El Centro de Coordinación de Emergencias avisó del suceso a la Policía Local, que envió a varios de sus efectivos a la vivienda donde se encontraba el bebé, al que le realizaron, de forma inmediata a su llegada, la maniobra 'Heimlich'.
Para ello, uno de los agentes colocó al bebé en su antebrazo boca abajo, dándole suaves golpes en su espalda. Así, el niño comenzó a expulsar diversos líquidos por boca y nariz y a recuperar la respiración. La madre fue tratada por un ataque de ansiedad.
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