruz. 

Días después se vio que las comunidades autónomas colaboraron para intercambiar material y enviarlo donde más se necesitara. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid anunció el 25 de marzo que Galicia, Extremadura y Andalucía harían un "préstamo temporal" de respiradores para permitir activar nuevas unidades de cuidados intensivos.

Habilitar más UCI

Eran alternativas para afrontar una situación que la entonces consellera catalana, Alba Vergés, pintaba muy negra En su comunidad, decía, "el aumento [de contagios] es real y acelerado, por lo que no contempla otro escenario que el de rebajar la vida social y el confinamiento de la población" que había empezado hace cuatro días. "En otro caso, considera que será imposible absorber desde el sistema sanitario, por mucho que se aumente la capacidad de los equipos, de las UCI, aun contando con el sector privado", que para entonces ya había sido puesto también bajo la batuta del mando único bajo el Gobierno central en este primer estado de alarma.

Por ejemplo, en el Consejo del 16 de marzo, el consejero madrileño, Enrique Ruiz Escudero, abría la ronda de intervenciones de las comunidades para exponer que "la situación en Madrid es más compleja" y que "los puntos críticos se encuentran en las UCIs, que están por encima de los 300 pacientes". Como el resto de comunidades, Madrid estaba "dimensionando las camas UCI", "transformando el resto de espacios para convertirlos en unidades de cuidados intensivos con el objetivo de alcanzar 1.000 camas sumando las públicas y las privadas".

Conseguir material

Esta necesidad de habilitar más UCI chocaba con la realidad de que no había respiradores suficientes, que se sumaba a los artículos sanitarios y de protección que seguían faltando en España en aquella primera ola. En los consejos interterritoriales de mitad de marzo, el ministro reiteraba que el Gobierno estaba haciendo "enormes esfuerzos para conseguir material", pedía "confianza" en sus gestiones a los consejeros y pero también les daba vía libre para que intentaran comprar por su cuenta. Mientras, informaba de que se estaba procurando "aumentar la capacidad productiva en España", "reordenando sectores "para que, por ejemplo, el sector de la cosmética se pusiera a producir geles hidroalcólicos.

"El secretario general de Sanidad pide recuperar el clima de confianza y despeja toda duda respecto al reparto del material disponible, que se efectúa en base a la equidad y solidaridad más estrictas", refleja el acta del 18 de marzo. "Afirma que las comunidades pueden tratar de comprar por cuenta propia", les dice Faustino Blanco el 18 de marzo.

Dos días antes, el 16 de marzo, Illa se había mostrado "plenamente consciente del problema y el resto del mundo está requiriendo el material y por eso es difícil de adquirir".

Además de respiradores, faltaban mascarillas y reactivos e hisopos para hacer pruebas PCR, que ante la avalancha de contagios numerosos consejeros comentaban que ya solo las hacían a los enfermos más graves, los que llegaban al hospital, para perjuicio de los datos en la primera ola, en la que nunca se sabrá cuánta gente se contagió realmente. Las comunidades se lanzaron a buscar en el mercado internacional -para entonces convertido en un bazar turco- batas o gafas para el personal sanitario.

La entonces consejera de Aragón, Pilar Ventura, explicaba que estaban "buscando contactos con empresas que puedan fabricar y proporcionar material". El de Castilla-La Macha apuntaba que habían "establecido contacto con algunas empresas pero ha resultado una mala experiencia".

Castilla y León había logrado "algunos recursos, EPIs y mascarillas, tras un llamamiento a la ciudadanía". El de Murcia informaba que hay empresas que están "realizando donaciones" -"salvo de EPIs-, que "ponen a disposición de todo el Sistema Nacional de Sanidad".

Tras la avalancha de peticiones de material, de ideas para compartirlo y de intentos más o menos infructuosos para comprarlo, el 16 de marzo Illa cerraba la ronda de intervenciones "destacando que tiene claras las prioridades y urgencias en EPIs" y reiteraba que estaban "trabajando en ello" y esperaba "solucionarlo a la mayor brevedad".

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