El mayor de la saga Raluy ha sido un "espíritu autodidacta, nómada, libre" que "ha apostado siempre por un mundo sin fronteras, por la paz, por el entendimiento de los pueblos y entregado en cuerpo y alma al circo".

El hijo del fundador del Circo Raluy deja tras él un "legado centenario que perdurará en el tiempo y que seguirá vivo a través del Circo Raluy Legacy, donde se encuentra toda su familia unida". "Él es circo y nunca morirá", añade la familia, que despide "con un gran dolor a esta persona tan especial, llena de luz, bondad y que recordaremos con el cariño y el amor que él brindaba a todo aquel que se le acercaba".