El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado este lunes el cese de los cuatro consejeros de Ciudadanos que forman parte de su Ejecutivo, incluido el vicepresidente y portavoz, Francisco Igea, y como consecuencia de ello ha convocado elecciones anticipadas en la comunidad autónoma para el próximo 13 de febrero. Mañueco ha acusado a Cs de pactar los presupuestos a sus espaldas y de apoyar una hipotética moción de censura que podría presentar el PSOE en marzo.
Se trata del último revés que sufre la formación naranja, que desde las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 se encuentra en una situación de caída libre en el panorama político nacional.
En dos años, el partido que lidera Inés Arrimadas ha perdido protagonismo a pasos agigantados, desapareciendo de los gobiernos autonómicos de Madrid, Murcia y Castilla y León, y con la sombra de la convocatoria anticipada sobre Andalucía.
Del éxito al fracaso en apenas seis meses
En las elecciones generales del 28 de abril de 2019, Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, obtuvo el mejor resultado de su trayectoria. Logró 57 escaños y estuvo cerca de superar al Partido Popular de Pablo Casado, quien firmó el peor registro de la historia para los populares con 66 diputados.
Solo seis meses después, con Ciudadanos cada vez más a la derecha e instalado en el discurso del 'no es no' a Pedro Sánchez, se produjo la repetición electoral ante la imposibilidad del PSOE, ganador de los anteriores comicios, de formar gobierno. Y el 10 de noviembre de 2019 se produjo el batacazo que abriría la herida: Ciudadanos pasó de 57 a diez diputados.
Unos días después. Albert Rivera presentó su dimisión, dejando el partido de forma provisional bajo el control de Inés Arrimadas, quien posteriormente arrasaría en las primarias de la formación para convertirse en la nueva cabeza visibles del partido a nivel nacional.
Moción fallida en Murcia
En marzo de este año, el pleno de la Asamblea Regional de Murcia rechazó la moción de censura presentada por Cs y PSOE contra el Gobierno del Partido Popular en la Región de Murcia, acusado, entre otros, de colar a 600 autoridades en la vacunación contra la Covid-19.
La votación, que requería de mayoría absoluta para salir adelante -23 apoyos-, se saldó con 21 votos a favor, 23 en contra y una abstención, dando así al traste con la iniciativa para desalojar del poder al Ejecutivo de Fernando López Miras naufragó finalmente.
Este resultado se produjo después de que tres diputados de la formación naranja que habían apoyado inicialmente la moción reconsiderasen sus posiciones. Cs y PSOE tampoco lograron finalmente el apoyo de tres diputados que habían sido expulsados de Vox.
El cataclismo madrileño: de 26 a cero diputados
La moción de censura en Murcia desencadenó un terremoto político en la Comunidad de Madrid. Su presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, decidió presentar su dimisión y convocó elecciones anticipadas para el 4 de mayo.
Temiendo que la estrategia murciana se repitiera en Madrid –el equilibrio de poderes era idéntico: PP y Cs gobernando en minoría con Vox como socio de investidura–, Ayuso movió ficha, "obligada" y contra su voluntad, según aseguró, frente al que hasta entonces había sido vicepresidente, consejero de Deportes y Transparencia y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado. "Es una irresponsabilidad", lamentó Aguado, que negó que estuviera preparando desalojarla junto a los socialistas.
El pasado 4 de mayo, Ayuso logró una victoria incontestable, con 65 escaños y casi el 44,7% de los votos, dejando sin representación en la Asamblea de Madrid a Ciudadanos. El partido que presentó como cabeza de lista a Edmundo Bal apenas logró el 3,6% de las papeletas, quedando lejos de la barrera electoral del 5%. La formación naranja había cosechado el 19,5% de los votos y 26 diputados en los comicios de 2019.
¿Habrá adelanto electoral también en Andalucía?
Estos acontecimientos ponen ahora en el punto de mira al Gobierno andaluz constituido por PP y Cs. La cuestión es si este 'efecto dominó' alcanzará a la Junta de Andalucía y el presidente Juanma Moreno se sumará a la convocatoria anticipada de elecciones.
Desde el Ejecutivo andaluz han asegurado este lunes que siguen apostando por "intentar alargar al máximo la legislatura" y han subrayado que el adelanto electoral en Castilla y León "se produce en condiciones y circunstancias que distan mucho de Andalucía" donde las relaciones entre los socios de gobierno de PP y Cs "son buenas y de confianza mutua".
A la espera de novedades, de lo que no cabe duda es que un adelanto electoral sería bueno para el PP y nefasto para Ciudadanos. Según la estimación de voto del Barómetro Andaluz publicado este lunes por el Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior, el PP-A ganaría en la actualidad las elecciones andaluzas con el 35,1% de los votos -entre 44 y 46 escaños-, con una ventaja de 10 puntos sobre el PSOE-A, que obtendría el 25,1% de los sufragios -entre 31 y 33-.
Por su parte, Cs pasaría de tercera a quinta fuerza en la cámara andaluza con el 5,5% de los sufragios -entre 4 y 5 - y se vería superado por Vox, que obtendría el 10,9% de los votos -entre 12 y 13-.
De esta forma, los populares podrían sumar la mayoría absoluta en el Parlamento autonómico - 55 diputados- con Vox pero no con la formación naranja, su actual socio de gobierno, que perdería la mayoría de sus 21 diputados actuales.
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