¿Operarse de la vista? La periodista Ana Cuesta nos cuenta cómo le ha cambiado la vida

Las personas que utilizan a diario gafas o lentillas lo tienen tan integrado en su rutina que muchas veces ni se dan cuenta de que las llevan. Sin embargo, la incomodidad de no ver bien sin ellas se pone de manifiesto en algunas situaciones como, por ejemplo, cuando practican deporte. También se nota más cuando llegan las vacaciones y el momento de disfrutar de la playa o la piscina, de senderismo al aire libre, de paseos bajo la lluvia... El uso de mascarillas durante el último año, sobre todo en los meses fríos, ha sido igualmente una desventaja al empañarse las lentes.

Además, la mayoría de la gente necesita una visión perfecta para trabajar, especialmente en profesiones como médicos, conductores, fotógrafos, operadores de cámara… e, incluso, presentadores de televisión. Este es el caso de Ana Cuesta (Valencia, 1985), a quien hemos podido ver en La Sexta desde 2012, en programas como Al Rojo Vivo o los informativos. La periodista, que se licenció en la Universitat de València y dio el salto a la pantalla en Canal 9, es ya una cara familiar para muchos que, curiosamente, no la recordarán con gafas.

Pero Cuesta comenta que las lleva “casi desde que tengo uso de razón; gafas desde los 12 y lentillas desde los 15 años”. Y los hábitos son muy difíciles de cambiar: ahora se ha operado de la vista en Clínica Baviera y reconoce que, justo después de la intervención, aún iba nada más despertarse “a la mesilla a buscar las gafas”, un gesto que reconocerá cualquier miope y del que ya no tendrá que preocuparse más.

La importancia de la salud ocular

La salud ocular en su trabajo “es fundamental”, explica Ana Cuesta, pues “se basa en observar el mundo para luego poder contar qué pasa” y pasar mucho tiempo leyendo y escribiendo. “Sin ella no soy nada”, dice, y por eso ha dado el paso. También porque no ver bien siempre le había generado cierta “inseguridad, sobre todo a la hora de presentar los informativos”. Los presentadores de televisión siguen los guiones en una pantalla (cue o teleprompter), por lo que siempre temía “no poder leer bien, con claridad, un paso o algún nombre...” y eso le suponía “un problema”.

Así que operarse en Clínica Baviera ha cambiado su día a día “muchísimo”: “A lo largo de estos años, en numerosas ocasiones me he encontrado con problemas en las lentillas, incluso úlceras. No solo veo mejor, también me he olvidado de esas complicaciones”, asegura.

"En numerosas ocasiones me he encontrado con problemas en las lentillas, incluso úlceras"

En su caso, no había barajado esa opción antes por “desinformación”, ya que “no conocía bien la operación” ni “en qué consistía la recuperación”. Tras consultar con los especialistas, se animó a hacerlo y no puede estar más satisfecha con la experiencia, que define como “fantástica, 100% recomendable”.

Como curiosidad, nos explica que justo ha estrenado “un nuevo plató en informativos. Es espectacular, muy grande, con muchas pantallas, presentamos todo de pie, caminando...”. ¿El problema? “Las cámaras están mucho más lejos y en movimiento, lo que conlleva que es mucho más difícil leer el cue”. Después de la operación, como les contaba a sus compañeros de la tele, este cambio le ha resultado mucho más fácil. Ahora se maneja mucho mejor en ese espacio pues, al ver 100% sin gafas, se siente “más cómoda, con mayor soltura”. 

Calidad de vida

A los indecisos, Ana Cuesta les animaría a operarse de la vista sin ninguna duda, porque “mejora tu calidad de vida”. Como ella siempre dice: “Poder ver, leer de lejos sin la ayuda de gafas o lentillas es un alivio” y por eso se lo recomendaría a todo el mundo. Sobre todo, ha ganado en comodidad en su trabajo, pero también en situaciones personales como las que comentábamos antes: la playa, la piscina, para hacer deporte…

“Poder ver, leer de lejos sin la ayuda de gafas o lentillas es un alivio”

Lo que más dudas le generó antes de tomar la decisión fue “la recuperación”, ya que temía que “tardara mucho en volver a ver tras la intervención”. En ese aspecto, en Clínica Baviera le contaron en detalle y con total sinceridad los “plazos, siempre aproximados y con prudencia”. Entonces se dio cuenta de que, “hasta en el peor de los casos”, la operación le iba a suponer “mucho menos tiempo” de lo que ella pensaba. Por supuesto, siempre se recomienda acudir a los expertos para una evaluación completamente personalizada y realista.

Ahora que ve el futuro “mucho mejor” que antes, Ana Cuesta (que es muy fallera) tiene marcadas en el calendario las próximas Fallas, unas fiestas en las que, confiesa la valenciana, “se duerme poco y cuando llevaba lentillas mis ojos sufrían mucho”. Las últimas tuvieron que aplazarse a septiembre por la pandemia y “fue extraño, pero también muy emotivo. Sirvió para recordar lo que hemos pasado” y mirar hacia adelante con optimismo.

Mientras, podremos seguir viéndola cada mañana, analizando la información en Al Rojo Vivo, y “ocasionalmente” presentando los informativos: “Acabamos de actualizar el formato y adaptarnos a esos cambios supone un reto, pero también mucha emoción”, se despide.