La moda circular se alza como tendencia y allana el camino hacia un consumo más responsable

  • Cada vez son más los jóvenes que apuestan por este modelo y se decantan por la ropa de segunda mano o el alquiler.
Cartel con la frase 'Stop Shopping' (deja de comprar).
Cartel con la frase 'Stop Shopping' (deja de comprar).
BORROW
Cartel con la frase 'Stop Shopping' (deja de comprar).

La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta, solo por detrás de la del petróleo. La gran cantidad de recursos naturales que consume y los desechos que genera hacen que sea insostenible, sobre todo el conocido "fast fashion".

Según el estudio Circular Business Models llevado a cabo por la Ellen MacArthur Foundation, la industria de la moda debería reducir las emisiones de CO2 en aproximadamente un 50% -lo que se traduce en 1.100 millones de toneladas- de aquí a 2030 para contribuir a limitar el calentamiento global a 1,5 grados.

Sin embargo, no todo está perdido, ya que si la reventa, el alquiler, la reparación y la reedición alcanzan una cuota de mercado del 23% de aquí a 2030, se produciría una reducción global de las emisiones de CO₂ de hasta un 16%, lo que supondría hasta un tercio de la reducción necesaria para estar en el camino de los 1,5 grados.

En un escenario en el que un modelo de alquiler alcanza 100 usos, las emisiones de CO₂ pueden reducirse en torno al 40%. Y eso, teniendo en cuenta las posibles emisiones adicionales de CO₂ de los procesos específicos del modelo de alquiler (limpieza, secado, transporte y logística). La clave es que consigue una importante reducción de las emisiones procedentes de la producción y el procesamiento al final de la vida útil en comparación con el modelo lineal, al no tener que crear tantos productos para conseguir el mismo número de usos totales.

Cada vez más los jóvenes apuestan por esta alternativa y la moda circular se ha alzado como tendencia. Desde tiendas físicas, páginas web o aplicaciones para comprar ropa de segunda mano hasta declararle la guerra a los eventos con vestuario de un solo uso, como la bodas, comuniones o fiestas especiales como la de Nochevieja.

En este último escenario destacan las empresas como Borrow, que permiten alquilar prendas de diseñador durante unos días a un precio bastante inferior que comprarlas en tienda y sin comernos la cabeza para encontrar otra situación en la que llevarlo y no dejarlo para siempre colgado de una percha.

De esta forma podemos disfrutar de lo que nos pongamos y ser conscientes de que la prenda que estamos vistiendo va a tener muchas vidas mientras ayudamos a luchar contra el cambio climático y ponemos nuestro granito de arena para recuperar el medioambiente.

La forma de devolución también apuesta por la sostenibilidad, ya que permite reducir las emisiones de CO₂ al tener la opción de devolver nosotros mismos las prendas, sin que tenga que venir una furgoneta a la puerta de nuestra casa.

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