Ángel Martín: "Hay un rincón del cerebro que trabaja para mantenerte con vida"

Ángel Martín: "Que se hable de salud mental es maravilloso, pero me da miedo que sea una moda"
Imagen de archivo de Ángel Martín.
20M EP
Ángel Martín: "Que se hable de salud mental es maravilloso, pero me da miedo que sea una moda"

El cómico, presentador y streamer Ángel Martín comparte su libro Por si las voces vuelven como un alegato al cuidado de la salud mental y la empatía, y lo hace con un testimonio en primera persona en el que cuenta su experiencia con una enfermedad mental de la que ahora habla en pasado gracias a ese "rincón del cerebro que trabaja en solitario para mantenerte siempre con vida".

Esta enfermedad mental, que le llevó a pasar por un complicado proceso de adaptación a lo que ahora llama "nueva frecuencia" y por la que estuvo atado a una cama de un hospital psiquiátrico en 2017, protagoniza la narración de este libro publicado por la editorial Planeta que busca ayudar a otras personas y "servir como recurso para el yo del futuro que, aunque ahora es el listo del equipo, puede volver a lo de antes".

Pregunta: Hablamos de cuidar la salud mental, pero a veces no se cuida a quien tenemos al lado. ¿Faltan herramientas?

Respuesta: Cuantas más herramientas siempre es mejor, pero creo que olvidamos que el primer paso es tener empatía. Me da igual que esta palabra esté de moda, es el primer paso. Muchas veces utilizamos la falta de herramientas a nivel público para echar balones fuera de lo que no estamos haciendo como individuos. Tenemos un discurso como sociedad, sobre lo que somos, pero dices: ¿y tú como individuo qué haces?

P: Ahora que habla de reflexionar, ¿las personas nos damos las respuestas reales o las que nos benefician?

R: El individuo es capaz de darse la respuesta real, pero si no quiere enfrentarse a esa respuesta se autoengaña. Todo el mundo sabe si está cuidando a los suyos, si está haciendo lo que debería hacer, si tiene las prioridades bien… Otra cosa es que no quieras preguntártelo, te apetezca o que, una vez que tengas las respuestas, no quieras poner soluciones. Si encuentras la pregunta correcta, la respuesta aparece de forma inmediata y no tienes ni que pensarla.

P: ¿Qué le diría a las personas que consideran que volverse loco se puede evitar porque somos dueños de nuestros actos?

R: Que están terriblemente equivocados (risas). No lo discutiría ni me sentaría en una mesa a tratar de convencerles. Mucha gente, cuando te sucede algo así, busca la justificación de lo que te ha pasado en algo que ellos no hacen para poder decir ‘como yo no hago eso, a mí no me ha pasado’.

En mi caso, como yo consumía drogas y tomaba alcohol, hay gente que decía que eran las consecuencias de haber tomado eso y es como... Frena. Si tomas drogas, estas cosas se aceleran pero, aunque no las tomes, te pasan. No me atrevería a decir algo así, si no fuera porque he recibido mensajes de mucha gente después de que se publicara el libro contándome su experiencia tanto si tomaba como si no. Es importante saber que el coco va a la suya. Hay un rincón desconocido en el cerebro que trabaja en solitario para mantenerte con vida.

"Lo verdaderamente duro de volverse loco es la recuperación de la cordura"

P: Cuando la salud mental corre peligro, ¿cuánta culpa hay sobre uno mismo?

R: Cuando te das cuentas de lo que te ha pasado, cargas esa mochila hasta niveles que no vas a poder levantarla tú solo en la vida. Te echas todas las culpas y vergüenzas que puedes, te castigas todo y más y crees que las decisiones que has tomado son las culpables de eso y de que seas el tío más idiota del planeta. Probablemente esto ralentiza la recuperación. Algunas de las cosas que has hecho obviamente han servido para que estés ahí, pero no todas. Hay muchas cosas externas que no tienen que ver contigo y que no puedes controlar.

P: En aquel momento tenía muchas conversaciones con su yo del futuro, ¿es ahora el momento en el que las tiene con su yo del pasado?

R: No, las sigo teniendo con mi yo del futuro, que es el listo del equipo ahora mismo. Mi yo del pasado tiene que estar pasando ahora una movida… Me toca ir a decirle: "Tranqui, de esto al final sacamos un libro, no te lo puedo decir, pero relaja. No te preocupes".

P: "Lo verdaderamente duro de volverse loco es la recuperación de la cordura" ¿Por qué?

R: Porque no sabes qué es. Tú vienes de un mundo en el que está todo milimétricamente encajado, nada es azar y en el que todo significa algo y estás totalmente conectado al universo. En cambio, recuperar la cordura consiste en que nada tenga valor. ¿Cómo construyes desde un lugar en el que te están diciendo que nada significa nada? Además, vuelves con mucho miedo a decir lo que te pasa por si interpretan que te estás volviendo loco otra vez y te ingresen.

P: ¿Se le deja de tener miedo a la muerte?

R: Es el caso de cada uno, pero yo sí porque una de las experiencias que viví fue tener que morir para poder pasar a otra dimensión y frecuencia. Hay un momento muy doloroso y fuerte a nivel emocional porque te tienes que despedir de la gente de esta frecuencia porque ya no vas a estar. Mi cerebro cuando piensa en morir dice: “Ah, esto es aquello del cambio de frecuencia”.

P: Hay una media de 10 suicidios al día en España. ¿Qué medidas hay que tomar dentro de las redes sociales y de los nuevos formatos?

R: La gente debe entender que las redes sociales no son un ente sin personalidad, sino que eres tú, soy yo y es tu primo y mejor amigo. Es el mismo trabajo de empatía que puedes hacer con el cara a cara. Mi comunidad no es destructiva y es que, en realidad, solo son cuentas en la que somos nosotros de manera amplificada. Es importante que cuando alguien insulta a otra persona en redes sociales, quienes son insultados entiendan que no es Twitter quien insulta, sino esa persona en concreto.

P: ¿A corto plazo es posible una salud mental cuidada, protegida y accesible para todos?

R: Si somos listos, sí. No va a ser fácil ni de broma. A corto plazo no es al mes que viene, igual hablo de 15 o 20 años. Pero creo que, si nos damos cuenta de que el primer escalón somos nosotros, podemos hacer fuerza para el segundo. Si estás empujando el último escalón sin tener sólida la base, te vas al carajo.

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