Pedro J. Ramírez: "Nadie puede retirarse de ser periodista"

  • El director de 'El Español', que lleva más de 40 años al frente de periódicos, publica las memorias 'Palabra de director'.
Pedro J. Ramírez, durante la presentación de su libro.
Pedro J. Ramírez, durante la presentación de su libro.
EFE / Juan Carlos Hidalgo
Pedro J. Ramírez, durante la presentación de su libro.

Ser periodista es una "cadena perpetua", una manera de vivir. "Nadie puede retirarse de eso", asegura Pedro J. Ramírez, que lleva desde 1980 al frente distintos diarios, entre impresos y digitales. Este miércoles ha presentado sus memorias, Palabra de director (Planeta), un repaso a su trayectoria desde Diario 16, en el que aterrizó con 28 años, y que toca el 23-F, el 11-M, los GAL e incluso al rey emérito. Los (sus) clásicos.

Define el volumen como una "carta de amor al periodismo" y espera que "contagie el virus" a aquellos que lo lean; también augura para el sector, a pesar de los problemas del papel, una próxima edad de oro, un retorno del buen hacer del oficio. Siempre quiso, dice, ser un lobo solitario, "un story teller", porque lo de ser director le pareció en su día tarea de "un rato", y cree que no hay nada más noble que dedicarse a la "búsqueda de la verdad". Eso sí, con idealismo y, si puede ser, lejos de la rutina, "el peor enemigo" de la profesión.

"Seguro que entenderéis que el holandés errante siempre vuelva al puerto", dice al público presente en la rueda de prensa, en una de sus varias alusiones a la ópera, una de sus pasiones. Ramírez se enorgullece de scoops relacionados con el golpe de Estado del 81, Roldán o el terrorismo de Estado, aunque reconoce que hay veces en las que hay que permitir "que la realidad te arruine un buen titular". En este punto, insiste en aquello que "permanece oculto" (sic) sobre los atentados de 2001 en Madrid, "un gran enigma histórico".

El eterno director se bautizó en Estados Unidos en pleno Watergate; allí conoció a uno de sus referentes: Ben Bradlee, de The Washington Post. Desde entonces ha pasado por medios como ABC, el citado Diario 16 y El Mundo -quizá su etapa con más repercusión-, que cofundó en 1989. Hoy comanda El Español. "En una redacción lo pasas criminal cuando no te salen las cosas", admite. Una de esas veces fue en 1997, cuando fue "víctima del infame montaje del vídeo", aunque todo se tornó "feliz" cuando averiguó quién estaba detrás.

"Estoy muy orgulloso de que decidiéramos actuar como si fuera una historia que le concerniera a otro", explica, "descubrí que fue un grupo de personas cercanas a Felipe González y a quienes montaron los GAL", añade. La segunda vez que lo pasó mal, relata, fue "cuando falló la tecnología un día y otro en el lanzamiento de El Español". Muchas de las cosas que cuenta ya las había desvelado con anterioridad; otras, como su entrevista a la cúpula de ETA el día de la huelga general de 1988, las ha contado ahora.

Entre los personajes que más impacto le han causado en su carrera han estado el político ruso Konstantín Chernenko, Bill Clinton -"Me cayó muy bien"- y, siempre en una altura distinta, mucho más elevada, Adolfo Suárez -"Cada año que pasa su figura se agiganta"-, por el que siente un "afecto muy profundo". Aunque si hay una figura que planea en todo el libro es la del rey emérito. Ramírez afirma que fue "de los primeros" en nuestro país en detectar que su conducta no se correspondía con sus deberes como monarca.

Y que fue "el primer periodista" en firmar, en 1990, un artículo crítico con él. "Al día siguiente me llamó Sabino (Fernández Campo) para tomar café, apareció Juan Carlos y dijo: '¿Amigos o enemigos?'", añade. El director también describe en el libro sus encuentros con presidentes de Gobierno, las buenas relaciones entre políticos de distinto color y otras tantas historias. Y no ve incompatible lo de pedir el voto a un partido desde un medio, como ha hecho varias veces, y no tener el carné de ninguno. Palabra de director ha salido a la venta este miércoles y ya va por la segunda edición; habrá, en todo caso, una segunda parte.

Para terminar, Ramírez ha explicado que a los redactores que llegan nuevos a su medio les da dos consejos, que busquen la verdad y respeten la sintaxis. "Creo que estoy teniendo más éxito en la primera", ha dicho entre risas. Y ha enseñado, ya en un corrillo para curiosos, la primera y la última amenazas de muerte que ha recibido como director. Una es de los 80, del batallón vascoespañol; la segunda, de la semana pasada, de un grupo de EE UU que lo acusa de "globalismo", "en la línea de la ultraderecha de Francia y España con eso de Soros".

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