Cuando la política merma la inmunidad de grupo: la mezcla de vacunas, un aprendizaje de la pandemia en España

La zona de espera para recibir la vacuna de Astrazeneca en el Zendal, con gran afluencia de público este lunes. Al lado, la de Pfizer, vacía.
La zona de espera para recibir la vacuna de Astrazeneca en el Zendal, con gran afluencia de público este lunes. Al lado, la de Pfizer, vacía.
Víctor Lerena/ Efe
La zona de espera para recibir la vacuna de Astrazeneca en el Zendal, con gran afluencia de público este lunes. Al lado, la de Pfizer, vacía.

Solo entre el 10 y el 12% de las personas que recibieron la primera dosis de AstraZeneca optaron por completar su vacunación con Pfizer, en contra de lo que recomendó Sanidad. "Hubo mucho revuelo", ha reconocido ahora una de las expertas de los Programas de Vacunación del Ministerio, la doctora Aurora Limia, que ha lamentado que las opiniones en contra de la mezcla de vacunas que se vertieron entonces llevaron a la población a optar por la pauta homóloga (repetir con AstraZeneca) que ahora se ha demostrado que es menos eficaz contra la covid-19.

"La evidencia muestra que la primovacunación con pauta mixta en las personas que recibieron la primera dosis de AstraZeneca es segura e induce mejor respuesta inmune que la pauta homóloga. También la pauta mixta en dosis de recuerdo muestra ser segura e inmunogénica". Esta fue una las conclusiones de la V Jornada sobre Vacunaciones organizada recientemente por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

Los estudios que se han ido realizando en Reino Unido, España, Alemania o Suecia, entre otros países, para estudiar la eficacia y la seguridad de la pauta heteróloga (combinación de diferentes tipos de vacunas contra la covid-19, es decir, de ARN mensajero -Pfizer o Moderna- y adenovirus -AstraZeneca o Janssen-) han demostrado que, si bien las reacciones adversas fueron más frecuentes, pero en general leves y transitorias, la respuesta inmunitaria es mayor que la de la pauta homóloga, expuso la doctora Limia en la charla que ofreció en el citado encuentro. En su intervención efectuó una cronología del uso de AstraZeneca en España. 

La vacuna contra la covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido) comenzó a emplearse en España el 9 de febrero de 2021 para los trabajadores esenciales de 18 a 55 años, pero tras detectarse su relación con un efecto secundario muy raro pero muy grave (trombosis con trombocitopenia), se interrumpió su administración el 16 de marzo. Una semana después se amplió a 65 años el límite de edad para su uso.

El 8 de abril, se suspendió su inoculación en menores de 60. El 30 de abril se amplió de 12 a 16 semanas el intervalo entre las dos dosis para los menores de 60 años, es decir, el personal esencial que había recibido la primera dosis de AstraZeneca. Esa fue "una prórroga para decidir cómo completar la vacunación de este colectivo". El Ministerio recomendó una segunda dosis de Pfizer el 18 de mayo, pero solo entre el 10 y el 12 por ciento de la población hizo caso. El resto optó, guiada por las opiniones del momento de sanitarios y políticos, por repetir con AstraZeneca (pauta homóloga), apuntó Limia.

Una práctica "habitual" en Salud Pública

Este es el resumen cronológico de la experiencia de mezclar las vacunas de AstraZeneca y Pfizer en España. La pauta mixta es una práctica que en realidad no era nueva -ya se había recomendado para enfermedades meningocócicas y neumocócicas, para el virus del papiloma humano, para el ébola, frente al VIH o a la gripe-, pero en ese momento se vivió por parte de la ciudadanía con desconfianza. Prueba de ello el escaso porcentaje de personas que habían recibido la primera dosis de AstraZeneca y que eligieron la segunda de Pfizer, tal y como había recomendado Sanidad.

"Es un concepto que se utiliza en Salud Pública de manera habitual", explicó Limia en la jornada de la SEE. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) establece que "el uso de las vacunas deben seguir las recomendaciones oficiales" de las agencias de Salud Pública, recordó la doctora al hablar del papel de las agencias reguladoras, que se centra en determinar si una vacuna es segura y eficaz para el uso indicado.

Aurora Limia, miembro de los Programas de Vacunación del Ministerio de Sanidad, lamentó que en el momento de completar la vacunación de los trabajadores esenciales "hubo mucho revuelo en general, tanto las redes sociales como en la opinión pública". 

"Ayudó poco que sanitarios y personas concretas se posicionaran en contra de la pauta heteróloga"

"Ayudó poco el hecho de que sanitarios y personas concretas que representaban a diferentes opiniones [se posicionaran] en contra de la pauta heteróloga, así como ciertos posicionamientos políticos no ayudaron a que esta recomendación se siguiera por parte de la población", sentenció.

El epidemiólogo Pedro Gullón también ha valorado este aprendizaje que se puede extraer de la gestión de la pandemia en España. El profesor de la Universidad de Alcalá cree que el asunto fue complejo y que echar la vista atrás ahora es "incluso más complejo". Comparte con Limia que "se montó mucha polémica", pero la enmarca en todos los cambios que se vivieron alrededor de AstraZeneca, los cuales fueron precedidos por los retrasos en las entregas por parte de la farmacéutica, la opacidad y ruptura de los contratos o la presión entre la UE porque Pfizer está en Alemania. "Todo esto hizo que AstraZeneca tuviera una situación muy complicada en Europa, lo que conllevó a que se plantearan alternativas", expone.

Gullón añade a estos factores los efectos adversos muy graves y muy infrecuentes que se vincularon al suero sueco-británico. "La comunicación de aquellos riesgos se hizo de forma bastante errática. Cada país actuó de una manera muy diferente e incluso algunos sin hacer caso a la EMA, lo cual creó una sensación caótica con las vacunas que creo que justo cristalizó en la confianza o no de la vacunación heteróloga". 

El experto también señala los cambios de recomendaciones del Ministerio, que fue cambiando las edades límites para recibir la vacuna de AstraZeneca. "Hubo un poco de caos, pero no duró tanto tiempo porque, aunque por un lado había falta de confianza en las instituciones a la hora de gestionar la vacunación con AstraZeneca, por otro lado la vacunación en general estaba yendo como un tiro y había mucho optimismo en relación a ello. Los resultados científicos terminaron avalando la estrategia y aquello se difuminó bastante rápido", concluye.

Pauta mixta para dosis de recuerdo y adicionales

Hoy en día se ha evidenciado que la pauta mixta en dosis de recuerdo, administrando una vacuna de ARN mensajero, es seguro y proporciona una respuesta inmune robusta. 

Así lo recoge la última estrategia de vacunación elaborada por el Ministerio de Sanidad, basada en estudios científicos recientes. Según reza este documento, "varios estudios de inmunogenicidad y seguridad de pautas heterólogas (mezcla de vacunas) realizados en España, Reino Unido, Alemania y Francia "claramente" manifiestan "que la respuesta a una pauta mixta de vacuna de adenovirus (AstraZeneca) seguida de una dosis de vacuna de ARNm, desencadena una respuesta inmune humoral y celular similar o incluso superior en algunos parámetros a la pauta homóloga" (dos dosis de ARN mensajero, esto es, Pfizer o Moderna).

Basándose en la última evidencia, el ministerio ha decidido emplear únicamente las vacunas de Pfizer y Moderna para administrar las dosis de refuerzo para los mayores de 70 años y las dosis adicionales para las personas de muy alto riesgo por covid y residentes en centros de mayores. En el caso de Pfizer, se administrará una dosis completa (de 0,3 ml); en el caso de Moderna, la mitad de la dosis habitual (0,25 ml, pues la dosis completa es de 0,5 ml)

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