Por qué ómicron ya no provoca la pérdida de olfato y gusto como otras variantes

En el Hospital Clínic de Barcelona hay una unidad del olfato que dirige Joaquín Mullol. Cada día atiende a pacientes como Cristina. Ella pasó el COVID en marzo y desde entonces no huele nada, es más, todo le huele a quemado o a gasolina. Una situación muy desagradable que está convirtiendo su vida en una auténtica pesadilla. Para evitarlo está haciendo un entrenamiento diario que consiste en oler e inspirar olores intensos y conocido como eucaliptus, limón, rosa o vinagre y así ir recuperando el ofato. Pero no hay garantía, algunos nunca volverán a oler.
Pérdida del olfato.
En el Hospital Clínic de Barcelona hay una unidad del olfato que dirige Joaquín Mullol. Cada día atiende a pacientes como Cristina. Ella pasó el COVID en marzo y desde entonces no huele nada, es más, todo le huele a quemado o a gasolina. Una situación muy desagradable que está convirtiendo su vida en una auténtica pesadilla. Para evitarlo está haciendo un entrenamiento diario que consiste en oler e inspirar olores intensos y conocido como eucaliptus, limón, rosa o vinagre y así ir recuperando el ofato. Pero no hay garantía, algunos nunca volverán a oler.

Los trastornos relativos al olfato y el gusto tras la infección de la covid-19 han sido de los efectos secundarios más destacados y sorprendentes. Sobre todo, porque antes de la pandemia no eran tan habituales en un porcentaje de la población tan alto.

Desde la anosmia -la ausencia de olfato-, pasando por la parosmia o cacosmia -cuando el paciente percibe malos olores y sabores-, hasta la fantosmia -percibiendo olores que en realidad no están ahí-, la covid-19 se ha caracterizado por afectar a este sentido en especial.

Y, aunque con las variantes de las primeras olas era más común la desaparición del olfato y, por consecuencia, del gusto, con ómicron este síntoma prácticamente ha desaparecido

Las pérdidas de olfato, mayormente de la primera ola

El otorrinolaringólogo Claudio Fragola, del madrileño Hospital Ramon y Cajal, cuenta a 20Minutos que con ómicron, los problemas con el olfato y el gusto se han disipado. "Ómicron no está dando tantas alteraciones del olfato, y sorprende, pues esta variante se centra más en las vías respiratorias altas". Por eso no afecta tanto a los pulmones.

Entonces, ¿por qué con ómicron no ocurre lo mismo? Tanto la sintomatología -más parecida a un resfriado-, como la afectación al olfato y el gusto, es muy diferente a las primeras cepas de la covid-19, pues eran precisamente esas, la primera de Wuhan y la Alfa, las más agresivas y las que provocaban en mayor medida los trastornos olfativos.

Por eso, los pacientes con malos sabores o pérdida de olfato que acuden a su consulta "son de olas anteriores". "Vimos un boom descomunal durante la primera ola, en verano de 2020 -cuando la cepa primordial era la Alfa-, pero han empezado a bajar, la mayoría de los que veo llevan 4-6 meses con estos problemas", explica.

Los expertos pudieron observar cómo esas variantes anteriores tenían "una afinidad descomunal con el neuroepitelio de la mucosa olfatoria, que está en la mucosa de la fosa nasal, y es el nervio que está más expuesto", afectando así, en una parte enorme de los pacientes, al olfato y, en consecuencia, al gusto.

Fragola explica, en este sentido, que la covid "lo daña de forma muy selectiva". En comparativa con la gripe, esta "deja anósmico (sin olfato) a 1 de cada 200 pacientes, la covid, al 20% o 25%".

Pero que ómicron sea menos agresivo tiene una explicación. "Al parecer", explica Fragola, "no es una evolución de los otros, es un virus muy raro, es tremendamente infeccioso pero es leve. Y, al ser menos grave, es menos neuroagresivo, y, por lo tanto, produce menos casos olfativos".

El portavoz de semFYC en Enfermedades Infecciosas, José María Molero, confirma a 20Minutos que "no parece que la alteración del olfato sea un síntoma predominante, como con Alfa o la original de Wuhan, parece que está habiendo más casos de inflamación nasal, pero los pacientes ya no lo manifiestan tan frecuentemente".

Una de las posibilidades, explica Molero, podría estar en la vacunación. "Cuando nos vacunamos tenemos también anticuerpos locales, y los anticuerpos que están en esas células nasofaríngeas podrían evitar que por la nariz el virus hiciese tanto daño". 

De humanos a ratones, y viceversa

Sobre el origen de ómicron, la variante más contagiosa de la covid, un estudio publicado en diciembre de 2021, llamado "Evidencias del origen en los ratones de la variante ómicron del SARS-CoV-2", explicaba que "el progenitor de ómicron saltó de humanos a ratones, rápidamente acumuló mutaciones conducentes al infectar a ese huésped, y luego saltó de regreso a humanos, lo que indica una trayectoria evolutiva entre especies".

Este proceso, de humanos a ratones, habría ocurrido "en algún momento durante la pandemia (muy probablemente a mediados de 2020)", y el virus habría vuelto a los humanos, ya con las mutaciones, "a fines de 2021".

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