Aunque con menos influencia que en los dos últimos años, el chándal seguirá estando muy presente en nuestras vidas. Estas prendas fueron nuestro mejor amigo durante el confinamiento y se convirtió en nuestro "look de oficina" durante el teletrabajo.

Pese a que poco a poco volvemos a nuestra vida normal y se establece como tendencia las lentejuelas, minifaldas y ropa más atrevida, el chándal sigue resistiéndose a abandonarnos y se adapta a las modas del momento.

Un ejemplo de ello es la tendencia Y2K, que nos devuelve una de las modas más cheugy (pasado de moda y hortera) de los 2000: el chándal de terciopelo. Al más puro estilo de Nicole Richie con la palabra juicy escrita en el trasero, se llevará, por supuesto, con el tiro bajo.

El éxito de El juego del Calamar ha jugado un papel muy importante para conseguir que el chándal siga siento una pieza clave de nuestro armario, sobre todo aquellos con inspiración noventera.

Para esta temporada también se impondrán los bloques de color, siluetas sueltas y el estilo genderless. Si no queremos rememorar nuestra época escolar, podemos apostar por los tonos metálicos, como propuso Blumarine en su colección SS-22.

Por otro lado, la tendencia gorpcore nos deja otro básico de su estética, como las bermudas holgadas y los pantalones de pierna ancha en clave chandalera que ya ha conquistado a más de una influencer.

Como vemos, las opciones son muy diferentes y encontramos una gran variedad de tejidos, colores y modelos. Sin embargo, todavía es difícil batir a la combinación que no dejamos de ver en expertas en moda y todo tipo de tiendas como los joggers con sudadera a juego que, para ser honestos, es la opción más cómoda y estilizable.