Un centenar de locales están ocupados como infravivienda en Barcelona

  • 105 bajos comerciales están siendo usados como pisos por parte de 481 personas en una situación de alta vulnerabilidad.
El local ocupado estaba en el punto de mira del Ayuntamiento y los servicios sociales ayudaban a la familia. "Aceptaron ayuda alimenticia, se les hacía seguimiento médico y un seguimiento del niño mayor de tres años que estaba escolarizado" asegura Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
El local ocupado estaba en el punto de mira del Ayuntamiento y los servicios sociales ayudaban a la familia. "Aceptaron ayuda alimenticia, se les hacía seguimiento médico y un seguimiento del niño mayor de tres años que estaba escolarizado" asegura Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
El local ocupado estaba en el punto de mira del Ayuntamiento y los servicios sociales ayudaban a la familia. "Aceptaron ayuda alimenticia, se les hacía seguimiento médico y un seguimiento del niño mayor de tres años que estaba escolarizado" asegura Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.

Los últimos datos municipales sobre infraviviendas en la ciudad de Barcelona arrojan un total de 105 bajos comerciales que están siendo utilizados como pisos por parte de 481 personas en una situación de altísima vulnerabilidad, entre ellas, 156 menores de edad. Todas estas personas viven dentro de locales ocupados y se han de sumar a las que habitan en barracas o en naves ocupadas y a las más de 1.0000 que viven en las calles de la capital catalana.

La mayoría de estos comercios con la persiana bajada habían sido con anterioridad entidades bancarias que han ido desapareciendo fruto de las fusiones entre bancos y de la irrupción de la gestión bancaria online. 

Este fenómeno de ocupación se ha visto incrementado en zonas de la ciudad como el Camp d’en Grassot y Gràcia Nova, barrios donde los vecinos afirman que, desde mediados del año pasado, se han ocupado hasta cuatro locales en un área de no más de 150 metros de distancia.

Según residentes en estos dos barrios, los comercios ocupados sirven, además de vivienda, de almacén de hierros, maderas y otros materiales que revenden para subsistir y que pueden ser peligrosos por su alta capacidad de combustión si se produce un incendio en el local. 

En la mayoría de ocasiones, los ocupas han de utilizar bombonas de butano para cocinar o para calentarse al no tener suministro de luz eléctrica, otro factor de alta peligrosidad de cara a que se produzca un siniestro.

El pasado 30 de noviembre, una familia formada por un padre, una madre y sus dos hijos menores de edad murió en el fuego que se provocó en el local que ocupaban ilegalmente en la plaza Tetuán de Barcelona.

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