Carmen Rodríguez, psicóloga: "Hay personas que siguen de baja por miedo a salir a la calle y contagiarse de Covid"

Un hombre teletrabaja desde su casa.
Un hombre teletrabaja desde su casa.
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Un hombre teletrabaja desde su casa.

Cerca del 70% de la población activa en España requeriría realizar una valoración detallada desde el área de salud ocupacional por posible ansiedad y depresión y solo el estrés laboral provoca casi el 30% de las bajas. Así lo determina Affor Health, consultora especializada en prevención psicosocial, cuyos Programas de Ayuda al Empleado han visto aumentar un 20% la cifra de consultas al psicólogo  desde el comienzo de la pandemia.

Este servicio de acompañamiento, que da cobertura a unos 300.000 empleados, ha ido registrando además una evolución en cuanto al motivo de las consultas. Affor explica que, si hasta abril de este año la gran inquietud de los empleados atendidos era el coronavirus y sus implicaciones médicas, a partir de esa fecha son las demandas psicológicas y emocionales las que más crecen como consecuencia de la vuelta a la actividad habitual.

El estudio sobre el impacto de la Covid en la salud de los trabajadores llevado a cabo por esta consultora determinó además que el 86,2% de los trabajadores sufre nerviosismo, irritabilidad o tensión; el 84,7%, alteración del sueño; el 68,8%, dolor de cabeza, y el 61,5% se siente agobiado o en tensión. "Todos, cuando estamos en una situación nueva, necesitamos un periodo de adaptación. Pero hay personas que aun pasando los meses se han quedado en aquella primera etapa en la que el impacto psicológico fue muy fuerte", explica Carmen Rodríguez, psicóloga de Affor, en una entrevista con 20minutos.

¿Con qué situaciones se están encontrando? Damos servicio de apoyo psicológico 24/7 a empresas y hemos visto un aumento altísimo en la demanda. Estamos empezando a ver a personas que no han llevado como los demás el proceso de adaptación. Esto tiene como consecuencia que a día de hoy siguen de baja laboral porque les da mucho miedo salir a la calle. Se les está requiriendo que vuelvan a sus puestos de forma presencial y no se sienten preparadas porque creen que corren peligro. No son necesariamente patologías previas y que esto ha agravado, que también, sino personas sanas a las que de repente se les han desarrollado estos problemas por la pandemia.

Carmen Rodríguez, psicóloga de Affor Health.

CARMEN RODRÍGUEZ

  • Carmen Rodríguez es coordinadora del Área de Intervención Psicosocial de Affor Health. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con más de 20 años de experiencia profesional.

¿Es entonces sintomatología que está aflorando ahora? Probablemente ya les había brotado pero ahora la sociedad ya nos está exigiendo normalidad y ellos no están ni por asomo preparados. Se sienten muy presionados porque salen a la calle y ven a gente sin mascarilla, sentada en terrazas... y les provoca una sensación de peligro muy alta. La gente ha retomado su vida y ellos no son capaces de sentarse en una cafetería ni de entrar en una tienda y tocar o probarse algo. No pueden estar en sitios cerrados.

¿Ni siquiera estando vacunados? El miedo tiene una base muy irracional y cuando llega a fobia da igual que se esté vacunado. Siguen sintiendo que se pueden morir o provocar que alguien muera si se contagian de Covid. Muchas personas han incorporado rutinas que no tenían, como el refuerzo del lavado de manos mucho más allá incluso de lo recomendado, rituales con respecto a tener cuidado con lo que tocan, dejar los productos que compran unos días en la ventana hasta que creen que el virus ya no está, lavar la ropa cada vez que llegan a casa... Esto ha hecho que su calidad de vida se deteriore porque el nivel de alarma que tienen todo el día resulta agotador.

¿Llegan incluso a rechazar a los demás porque consideran que se comportan mal? Sí. Creen que están siendo incívicos. Nosotros intentamos trabajar mucho con ellos el hecho de que acepten que hay gente que decide no cumplir una norma y que no pueden estar enfrentándose al mundo constantemente porque no es sano. Hay quien no es capaz de quedar con padres de hijos pequeños porque los niños van sin mascarilla por ejemplo a la guardería y son potencialmente contagiosos. Eso le puede llevar a reducir su socialización a un grado muy bajo si todo su entorno lo forman padres con niños. O quien tiene al lado a un compañero de trabajo que tose y le mira con recelo por no haberse quedado en casa.

EL EJEMPLO CHILENO

  • Dentro de la Estrategia 2030, algunos Gobiernos están poniendo en marcha acciones para cuidar la salud mental, "y las empresas constituyen excelentes sitios para realizar acciones de promoción de la salud psicológica", apunta Affor. En este ámbito, la consultar considera especialmente destacable el 'Protocolo de vigilancia de riesgos psicosociales en el trabajo' empleado en Chile desde 2013. Este contempla cotizaciones adicionales para aquellas compañías con índices de absentismo por encima de la media nacional. Asimismo reconoce el absentismo como un indicador de riesgo psicosocial e insta a las direcciones empresariales a poner en marcha acciones específicas. "Modelos como el chileno ayudan a concienciar a las empresas de que un empleado con baja salud mental se ausentará más de su puesto, ocasionando a medio largo plazo costes sociales, pero a corto también disminución de la productividad", señala Affor.

¿Se sienten incomprendidos? Sí. A estas personas no hay que decirles: "Oye, ha pasado mucho tiempo, ¿no crees que ya deberías ya estar bien?". Este tipo de frases, que a veces decimos sin darnos cuenta, hacen mucho daño. Tenemos que respetar la idea de que una persona que siente que no puede hacer algo realmente no puede hacerlo.

¿A la sociedad le cuesta entender que alguien sienta tanto miedo a algo como para que eso le paralice? Estos pacientes siempre se quejan de eso, de tener que estar siempre justificando que se encuentran mal y que parece que no tienen derecho a sentirse enfermos. Pero, ¿cómo será el nivel de miedo que una persona alcanza para que con 25 años decida encerrarse en casa? Por más que les expliques las cosas con datos tienen una creencia que elevan a máximos y que no pueden desmontar en su cabeza. Contra esa parte hay que luchar con mucho mimo, con mucha paciencia, y sin infravalorar lo que les pasa, porque pueden desarrollar trastornos muy graves. Si fuera una patología física sería evidente. A alguien en silla de ruedas jamás le animaríamos a que saliera corriendo. A las personas con trastornos psicológicos las estamos obligando a que se levanten de la silla de ruedas y no pueden hacerlo.

¿Cómo trabajan con estos pacientes? Hay que darles muchas herramientas de manejo y control de la ansiedad y el estrés y tienen que ir haciendo exposiciones graduales. Con algunos he pactado que en algún momento de la semana intenten entrar en un comercio que vean que no tiene puerta o que es automática para que no tengan que tocar nada. Al principio les va a resultar incómodo. No se trata de que lleguen al punto del ataque de ansiedad pero sí que aprendan a manejarse en la incomodidad. Cuanto más se vayan exponiendo más se van a ir adaptando a una realidad diferente que poco a poco se va a acercar a lo que era antes.

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