"Vamos a por la tortillera": piden cárcel a una mujer por fingir acoso laboral por su orientación y escribir un correo falso

  • Según denunciaba, le había provocado problemas médicos como ansiedad y depresión.
Un hombre acosando a su compañera de trabajo.
Un hombre acosando a su compañera de trabajo.
GTRES
Un hombre acosando a su compañera de trabajo.

La Fiscalía pide en sus conclusiones provisionales 2 años y 11 meses de prisión para una empleada de un bufete de abogados a quien acusa de haberse inventado sufrir acoso laboral por su orientación sexual para obtener cantidades económicas por los supuestos perjuicios causados. La mujer se sentará el martes próximo en el banquillo en la Audiencia Provincial de Madrid acusada de un delito de estafa procesal y otro de coacciones.

El escrito de acusación del fiscal relata que G.E.F. comenzó a trabajar en dicho bufete en abril de 2010 como secretaria de la entidad, asociada a una mercantil internacional de asesoramiento legal, fiscal y financiero.

Durante su estancia en el bufete, "a sabiendas de su falsedad", puso en conocimiento de la cabecera extranjera de la que dependía su empresa una situación de acoso laboral y discriminación a causa de su orientación sexual, que decía sufrir desde el año 2014.

Lo hizo a través de un escrito de denuncia que remitió al departamento ético de la mercantil para obligar al bufete a abonar unas cantidades económicas por "daños causados".

En concreto, alegó que estaba sufriendo "ausencia de promociones y de revisiones salariales, no asignación a puestos acordes a su perfil profesional, ni formación ni desarrollo profesional, menosprecio personal y profesional, discriminación y constante maltrato". Todo ello, según denunciaba, le había provocado problemas médicos como ansiedad y depresión.

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Escribió un correo falso

El 11 de julio de 2016 escribió un correo falso, cuyo supuesto emisor era el director del bufete en el que trabajaba, remitido al departamento de recursos humanos de dicha entidad, "y que servía para fundamentar el acoso laboral inventado e ideado por la misma". El correo electrónico decía así: "Ahora que nos hemos follado a M.J.A., vamos a por su amiguita la tortillera, pero que se vaya ella. Hablamos".

Con esta actuación la acusada quería forzar al bufete de abogados a llegar a un acuerdo económico de grandes cuantías "con el objetivo de silenciar y evitar que ese trato discriminatorio y ficticio trascendiera a los medios y a las redes sociales, con el perjuicio que supondría para la reputación de la mercantil", siempre según el relato de la Fiscalía.

En consecuencia, se inició una investigación interna en la empresa que concluyó con un informe en el que se aseguraba que el director del bufete nunca envió tal correo y que, además, las acusaciones de la empleada carecían de fundamento.

Un perito comprobó que ella había enviado el correo

Asimismo, un perito informático comprobó que había sido la procesada quien había enviado dicho correo desde su cuenta corporativa del bufete a su propia cuenta personal, y que después lo falsificó.

El 19 de junio de 2018 la entidad rescindió el contrato de la acusada como consecuencia de estos hechos e interpuso una querella contra ella. Un mes después la procesada interpuso una demanda contra el bufete por despido nulo e improcedente, reclamando una indemnización por importe de 30.000 euros.

La causa se tramitó ante un juzgado de Madrid después de que la acusada, según el escrito del fiscal, "basase su demanda en el acoso ficticio, aportando asimismo el referido correo falso con la única finalidad de inducir a error al juez", pero no logró una resolución favorable.

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