Jugar con las manos y con la imaginación. Es lo que reivindica la artista Adela Pérez Millán en su colección de Juegos en el olvido para combatir la invasión de las nuevas tecnologías y la violencia en las horas de diversión de los más pequeños.Por eso, Adela no ha dudado en desempolvar de su cajón de juguetes chapas, canicas, cromos y hasta un elástico. Luego los ha convertido en objeto de arte haciéndolos protagonistas de una serie de cuadros, doce en total, hechos de manera artesanal con listones de madera y cristal. La tetería Harem de la capital exhibe ocho hasta finales de mes. En su trabajo, la artista no se ha dejado ni uno sólo de los juegos de siempre en el olvido. Así, entretenimientos tan conocidos como la cuerda o el yo-yó recuperan el lugar que se merecen.