Cuando se presentaron en La isla de las tentaciones 4, Álvaro y Rosario, los amantes de Teruel, narraron que en alguna ocasión habían entrado en bucles de infidelidades y se dedicaban a ponerse los cuernos una y otra vez, porque llevaban el ojo por ojo, diente por diente, al extremo.

Primera infidelidad, hoguera de los chicos y llegada de dos solteros vip, este miércoles en 'La Isla de las tentaciones'

Y exactamente lo mismo ocurrió en el programa, aunque ellos no lo sabían a ciencia cierta. Era una de las parejas por la que menos se apostaba gracias a los antecedentes que narraron, e hizo falta muy poco tiempo para que ambos dudaran de su relación: en el caso de Álvaro, el motivo fue Sabela.

Desde el principio se decantó por la gallega, dejando claro que le ponía "muy nervioso" y que le suponía una verdadera tentación. Pese a pasar mucho tiempo juntos, la joven comentaba que le frenaba que el participante tuviera novia, hasta que este le dejó claro que había ido al formato para ser tentado, y así fue.

Tras muchos acercamientos, solo hicieron falta tres capítulos para que el tonteo entre ambos culminara en un apasionado beso. Ocurrió en una fiesta y mientras él pedía, desesperadamente, que la gallega fuera más atrevida con él, pese a que al poco de conocerle le mordió en la piscina y le besó el cuello en varias ocasiones.

"Me suda la polla mi novia", dijo Álvaro tras su tórrido momento con Sabela, algo que contrastó con la hoguera que se emitió unos minutos antes, en la que el joven se rompió al ver el tonteo entre Suso y Rosario, a la que aseguró que amaba y que era "lo mejor" de su vida. 

Con todo, Álvaro aseguró que no había actuado movido por el resentimiento, sino por la atracción hacia Sabela. Poco después, aunque para ver la escena completa habrá que esperar al siguiente capítulo, fue Rosario la que decidió besar a Suso tras una discusión, repitiéndose el mismo patrón que mantenía la pareja en el exterior: el de devolverse continuamente las deslealtades.