España impulsa el pasaporte Covid frente a los no vacunados

Personas caminando por la calle Tetuán, en el centro de Sevilla.
Personas caminando por la calle Tetuán, en el centro de Sevilla.
RAÚL CARO/EFE
Personas caminando por la calle Tetuán, en el centro de Sevilla.
Las autoridades autonómicas empiezan a no ser ajenas a la estrategia que, poco a poco, se va imponiendo en otros países de la UE, centrada en aislar a quienes se considera responsables de que la pandemia vuelva a esta desbocada.

De momento y aunque con tendencia ascendente de los contagios, España sigue excluida de la zona de riesgo de la sexta ola que ya asola buena parte de Europa. Sin embargo, las autoridades autonómicas empiezan a no ser ajenas a la estrategia que, poco a poco, se va imponiendo en otros países de la UE, centrada en aislar a quienes se considera responsables de que la pandemia vuelva a esta desbocada: aquellas personas que se han negado a vacunarse contra la Covid. En este caso, mediante la exigencia del ‘pasaporte Covid’ para acceder a hospitales y otros lugares públicos. No sería la primera vez, porque comunidades como Galicia, Cantabria o Cataluña ya lo exigen para entrar en bares de copas. Sin embargo, el aumento de contagios de la última semana ha hecho resurgir el uso de este documento como la manera de diferenciar entre quienes están vacunados y quienes no lo están, de manera que no se perjudique a los primeros.

Este domingo, Austria se convirtió en el país que más duramente actuará contra los no vacunados, que representan más de un tercio de su población adulta, según el Centro Europeo de Control de Enfermedades. Con una incidencia récord superior a 900 casos por 100.000 habitantes, el Gobierno austriaco ha decretado un confinamiento parcial para las no vacunados, que solo podrán salir de sus casas para ir a trabajar, estudiar, hacer la compra o dar un paseo. "El porcentaje de vacunación es vergonzosamente bajo y sin subirlo no podemos salir de este círculo vicioso", dijo el canciller austriaco, Alexander Schallenberg.

Alemania ya prepara restricciones y ha movilizado al ejército para luchar contra la sexta ola y Países Bajos recuperó la semana pasada límites horarios, de aforos y volvió a vetar el público en competiciones deportivas. Más al este, la situación es también muy crítica en Bulgaria, Hungría, Grecia o Rumanía, que también tienen en común una baja tasa de vacunados, que ya se identifica como el principal causante de la sexta ola.

Acento en los no vacunados

También en España. La sexta ola no ha llegado de momento pero las autoridades ya ponen el acento en los no vacunados. Son menos, porque no representan más del 11% de quienes pueden vacunarse, pero la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y los consejeros ven un "patrón que se repite" en los hospitales de todas las comunidades: que los ingresos y cuadros graves se dan muy particularmente entre personas que rechazaron la vacunación. 

Pero los buenos datos no evitaron que, como en el resto de Europa, del Consejo Interterritorial de Sanidad de la semana pasada saliera un llamamiento a las personas no vacunadas a que accedan a inmunizarse. Además, Darias volvió a escuchar la petición del consejero de Murcia, Juan José Pedreño, de un "marco legal" a nivel estatal que "garantice" que el pasaporte Covid puede exigirse en acontecimientos de "ocio y eventos multitudinarios", particularmente los dirigidos a la población entre 20 y 39 años, con que tiene la menor cuota de inmunización en un país donde el 78,9% de la población tiene pauta completa, que representa el 88,9% de los mayores de 12 años.

Sanidad no oculta que no es partidaria de legislar a nivel nacional para dar un uso distinto al pasaporte Covid de para facilitar los viajes entre los países de la UE, de manera que la iniciativa sigue en manos de las comunidades y del aval de sus respectivos Tribunales Superiores de Justicia. A este procedimiento acudieron hace meses Galicia o Cantabria para poder pedirlo para entrar en bares nocturnos, pero en la última semana se ha intensificado la intención de las comunidades de emplearlo como una forma de discriminar entre vacunados y no vacunados.

Galicia está ultimando nuevos usos de este documento, para acceder a los hospitales y otros ámbitos, y ayer su conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, afirmó este domingo que "parte importante de los casos activos responden a personas no vacunadas". Días antes, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, advirtió de que si los contagios siguen aumentando y los no vacunados insisten en no inmunizarse, pondrán en marcha medidas que les afecten especialmente a ellos. Se refería al pasaporte Covid que sí podrán presentar los que tienen su pauta completa. "La primera cosa que está sobre la mesa es restringir a quien ha decidido estar en la zona de riesgo", indicó Igea. El repunte de casos en Cataluña también ha llevado al Govern a volver a plantearse ampliar los usos del ‘pasaporte Covid’, que ya exige en el ocio nocturno. Si en el pasado contempló exigirlo a los profesores, de cara al curso escolar, ahora la medida se dirigiría a toda la población no vacunada.

"La primera cosa que está sobre la mesa es restringir a quien ha decidido estar en la zona de riesgo"

Evitar aglomeraciones

El pasaporte Covid para restringir el acceso de los no vacunados se presenta como una segunda generación de restricciones contra la Covid, frente a las ‘clásicas’, límites de aforos y horarios, que las comunidades levantaron cuando hace semanas la situación epidemiológica marcó un nuevo valle que parecía que iba a ser de no retorno. Pero puede que no sea así. Navarra no descarta recuperar alguna medida y el País Vasco detallará este martes medidas para "evitar aglomeraciones" en las localidades con incidencia superior a 150.

Mientras, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, se mostró este domingo partidario del uso del pasaporte Covid y advirtió de que quienes no quieran vacunarse "tendrán que hacer una vida diferente".

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