Consideran que "la nueva contrarreforma laboral no deroga nada" y, por ello, saldrán a protestar a la plaza de los Pinazo a las 18.30 horas de este viernes, según han informado en un comunicado conjunto.

Los sindicatos han criticado que, si se analiza el proceso de reforma llevado a cabo, se puede "ver fácilmente cuáles son las intenciones y formas reales de la gestión de los conflictos de clase por parte del gobierno actual".

A su juicio, la "nueva contrarreforma laboral no deroga las anteriores reformas laborales, ni supone ninguna enmienda al despliegue de tanquetas y uniformados para aplacar las luchas laborales y sociales", han aseverado.

"Esta nueva contrarreforma laboral no deroga nada. A pesar de las promesas electorales que trajeron al actual gobierno al poder, es evidente que el acuerdo aprobado no ha traído ninguna derogación, ni total ni parcial, de la reforma laboral de 2012, ni tan solo de sus aspectos más lesivos", han lamentado.

Los sindicatos han criticado igualmente que "tampoco toca lo más mínimo la reforma laboral del 2010 del gobierno Zapatero, que estableció las bases de la gran ofensiva desreguladora implementada y promovida el 2012 por el PP".

Por ello, consideran que "no es extraño" que la patronal esté "contenta" con el acuerdo, como tampoco los UGT y CCOO. "El ambiguo trapicheo conseguido permitirá en las clases dirigentes cumplir aparentemente con la exigencia de la Comisión Europea de atacar la dualidad contractual en el mercado de trabajo. Lo harán de forma formal, puesto que en ningún caso esta reforma limita el cada vez mayor poder de control de la patronal sobre el conjunto de las condiciones de trabajo y las relaciones laborales, en el día a día de las empresas", han señalado.

Además, han afirmado que la reforma "busca un éxito estadístico artificial a la hora de contabilizar la tasa de temporalidad, sustentándose en el hecho de que los contratos fijos-discontinuos (a pesar de su esencia fundamentalmente precaria) no serán considerados como temporales en las estadísticas".

Del mismo modo, han apostillado que "también proclama como éxitos cosas que ya estaban reconociendo los tribunales, porque hasta la misma patronal de varios sectores había visto como un estorbo innecesario la regulación en estos aspectos de la reforma de 2012, como el retorno a la ultra actividad de los convenios".

"El fraude en la contratación no se cura con sanciones más altas (aunque a todos nos parezca bien que se impongan), porque los y las trabajadoras en estas situaciones (subcontratación, precariedad, falta de representación sindical efectiva) no podrán denunciar gran cosa si pueden ser despedidas en cualquier momento".

En definitiva, opinan que "la única reforma laboral posible contra la precariedad pasaría por lo que constituye una herejía manifiesta para todos los firmantes de este acuerdo: el refuerzo efectivo de los trabajadores en el puesto de trabajo, individualmente y en sus procesos de organización autónoma colectiva".

"Esto implica acabar con los despidos improcedentes (si es ilegal, no hay despido), acabar con las cadenas de subcontratación (si está en tu cadena de valor, son tus trabajadores), multiplicar la posibilidad de actuación de las asambleas de trabajadores en los centros de trabajo (si te afecta, decides)" y "fijar de nuevo los límites a las decisiones empresariales sobre horarios, turnos y teletrabajo".