Mapa de la ganadería industrial: Aragón y Cataluña lideran un sector clave que ha duplicado sus instalaciones en 13 años

Explotaciones ganaderas obligadas a declarar amoníaco por superar el límite de emisiones y/o animales.
Explotaciones ganaderas obligadas a declarar amoníaco por superar el límite de emisiones y/o animales.
J. M. / H. P.
Explotaciones ganaderas obligadas a declarar amoníaco por superar el límite de emisiones y/o animales.

Resulta difícil saber de qué estamos hablando cuando hablamos de macrogranjas. La falta de precisión del concepto dificulta un debate enconado que divide a políticos, ecologistas vecinos y a la industria cárnica. Pero aunque no existan unos umbrales exactos que lo definan hay algunos indicadores que dan una idea de por dónde se reparten estas instalaciones en España.

Una forma aproximada de conocer dónde se localizan estas granjas es consultar el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (REEF). La normativa europea obliga a las industrias cárnicas que cumplen con una serie de características  a darse de alta en un registro público para controlar los contaminantes que emiten. 

Las macrogranjas de cerdos, en el punto de mira.

Según datos recopilados por este periódico correspondientes a 2020, en España hay 3.398 granjas inscritas en este registro, que tiene el gran "pero" de que solo cuentan la ganadería porcina y avícola y dejan fuera a la ganadería bovina, que no está obligada a declarar. Esta cifras se ha duplicado desde el año 2007, cuando apenas había 1.696 instalaciones registradas. 

De esas 3.400 granjas industriales solo 460 eran instalaciones avícolas. El resto estaban dedicadas a la cría de cerdos, sin lugar a dudas el producto estrella en la ganadería española. A nivel geográfico, más de la mitad de estas granjas industriales de ganadería intensiva se repartían entre Aragón (27,2%) y Cataluña (25,2%). Tras ellas aparece Castilla y León, con una cuota del 17%, mientras que el resto de autonomías no llegan al 10% de cuota.

La distribución geográfica de las granjas inscritas en el registro coincide con el mapa de las macrogranjas que dibuja Inma Lozano, portavoz de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial. "Hay mucha carga ganadera en Cataluña y Aragón. Cuando Cataluña quedó como está, porque llevan 30 años sin poder beber agua del grifo, los empresarios se han ido bajando hacia Aragón. Son las comunidades con más carga", explica. "Murcia también está muy saturada con [la granja de] Cefusa-El Pozo y también han ido extendiéndose hacia Albacete, Almería y Granada. En Granada está la mayor explotación de España, que es la de Castilléjar".

Sin embargo, difícilmente se puede considerar macrogranjas a la mayoría de instalaciones inscritas. Fuentes del REEF consultadas por 20minutos.es señalan que "desde el punto de vista económico el 90% de las granjas no son macroempresas, son pequeñas, medianas e incluso microempresas". Dichas fuentes matizan también que aunque esas granjas tengan capacidad para un número concreto de animales no necesariamente estén ocupadas al máximo de su capacidad.

Entonces, si la mayoría de la industria cárnica vigilada por sus emisiones la forman medianos y pequeños propietarios, ¿en qué lugar deja esto a las macrogranjas? Los censos ganaderos que publica todos los años el Ministerio de Agricultura dan alguna pista más.

Tomemos el ejemplo del cerdo. Si hacemos caso a las estadísticas de Agricultura, paradójicamente el número de granjas de porcino ha disminuido en los últimos años. Desde 2007 han pasado de 99.561 a 88.437, una nada desdeñable bajada del 11%. Sorprende todavía más el hecho de que la mayoría de las instalaciones que han cerrado eran de ganadería intensiva (han disminuido de 82.648 a 68.836), mientras que las explotaciones extensivas han crecido un 8,3% en estos años (de 13.475 a 14.598).

Sin embargo, estas cifras tienen un reverso engañoso. El primero es que pese que el número de granjas se ha reducido, la cantidad de cerdos censados ha aumentado. En España había 26,8 millones de cerdos censados en abril de 2007, mientras que en mayo de 2021 la cifra ascendía a 32,4 millones.

El segundo es que, si bien es cierto que las granjas que han desaparecido eran de ganadería intensiva, la mayoría eran pequeñas explotaciones. Las instalaciones de tamaño reducido disminuyeron un 50,7% entre 2007 y 2020, pasando de 32.710 a 16.123. Las de grupo 1 (que permiten un máximo de 50 cerdas reproductoras y 350 animales de cebo) se han reducido un 25% (de 24.311 a 18.188). 

Sin embargo, las grandes explotaciones han experimentado un 'boom' considerable. Especialmente las del grupo 3 -aquellas que permiten un máximo de 5.500 cerdos- probablemente la categoría más asimilable a las macrogranjas. Mientras que en 2007 había 1.425 instalaciones de este tipo en 2020 eran ya 2.126, un incremento del 49%.

En el caso del vacuno ocurre un fenómeno similar. Un informe elaborado por el Ministerio de Agricultura explica que aunque el número de explotaciones mantiene "una tendencia al descenso en la última década" esta evolución "no se acompaña de una caída en los censos". Esto, prosigue, "podría indicar una situación de reconversión y especialización productiva de las explotaciones, concentrándose en núcleos de mayor tamaño".

Actualmente hay 38 proyectos de construcción o ampliación de granjas de ganadería porcina intensiva como esta en Segovia, que han convertido a la provincia en uno de los mayores productores de carne de cerdo en España.

Además, hay otros factores que entran en juego. Los ecologistas denuncian que, a menudo, las empresas poseen varias instalaciones de dimensiones más reducidas, pero muy cercanas entre sí. "Imagina que consideramos que hasta 1.000 cerdos no es macrogranja. Pero alrededor de un pueblo ponen 10 explotaciones de 1.000 cerdos. La carga ganadera de eso es la equivalente a tener una sola de 10.000 cerdos", defiende Luís Ferreirim, portavoz de Greenpeace especializado en el agro.

Un sector clave para la economía nacional

La industria cárnica es un sector clave para la economía doméstica. Según cifras de Anice, una de las patronales de la industria, el negocio facturó un total de 27.959 millones en 2020, el 22,2% de la facturación del sector alimentario. Los empresarios defienden que el sector de la carne supuso el 4,2% de la facturación total de la industria española y un 2,3% del PIB. Aseguran que aportan el 4,2% de la facturación total de la industria española y el 2,32% del PIB total del país y que dan empleo a 100.000 trabajadores, el 25% del sector alimentario.

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