El pisito

El cine encontró en los pisos de estudiantes un filón seguro, un escenario perfecto en el que situar juergas, ligues, broncas, amistades, amores e incluso crímenes.
Ahora resulta que no hay pisos para estudiantes. Los jóvenes que vienen a estudiar a Vizcaya  se las ven negras para encontrar un lugar en el que vivir. No son los únicos que ven en la vivienda un problema de difícil solución, pero irónicamente la noticia salta a la prensa al tiempo que nos enteramos de que como sociedad nos hemos ganado un suspenso en educación porque somos el último país de Europa en estudios juveniles.

‘El pisito’ es una asignatura más en la que suspendemos. Los estudiantes que buscan alojamiento no sólo quieren la llave de una casa. Saben que en su pisito aprenderán materias muy importantes que la universidad no enseña: convivencia, autonomía, uso de la libertad, gestión de la soledad... Enseñanzas fundamentales que influirán en ellos a lo largo de toda la vida y que les harán independientes, fuertes y libres... o no. Así que el asunto es serio.

La vivienda para los jóvenes es una asignatura más en la que también suspendemos.

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