La universidad no es una madre, no es para todos. ¿Endogamia? ¿Derecho de pernada? ¿Satrapías varias? Doctores (y nunca mejor dicho) tiene la universidad. Pero hay algo que quisiera anotar sobre la actitud de esos doctores. Al ocuparse de unas cosas y no de otras, al ignorar determinadas personas y opiniones, han acabado por distender los límites de lo posible.

Me explicaré con un ejemplo de actualidad. Aquí, en esta universidad, es perfectamente posible que mientras la comisión de garantía apoya por dos veces las justas reclamaciones de un profesor en contra de las arbitrariedades de un jefe de departamento, el tal jefe crea, defienda y establezca lo contrario y, además, se salga con la suya. No hay un solo doctor que pueda obligarle, al menos, a guardar la compostura.