"Me azotó con ganas, y aunque al principio estaba tímido reconozco que me gustó"

Durante toda mi vida he sido un mujeriego, era incapaz de comprometerme con una chica y cada fin de semana me liaba con una diferente. Pero todo cambió este verano cuando unos amigos y yo decidimos irnos de vacaciones. Al principio lo que quería era conocer chicas atractivas para pasar una buena noche. Casi sin darme cuenta, empecé a entablar una amistad con un chico del grupo con el que hasta entonces no había tenido mucha relación porque él era un chico reservado y cuando salíamos de fiesta nunca compartíamos opiniones.

Poco a poco nos fuimos conociendo y en algunos momentos hasta nos apartábamos del grupo para irnos de fiesta los dos solos porque éramos más iguales de lo que en un principio pensábamos. Una noche de borrachera en la playa nos apartamos del grupo como tantas veces habíamos hecho, empezamos a hablar mirándonos fijamente a los ojos y sin saber cómo nuestros labios se fueron juntando lentamente y terminaron fundiéndose en un apasionado beso.

Pasamos una noche de pasión, sentí algo que nunca antes había sentido con ninguna chica, me azotó con todas sus ganas y aunque al principio estaba un poco tímido, tengo que reconocer que me gustó. Al día siguiente hicimos como si nada de esto hubiera ocurrido porque él llevaba con su novia algo más de dos años y no quería tirarlo todo por la borda. Aunque ésta historia no haya llegado a más, fue la mejor experiencia de mi vida.