Detenido un violador reincidente que trataba de agredir sexualmente a una joven nada más salir de la cárcel

  • Oscar Castillo Serrano acababa de salir de la cárcel de Zuera, en Zaragoza, cuando ha intentado violar a una joven.
  • El agresor ha estado en prisión por hasta once violaciones realizadas entre los años 1989 y 2000.
Entrada Al Parque Grande Labordeta De Zaragoza
Imagen de archivo - Entrada al Parque Grande Labordeta de Zaragoza
EUROPA PRESS
Entrada Al Parque Grande Labordeta De Zaragoza

Óscar Castillo Serrano, de 50 años, fue detenido por la Policía Nacional al tratar de agredir sexualmente a una chica y atacar a su novio en la madrugada de este miércoles, en Zaragoza. Se trata de un hombre que ya fue condenado en el año 2000 a 106 años de cárcel (de los que ha cumplido 20) por delitos de agresión sexual, secuestro y robos.

Según informa el diario Heraldo, el violador solo terminó robando pertenencias a las víctimas en el parque Grande, pero llevaba consigo “una bolsa en la que guardaba un gorro y una braga de cuello con dos orificios a modo de pasamontañas; unos grilletes con dos llaves, unos guantes de látex, un cuchillo, toallitas húmedas, dos preservativos y un teléfono móvil”.

Castillo, en su huida, realizó otro robo en un bar y trató de no ser arrestado por la Brigada de Seguridad Ciudadana al forcejear con los agentes y rociarles con un spray. La identificación de Castillo fue rápida gracias a que la pareja presentó una denuncia poco tiempo después del ataque y se le detiene por “robo con violencia, atentado a agentes de la autoridad y robo con fuerza”.

Un violador reincidente

Oscar Castillo Serrano cometió entre los años 80 y 90 hasta once agresiones sexuales: seis en Zaragoza en 1989, 1990, 1994 y en 1999. Cinco agresiones sexuales son las que llevó a cabo en septiembre de ese año, en este caso en Soria, y tres de ellas en un piso de estudiantes, en el que, según Heraldo, “martirizó a tres chicas durante horas”.

En septiembre del año 2000, cuando era trasladado al Hospital Provincial, consiguió fugarse a Madrid, donde cometió cinco violaciones en un periodo de 16 días, que se añadieron a las cinco por las que debía ser juzgado.

La actuación de la víctima de su última violación en Madrid fue crucial para detenerle: consiguió convencer a Castillo para verse dos días después de su violación y tras haberle robado 25.000 pesetas, previo aviso a la policía de tal manera que cuando se iba a producir el encuentro, lo detuvieron.

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