Estos son los errores que cometes al usar lejía

Botellas de lejía.
Botellas de lejía.
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Botellas de lejía.

La lejía ha sido el limpiador de referencia en los hogares durante muchos años y es raro no encontrarla en una casa, pero si se usa mal, podría estar haciendo más daño que bien a algunas superficies.

Los expertos en limpieza han descubierto que la lejía puede causar daños a largo plazo en muchos materiales y superficies, y que algunos limpiadores podrían hacer un mejor trabajo.

Por ejemplo, la madera es una superficie que no se debe usar lejía para limpiar. Ya sea una mesa de comedor o un suelo de madera, la madera absorberá cualquier blanqueador debido a su naturaleza porosa. Esto resultará en deformaciones y decoloración. En este caso, es mejor que utilice un limpiador diseñado específicamente para superficies de madera.

Tampoco se debe usar lejía en el acero inoxidable, ya que es corrosivo para el metal y puede desgastar las superficies. La corrosión también puede ocurrir cuando el cromo y el cobre reaccionan con la lejía. En su lugar, use un limpiador o pulidor de metales específico.

Otra área de la que debe mantenerse alejado cuando se tiene lejía en la mano son las encimeras de granito o mármol. Aunque parecen duras, las superficies de piedra son porosas como la madera. La lejía puede dañar o manchar la piedra, dejando los mostradores con un aspecto opaco y descolorido. Para evitar una renovación costosa, mejor usar un limpiador doméstico general o lo que recomiende el fabricante en lugar de lejía.

Otro elemento que debes evitar limpiar con lejía es tu móvil. Se sabe que los teléfonos suelen estar infestados de gérmenes y deben limpiarse con alcohol o toallitas desinfectantes.

Esto se debe a que la lejía puede dañar la capa protectora de la pantalla o incluso romper el teléfono si ingresa por una abertura. Por último, aunque pueda parecer de sentido común: no uses lejía en nada que pueda consumirse.

Incluso la más mínima cantidad de lejía puede poner en peligro la vida cuando se ingiere, así que no limpies ningún producto para mascotas con ella. Los juguetes, los tazones de comida y las cajas de arena se pueden limpiar con agua y jabón suave para platos.

Del mismo modo, no uses lejía para limpiar los juguetes de los niños. La lejía es difícil de enjuagar por completo y el riesgo de que un niño ingiera lejía no es un riesgo que valga la pena correr. Usa jabón para platos y agua tibia, o usa una lavadora si es posible.

Tampoco se debe emplear lejía para lavar la comida. Para mantener los alimentos limpios, guárdalos a la temperatura adecuada o enjuágalos con agua fría antes de consumirlos en el caso de frutas y verduras. Además, asegúrate de evitar el uso de lejía en los limpiadores de bricolaje.

Además, cuando hagas tus propios productos de limpieza en casa, ten cuidado al mezclar lejía con otras soluciones. La lejía mezclada con amoníaco, vinagre o alcohol isopropílico puede producir vapores tóxicos extremadamente peligrosos. Es mejor no usar lejía al mismo tiempo que otros productos de limpieza. Si vas a hacer un desinfectante casero con lejía, solo mézclalo con agua.

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