Toñi Moreno estrena 'Gente Maravillosa' en Telemadrid: "Me ha costado mucho entender que también hay gente mala"

Toñi Moreno se pondrá al frente del programa 'Gente maravillosa'.
Toñi Moreno se pondrá al frente del programa 'Gente maravillosa'.
TELEMADRID
Toñi Moreno se pondrá al frente del programa 'Gente maravillosa'.
Toñi Moreno vuelve a 'Gente Maravillosa' pero esta vez en Telemadrid

El próximo lunes 6 de diciembre se estrena a las 22.30 h en Telemadrid el programa Gente maravillosa, que presenta Toñi Moreno, como ya hiciera en Canal Sur durante varias temporadas. 

En cada episodio se mostrarán al público tres historias grabadas con cámara oculta, dos de ellas protagonizadas por madrileños anónimos y una por un personaje famoso (el primero es Bertín Osborne). Sin que ellos lo sepan, a su alrededor se monta una escena en la que alguien ejerce de malo y alguien, de víctima, y se recogen las reacciones de los protagonistas. 

Contando "con el apoyo de instituciones que avalan la veracidad de los hechos que se relatan", según informa Telemadrid, el formato recrea con cámara oculta situaciones reales de acoso en el trabajo, racismo, discriminación... 

Hablamos con Toñi Moreno sobre este proyecto que demuestra que hay "más gente buena que mala" y que reconcilia con el ser humano. 

¿De qué va Gente Maravillosa? Es un programa que te hace reconciliarte con el ser humano porque planteamos situaciones reales, que han pasado, de justicias manifiestas y lo que hacemos es escenificarlo para que la gente salte y salgan los héroes anónimos, esa gente maravillosa que está por todos lados y da la cara por las víctimas.

¿Hay más buenos o malos? Estoy convencida, aunque suene a buenismo cursi, de que hay más gente buena que mala, aunque los malos, que son pocos, hacen mucho ruido.

¿A la gente le pican las injusticias? Alucinarías de ver cómo la gente se rebela ante una injusticia y cuando la víctima es una persona indefensa o en una situación de inferioridad alucinas con la reacción de la gente. No lo digo por intuición, lo esto viendo con las cámaras ocultas desde hace cuatro años cuando este programa vio la luz en Canal Sur, de la necesitad que tiene la gente de que pasen cosas buenas y de creer en la bondad del ser humano. La gente mala protagoniza los titulares y eso es lo que leemos en la prensa.

¿Buenos, malos, no son mismas facetas de la misma persona? Todos podemos cometer errores, pero el que tiene buena condición, como decía mi padre, tiene buena condición. Y es muy difícil que alguien que sea bueno no salte ante una injusticia.

Y aún así hay ovejas negras… A mí me ha costado mucho entender que también hay gente mala. He sido una creyente absoluta de la buena condición humana, pero cuando te haces mayor te das cuenta de que no, de que hay gente mala. Son los menos, gente a la que tenemos que aislar.

¿Cuál es el sentimiento que más le produce grabar este programa? El sentimiento que predomina por todos los poros del equipo es la emoción. Desde que tuve a mi hija lloro con mucha facilidad, pero en todas las cámaras ocultas, en el 90% yo he terminado llorando, y no es de impotencia, ni de rabia, es de emoción por un gesto, una palabra, una buena acción, que la gente es capaz de partirse la cara por alguien a quien no conoce de nada y comprometer su seguridad y enfrentarse al malo sin saber que te están grabando.

¿Emocionarse es su don como profesional? No lo sé. Lo deberían decir los demás. Yo intento vivir todas las cosas. Hacer televisión es una oportunidad maravillosa que no siempre se tiene y más si es televisión que te gusta y cuando te entregan un proyecto como este para mí es como si me hubiera tocado la lotería y me entrego al 100% pero no solo por profesionalidad y respeto a mis compañeros, es que además lo disfruto y me lo creo y lo vivo. Y este programa es para vivirlo, desde las cámaras ocultas al directo al plató, donde invitamos a la gente maravillosa, donde hablamos del karma y si has hecho algo bueno por los demás, hay algo bueno para ti y damos sorpresas y pasan cosas maravillosas…

¿El karma no es un poco engañifa, que si de verdad existiera otro gallo cantaría? Pues también (risas). Hay gente que tiene un karma muy feo y no le pasa nada. Es un poco engañifa, pero yo me voy a creer la parte positiva del karma.

Empiezan con Bertín, ¿quien más participa? Le hemos hecho una cámara oculta a Bertín, con un caso de acoso sexual laboral, de un tipo indecente que le dice a la cuidadora de su madre que para mantener el puesto de trabajo tiene que hacer “otras cosas”. Y vais a ver la reacción de Bertín que es brutal. Le hemos hecho una a Manuel Díaz el Cordobés, con la que he llorado muchísimo… hay muchos, pero estamos grabando, no puedo adelantar más.

¿Y si un famoso no reacciona? No se ha dado esa situación nunca. No te puedo decir, tomaríamos la decisión en el momento. Pero en este programa solo sale gente maravillosa, los chungos no salen.

¿Haciendo cámaras ocultas no acaba emparanoiada por si se lo hacen a usted? Sí, a mí me lo hicieron la vez anterior. No tengo miedo porque juego en casa, espero que no me joroben mucho. Me hicieron una en la anterior temporada en un día en el que estaba de un mal humor impresionante y con todo y con eso salgo bastante bien parada, porque me porté bien.

¿Qué hizo? Salté en aquel momento, porque me plantearon la situación de dos abuelillos a los que habían estafado y les pagué un hotel. Era el día de mi cumpleaños y me regalaron una guitarra firmada por Joaquín Sabina. Me la gané (risas).

¿Tendemos a ver a la tele como seres celestiales que nunca están de mal humor? La tele cada vez se parece más a la vida. No se hace tele solo en la tele, se hace en casa con un móvil, hacen tele los influencers, la gente que sale por la calle y hace un directo… cada vez la tele es más natural y cada vez se nos ve más como somos. Esa gente de gente que siempre es feliz y que no tiene un mal día está en desuso. Cada vez más estamos desmitificando a los presentadores, cada vez son más naturales.

Pero el show debe continuar, ¿no? Claro, es que otra cosa es que salgas en un prime time y tu trabajo sea entretener a la gente, entonces no sale la Toñi enfadada, porque a nadie le importa, me debo a ese trabajo y a la gente que está viendo a la tele y quiero llevarles alegría. Esa es mi profesión.

¿En qué momento de su vida habría querido tener una cámara oculta? En los momentos en los que me he sentido bien, porque he sacado lo mejor de mí misma y tenerlo grabado para que lo viera mi hija.

¿Nos ha hecho mejores la pandemia? Todos hemos tenido un momento de reflexión durante la pandemia y hemos valorado la familia, el tiempo en familia, la cocina, la casa… sí, nos ha hecho mejores personas, lo creo firmemente. Eso sí, el que no quiere aprender, no aprende.

¿Se puede hacer televisión que cale a la gente? En la primera temporada de gente maravillosa en Canal Sur nos llamaban de los colegios para decirnos que en las clases ponían las cámaras ocultas y que a los chavales les encantaba y que eran lecciones maravillosas de civismo. Quiero pensar que esto, que se va a emitir en dos televisiones públicas, sirve para hacer el bien, para educar o para hacernos pensar por lo menos.

¿El bien se contagia? Absolutamente. Y la energía bonita si la llamas la tienes y la gente buena se busca y se junta.

Antonia del Rocío Montserrat, ¿alguien la llama así aún? Me llamaba mi padre, pobrecillo, que falleció, me llamaba así cuando se cabreaba conmigo (risas). Antonia es por mi abuela, Rocío es porque mi familia era muy creyente de la Virgen del Rocío de Almonte y Montserrat es porque nací en Cataluña y los primeros ocho años viví en El Prat de Llobregat. Pero mi cultura, mi gente, mi familia y lo que se mamaba en mi casa es la cultura andaluza y me siento de Sanlúcar de Barrameda.

Su familia fue y regresó… Mi caso es del tantos y tantos andaluces que fueron a trabajar a Cataluña y que contribuyeron a que Cataluña sea lo que es. Mi padre dedicó diez años de su vida a trabajar en la Seat.

Usted empezó en Tele Sanlúcar, ha estado en Canal Sur, en Telemadrid… Las cadenas públicas tienen sentido, ¿no? Todo. Yo soy igual de feliz retransmitiendo la Semana Santa de Sanlúcar en mi pueblo, que lo he hecho muchos años, el Rocío para Canal Sur o en una tele nacional contando la actualidad. Cada televisión, la pública y la privada, tienen su función y es necesario que ambas converjan en un universo plural y que el telespectador elija en función de sus creencias o de su momento.

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