Planes de fin de semana: culminación wagneriana en el Teatro Real y una refrescante comedia de Shakespeare

'El Ocaso de los Dioses' de Wagner desde el patio de butacas del Teatro Real
'El Ocaso de los Dioses' de Wagner desde el patio de butacas del Teatro Real
Javier del Real
'El Ocaso de los Dioses' de Wagner desde el patio de butacas del Teatro Real

Este fin de semana destaco en mis planes una preciosa obra de Shakespeare que llega a Matadero; el final del más grandioso ciclo operístico; una galería que reúne contadas pero apreciables piezas contemporáneas; tres grupos actuales que se presentan en concierto; exquisita música francesa en el Teatro Monumental; y, en último término, Angélica Liddell.

Ópera. 'El Ocaso de los Dioses' de Wagner en el Teatro Real

Pablo Heras-Casado saluda tras el estreno de 'El Ocaso de los Dioses'
Pablo Heras-Casado saluda tras el estreno de 'El Ocaso de los Dioses'
Adolfo Ortega

El Teatro Real ha culminado uno de los grandes proyectos que llevaba muchos años persiguiendo: la representación completa de la tetralogía de El anillo del Nibelungo, de Richard Wagner (1813-1883), proyecto que ha ido avanzando con una ópera cada temporada, hasta llegar al estreno esta semana de la cuarta y última parte, El Ocaso de los Dioses. Estará en cartel hasta el 27 de febrero. El director musical del ciclo ha sido Pablo Heras-Casado, mientras que la puesta en escena ha recaído en el afamado Robert Carsen.

Segundo acto de 'El Ocaso de los Dioses' en la propuesta de Robert Carsen
Segundo acto de 'El Ocaso de los Dioses' en la propuesta de Robert Carsen
Javier del Real

El Ocaso de los Dioses, fue, curiosamente, la primera de las cuatro óperas que forman El anillo en ser concebida por el compositor. En ella asistimos a la trágica muerte de Sigfrido, al sacrificio de Brunilda, al fin de la tiranía de los dioses y a la destrucción del Valhalla. El destino, la maldición del anillo y la ambición de los dioses conducen a los protagonistas a un final irreversible en el que, en contraposición, reside una brizna de esperanza al volver el anillo a las hijas del Rhin y restablecer el orden natural.

La interpretación de esta colosal partitura requiere emplear un total de 115 músicos en la orquesta, algunos de ellos ubicados en ocho palcos a ambos lados del escenario para mantener la debida distancia de seguridad sanitaria. Esto produce un efecto espectacular en algunos momentos de la obra, ya que buena parte de la sección de metales (trombones, tubas y trompetas) ocupan cuatro palcos de platea, pero también provoca cierto desequilibrio en la escucha, puesto que el brillante sonido de estos instrumentos enmascara un tanto al resto de la orquesta ubicada en el foso, así como a los propios cantantes solistas.

El primer acto contiene un prólogo en que se simboliza el tiempo pasado, presente y futuro en una especie de almacén de muebles antiguos, donde se entrelazan los enseres con multitud de cuerdas. Tras ello regresamos al escenario de Siegfried, la ópera anterior, donde Brunilda y Sigfrido siguen retozando en lo que parece un campo de batalla, antes de la partida del héroe. Tras casi dos horas llega el segundo acto, que supone un gran impulso a la función con la presencia imponente del coro masculino, y se resuelve con brillantez por el director escénico Robert Carsen, empleando más recursos de iluminación.

Andreas Schager, magnífico Siegfried en la producción del Teatro Real
Andreas Schager, magnífico Siegfried en la producción del Teatro Real
Javier del Real

En estas páginas se lució la Orquesta del Teatro Real, que cada día nos hace sentir más orgullosos de su prestación. Pablo Heras-Casado dirige con brío esta partitura, y acelera el tempo para acortar las casi cinco horas y media que dura este espectáculo, auténtica apoteosis wagneriana. El gran triunfador en el estreno fue el tenor Andreas Schager, que interpretó un Siegfried de mucha altura, potente y con un bello color vocal. Convincente en su labor actoral, derrochando fuerza y aplicando buen gusto.

El tercer y último acto contiene una de las músicas más impresionantes nunca compuestas para una ópera, la Marcha fúnebre tras la muerte de Sigfrido, una expresión transformadora con una estructura tonal que va más allá de los límites formales de la música, asociada a una profunda reflexión filosófica, llegando finalmente a la redención del mundo tras la inmolación de Brunilda, que se pierde al fondo del escenario bajo una fina lluvia.

Arte contemporáneo. Olafur Eliasson en la Galería Elvira González

'The missing left brain' proyección dinámica de Olafur Eliasson
'The missing left brain' proyección dinámica de Olafur Eliasson
Adolfo Ortega

La Galería Elvira González muestra en sus salas la cuarta exposición individual del artista Olafur Eliasson, titulada Navegación Situada. El trabajo denota la atracción por los instrumentos de navegación y la ciencia, y se presenta en forma de acuarelas, brújulas colgantes, una proyección y una instalación de vidrio y madera de derribo.

Exposición de Olafur Eliasson en Madrid
Exposición de Olafur Eliasson en Madrid
Adolfo Ortega

En primer término encontramos una instalación de vidrio en diferentes láminas sobre madera, Lava residue, (2021). Según se afirma en las notas de la exposición, las maderas han viajado desde Siberia hasta las costas de Islandia, arrastradas por las corrientes marinas -lo cual no deja de producirme asombro por la capacidad de rastreo de estos troncos. La superposición de las láminas muestra efectos de transparencia y una rica gama de colores resultante. Coexiste en la misma sala con la serie de brújulas Compass travellers (2022), de la que tenemos una muestra aquí abajo.

Brújula de Olafur Eliasson en 'Compass Travellers' (2022)
Brújula de Olafur Eliasson en 'Compass Travellers' (2022)
Adolfo Ortega

La proyección que puede verse en otro recinto responde a la fascinación de Eliasson por los dispositivos ópticos y su experimentación con ellos. El espíritu de procedimiento científico es una de las posibles aproximaciones a esta parte de la exposición. Dos prismas contiguos que van variando su inclinación levemente generan una doble refracción de la luz que descompone el espectro y genera bellas figuras como la de la fotografía de apertura. Se ha dispuesto un espejo en la pared y una pantalla semicircular, para obtener una imagen especular que se transforma continuamente. Las figuras que van creándose son fascinantes y además queda a la vista el ingenio empleado para su obtención.

Acuarelas de Olafur Eliasson en la Galería Elvira González
Acuarelas de Olafur Eliasson en la Galería Elvira González
Adolfo Ortega

Seis acuarelas de gran tamaño se distribuyen en la tercera sala, donde se vislumbran círculos en que apenas se diferencian tenues colores en porciones. Sospecho que estas obras puedan basarse en el experimento del Disco de Newton, donde al girar una representación de los colores básicos como una peonza, se obtiene un color blanco, demostrando que la luz blanca se compone de todos los espectros sumados. Nuevamente, los conceptos de óptica están en la base de estas fascinantes creaciones experimentales de Eliasson. Por si alguien quiere hacer unas manualidades, aquí dejo un video:

Desde mediados de 1990, Eliasson ha realizado numerosas e importantes exposiciones en museos e instituciones destacadas. En 2003 Eliasson representó a Dinamarca en la 50ª Bienal de Venecia con The Blind Pavilion. Ese mismo año instaló The Weather Project en la Turbine Hall de la Tate Modern en Londres. Posteriormente realizó Take Your Time: Olafur Eliasson, una exposición organizada por el SFMOMA en 2007 y que viajó hasta 2010 a varios lugares, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Nueva York

Teatro. 'Noche de Reyes' de William Shakespeare en Matadero

'Noche de Reyes' se representa en Las Naves del Español en Matadero
'Noche de Reyes' se representa en Las Naves del Español en Matadero
José Alberto Puertas

Una comedia de William Shakespeare parecería incompatible con un ambiente de playa, pero eso es lo que está muy presente en Noche de Reyes, el nuevo montaje de Helena Pimenta, una coproducción de Ur Teatro con el Teatro Español que se representa en las Naves de Matadero hasta el 6 de marzo. La directora lleva acometiendo obras del autor inglés desde 1986 con su compañía Ur Teatro, que tantos buenos títulos nos ha deparado a lo largo de todos estos años.

La acción se sitúa en Iliria, un lugar un tanto inverosímil donde el tiempo parece haberse detenido al borde de una playa. El mar trae a Viola, que se ha salvado de la muerte en un terrible naufragio donde cree haber perdido a su hermano gemelo, Sebastián. Viola se hace pasar por un hombre y entra al servicio del Duque Orsino, al que ama sin ser correspondida. Sin embargo, éste está enamorado de la condesa Olivia, una dama enlutada que, habiendo perdido a su padre y su hermano, nada quiere saber de amoríos... hasta que se encuentra con Viola disfrazada de hombre y cae seducida. A partir de ahí, amores imposibles y enredos varios están servidos.

Patxi Pérez, Victoria Salvador y José Tomé en 'Noche de Reyes'
Patxi Pérez, Victoria Salvador y José Tomé en 'Noche de Reyes'
José Alberto Puertas

Siempre es una delicia reencontrarse con una comedia de Shakespeare, tan inteligente y juguetona como la que nos llega en este montaje, pero aún lo es más cuando en la dirección se encuentra Helena Pimenta, que con unos limitados elementos escénicos logra insuflar toda la vida, la auténtica vida que esta composición encierra en su interior. Un juego de identidades disfrazadas, tan propio de nuestro teatro del Siglo de Oro, da pie a unos enredos amorosos cruzados sobre los que se sustenta la trama. Alrededor de esa malla sobreviven personajes marginales, que apenas encuentran su ubicación en el entorno, o que anhelan algo inalcanzable sin perder la sonrisa o el espíritu burlón, buscando cobijo en cualquier rincón donde poder cantar, bailar y beber, siempre dignamente conscientes de sus flaquezas y limitaciones. Subrayada sutilmente por apuntes musicales bien seleccionados, encontrando siempre el recurso escénico adecuado e imaginativo para transmitir lo que se pretende, la función camina con sencillez, luciendo la expresión de Shakespeare en todo su esplendor humano.

En palabras de Álvaro Tato, autor de la versión que vemos en escena: Noche de reyes es tiempo de fiesta, una celebración pagana, delirante, divertida y dolorosa del deseo y sus laberintos. Una comedia inolvidable en la que los enredos se entrecruzan como pecios de un naufragio. Puro artefacto teatral sostenido por una red de juegos de palabras que hemos intentado verter en nuestro idioma sin traicionar su agudeza”,

El reparto de 'Noche de Reyes' saludando al término de la representación
El reparto de 'Noche de Reyes' saludando al término de la representación
Adolfo Ortega

Merecido es destacar a todos y cada uno de los actores que están presentes en este montaje ejemplar, sobre todo cuando posee un carácter coral que siempre llamó la atención de los estudiosos de esta obra: Haizea Baiges, encantadora en su inocencia; Carmen del Valle poniendo la justa pasión a Olivia; José Tomé y Patxi Pérez forman una pareja de pillos admirable, urdiendo uno de los duelos a espada más divertidos; Rafa Castejón siempre perfecto, justo gesto; Sacha Tomé, bien en el papel más breve; Victoria Salvador, estupenda urdiendo con su escoba y David Soto Giganto, brillante en un papel de puro Shakespeare, toda una revelación. Permanecerá en cartel hasta el 6 de marzo y no deben perdérsela.

Música clásica. 'El Mar' de Claude Debussy por la Orquesta de RTVE

'La Gran ola de Kanagawa' estampa japonesa
'La Gran ola de Kanagawa' estampa japonesa
Library of Congress

La Orquesta Sinfónica y Coro RTVE mantiene esta temporada un par de ejes temáticos que sirven como inspiración o etiqueta para la selección de obras: Ecos de la Belle Époque y Planeta Tierra. En esta ocasión, el viernes 28 en el Teatro Monumental, el décimo concierto del ciclo lo protagonizan el director titular Pablo González, trayendo como invitado al prestigioso violinista búlgaro Svetlin Roussev.

La primera obra del concierto es La Tierra, de Jesús Rueda (1961). Estrenada en Sevilla en 2007, la obra pretende completar Los planetas de Gustav Holst, que no incluía el nuestro, reconociendo el propio compositor cierto atrevimiento en la empresa. Según Jesús Rueda, La Tierra es “el viaje del caos a un cierto orden, y el comienzo de la obra es como una turbina que gira veloz y caóticamente”.

A continuación, dos piezas del repertorio francés para violín. La primera es el Poema para violín y orquesta Op. 25 del compositor romántico Ernest Chausson (1895-1899), escrito en 1896 para el gran violinista Eugène Ysaÿe, quien pudo contribuir a la composición sugiriendo ciertos efectos en la parte solista, e inspirada en una novela de Turgueniev titulada Le chant de l'amour triomphant. Seguidamente, la rapsodia para violín y orquesta Tzigane de Maurice Ravel (1875-1937), escrita en 1924, y dedicada a la violinista húngara Jelly d’Aranyi. Esta obra exige un gran virtuosismo al intérprete, y posee un importante componente de improvisación, aires gitanos muy populares en Hungría y Europa del Este, aunque también se inspira en los caprichos de Paganini.

El concierto finalizará con El mar, obra maestra de Claude Debussy (1862-1918) estrenada en 1905, que nos transportará a ese océano misterioso y abrumador a través de una paleta musical en ocasiones sutil, como las acuarelas de Olafur Eliasson que comentábamos más arriba; y en otras esplendorosa, donde los esquemas musicales de exposición y desarrollo se diluyen en un agitado continuo. Dejarse arrastrar por las voluptuosas corrientes que surcan esta música es un placer al que cualquiera debe sucumbir. La orquestación es seductora como pocas puedan escucharse y servirá de piedra de toque para atestiguar el buen estado de forma de la Orquesta de RTVE y su director Pablo González. El mar se desarrolla en tres arrebatadores movimientos: De l'aube à midi sur la mer (Desde el amanecer hasta el mediodía en el mar) - Très lent; Jeux de vagues (Juegos de olas) – Allegro; y Dialogue du vent et de la mer (Diálogo del viento y el mar) - Animé et tumultueux. 

Teatro. 'Una costilla sobre la mesa: Padre' de Angélica Liddell 

Angélica Liddell con un par de espuertas de estiércol
Angélica Liddell con un par de espuertas de estiércol
Adolfo Ortega

Angélica Liddell cierra con Una costilla sobre la mesa: Padre, una visión dual de sus progenitores, que se inició hace un par de años en los escenarios de Madrid, con la correspondiente a la madre. Liddell es una de las más provocadoras creadoras escénicas y sus estrenos siempre suscitan un interés que esconde cierto morbo.

El espectáculo que podrá verse en Teatros del Canal hasta el 30 de enero se inicia con la escucha completa del villancico Campanilleros, por La Niña de la Puebla y Ramón de Algeciras, al inicio de la función aún a oscuras, al que sigue una escena en que Angélica Liddell se dirige al cadáver cubierto del padre en un texto potente y descarnado, quizás lo más acertado de la noche.

Se advierte la intención de ofrecer una especie de tratado, y para ello se proyecta un extenso índice de capítulos, apartados y sub-apartados, aparentando los objetivos de la representación. La empresa parece algo pretenciosa y tengo la impresión de que no todos ellos llegan a abordarse, pero ahí quedó el intento clasificador.

Angélica Liddell en 'Una costilla sobre la mesa. Padre'
Angélica Liddell en 'Una costilla sobre la mesa. Padre'
Cedida

El espectáculo está inspirado en un texto de Gilles Deleuze acerca del masoquismo. Supongo que por ello se somete al público durante unos minutos a una música estruendosa -una horripilante versión de Vivaldi- que requeriría el suministro de unos tapones para los oídos -en la sala se encontraba Niño de Elche, que optó por esa fórmula de protección en un espectáculo reciente, cosa que agradecimos los espectadores. En otro momento, quizás para glosar alguna reflexión sobre la belleza artística frente a la natural (Hegel) se emplea una acertada proyección mientras suena el Stabat Mater de Pergolesi, momento que se disfruta como un lapso de belleza serena. 

Un ideal maternal relativo a la figura religiosa de María parece estar simbolizado a través de varias chicas muy gordas que deambulan desnudas por el escenario sin demasiado sentido, formando algunas composiciones ante uno de los actores.

Diversos apuntes escatológicos están presentes a lo largo de la obra, tanto de palabra, -en una perorata de Angélica a un niño al que adelanta las penurias que en la última etapa de nuestras vidas suelen rodearnos-; como de puesta en escena -cuando Liddell se embadurna de estiércol mientras reza un padrenuestro. Previamente la actriz y directora había bebido agua de una jarra en varias ocasiones, como si acabara de cruzar el Sáhara y, claro, luego pasa lo que pasa. Tuvo que miccionar frente el público en una cubeta. No fue mala idea porque acceder a los baños en Teatros del Canal no es tan fácil.

Todos estos elementos teóricos, interesantes en algún caso para ser desarrollados a través del texto escrito, se vomitan -en este contexto se me concederá la licencia- de manera un tanto desaforada, enmarcados atropelladamente, sin ofrecer un adecuado desarrollo dramático a través de la sugerencia y el arte escénico. La libertad formal que preconiza la obra no fragua, finalmente, en una reflexión a la altura de las expectativas, al menos en lo que se refiere a definir una imagen del Padre como referente, sus implicaciones y variaciones, quedando el cómputo final en una desconcertante y exigua propuesta.

Conciertos pop, folk y rock. Morgan, Montañés y The Velvet Candles

Morgan regresa al Teatro Circo Price para presentar su tercer trabajo de estudio titulado The River and the Stone, con 10 nuevos temas cantados en inglés y, por primera vez, también en español, en dos veladas (viernes 29 y sábado 30). Morgan nació como proyecto en el 2012, cuando Nina de Juan (piano y voz), enseñó sus composiciones a Paco López (guitarra y voz) y a Ekain Elorza (batería). En 2015 grabaron su primer álbum de estudio, en La Cabaña, en Madrid, con José Nortes como productor.

El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, ofrecerá el concierto del músico David Montañés el viernes 28 para presentar al público su álbum Juerga y vino, donde indaga en el alma de la canción andaluza con temas como La Ciencia en el Saber, una canción granadina anónima del siglo XIX recuperada del folclore autóctono. En otro registro más festivo, como el tema que da título al disco, Juerga y Vino, nos trae el sentir alegre de los fandanguillos más folclóricos.

The Velvet Candles está considerada una de las mejores bandas de Doo-Wop y Rock and Roll vocal de los últimos años en Europa. Han recorrido la práctica totalidad de festivales y eventos más importantes del continente, además de acompañar a leyendas del género como Tommy Hunt (Flamingos), Norman Fox (Rob-Roys), Larry Chance (The Earls), Jay Siegel (The Tokens), Stan Zizka (Del-Satins) o el recientemente fallecido Gaynel Hodge (Platters, Hollywood Flames), entre otros muchos. Sus directos son la combinación perfecta de grandes armonías, música de baile y mucha diversión, nunca defraudan. Estarán en Gruta 77 el sábado 29.

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