Emprendedores cosmopolitas con denominación de origen: así son los nuevos empresarios de Andalucía

  • Trabajaron en grandes capitales, de Nueva York a Londres, y volvieron a su tierra a lanzar sus negocios.
  • La pandemia ha acelerado el regreso de andaluces, a los que se suman extranjeros apasionados por esta tierra. 
  • Dirigen negocios de raigambre local, con materias o sabores locales que comercializan a todo el mundo.  
  • Andalucía lidera el 'ranking' de autónomos en España y es tercera en creación de empresas.
Emprendedores andaluces
De izqda. a dcha., los emprendedores Fran Senra, Marina Torres y Vera Schweizer
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Emprendedores andaluces

Fran Senra creció en Bonanza, frente al Coto de Doñana. No sabía lo que tenía ante sus ojos hasta que salió a recorrer mundo. "No puedes decir que Sanlúcar de Barrameda es lo mejor si no has vivido en otros sitios; yo ahora sí puedo decirlo". Trabajó un año en Nueva York, en una agencia de publicidad de Broadway a cuya puerta tocó con esa fe juvenil en las propias posibilidades; años después, tras vivir en varias capitales españolas, regresó a EE UU y estuvo dos años en Chicago. "Fueron experiencias maravillosas –relata–, pero estaba harto de esa vida y me quería volver a Sanlúcar". Tras un año sin trabajo, decidió atrapar los sabores marineros de Bonanza y la sabiduría en los fogones de su madre y de su abuela en un tarro de cristal. Así nació Conservas Senra.

Su periplo no solo no es excepcional, sino cada vez más habitual. Desde hace décadas, Andalucía ha exportado talento a todos los puntos neurálgicos del mundo, pero renunciar a las ventajas del extranjero y abrirse camino desde casa era antes más complicado. En los últimos años, al calor en muchos casos de la globalización de los negocios y el comercio online, e impulsado a su vez por la pandemia, muchos andaluces han regresado con idea de aplicar su formación cosmopolita a firmas o marcas propias que, en muchos casos, beben de los valores y activos de la propia Andalucía o revierten en ella.

Marina Torres, por ejemplo, tiene a su clientela principal diseminada por el extranjero. Su atelier, sin embargo, está asentado en Sevilla. En 2007, ganó el certamen de Andalucía de Moda. Aplicó el premio en formarse fuera de España. Así, vivió durante años en Londres, trabajando primero para Burberrys y después creando colecciones para marcas de reconocidos diseñadores. Tras pasar por Casablanca, y coincidiendo con la pandemia, decidió volver a su tierra y lanzarse a emprender. El resultado es la nueva marca de ropa de pijama y complementos I Have a Dream. "Quise volver a mis raíces y a mi familia. Por motivos de la pandemia, regresé a Sevilla. Fue entonces cuando decidí emprender este proyecto que llevaba años pensando", explica a 20minutos.

Los tejidos que utiliza son orgánicos, con certificados GOTS (Norma Textil Orgánica Global, por sus siglas en ingles) de origen español, y su proveedor es de Sevilla. Contrata servicios en su zona y da trabajo a pequeños talleres o costureras locales. "Las ventajas de emprender en Andalucía es que creas una economía local y tienes más el control de la producción, pudiendo así responder más rápido a la demanda. La desventaja es que el cliente local está por ahora menos concienciado sobre los beneficios de prendas sostenibles o productos hechos localmente", dice.

De Múnich a El Real de la Jara

También Vera Schweizer tira de Andalucía, y desde Andalucía, para hacer negocio. Su vida y su desempeño profesional son los caballos de pura raza española. Su trayectoria se distingue de Marina y de Fran en que ella no pasó por el extranjero para formarse y regresar a su tierra. Nació fuera, en Alemania, y vino a Andalucía a buscar su oportunidad y su sueño. "Y lo he cumplido", apunta.

Vera estudió ingeniería agrícola en Múnich. Conoció España y se enamoró, de ella y de su actual esposo. "Empecé a trabajar en la Fiesta de la Cerveza para ganar dinero y venirme. Mi madre me decía que estaba loca, porque allí en Alemania tenía empresas que me pagaban bien por ser ingeniera ". Finalmente, encontró su sitio en El Real de la Jara, donde comenzó un negocio de rutas a caballo. Su fiel clientela, eminentemente alemana, empezó a demandar más: querían sus propios caballos. Es así como dio el salto a criar equinos españoles y venderlos. "Compramos potros con 3 años, los desbravamos, le echamos una doma mínima de seis meses y los vendemos. El caballo español es precioso, con crines largas, tiene buena cabeza y lo que más le atrae a la gente es que le gustan mucho los humanos. Es un animal que te busca, le gusta que lo toques, lo limpies. Como un perro", explica.

Después de unos arranques duros, Fran Senra empieza a asentar su negocio. Ha multiplicado los guisos de sus conservas y se ha convertido en una especie de embajador de Sanlúcar, "no por marketing, sino porque lo siento". El nombramiento de su ciudad como Capital Gastronómica en 2022 abre nuevas perspectivas. Sea como sea, "estoy de arte y disfruto de mi tierra, vendo la riqueza de mi barrio marinero de Bonanza".

Marina Torres también mira con optimismo el futuro. "Debido a la gran aceptación de los accesorios, vamos a ampliar mas productos en esta categoría". Mientras, Vera Schweizer disfruta de una calidad de vida que empieza a ser envidiada: "Con la pandemia, la gente se ha dado cuenta de que es un privilegio estar en el campo, en mi caso con los animales. Yo ya sabía que lo era", concluye. 

Tras lo más duro de la pandemia, la reactivación económica comienza a ser palpable, liderada por andaluces como los reflejados en este reportaje. La comunidad cerró 2021 con 17.529 nuevas empresas, en su mayoría pymes, solo por detrás de Madrid y Cataluña. En cuanto a autónomos, con 560.000, encabeza el ranking de las regiones tras superar a Cataluña. La Junta valora el impacto en el empleo, facilitando que 500 personas salgan del paro al día. Andalucía, afirma el Ejecutivo, «ha pasado de tierra de promesas a tierra de oportunidades».

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