Estas son las enfermedades para solicitar una pensión por incapacidad permanente en la Seguridad Social

La pensión por incapacidad permanente es una prestación económica que se reconoce a un trabajador o trabajadora que "trata de cubrir la pérdida de ingresos que sufre cuando por enfermedad o accidente ve reducida o anulada su capacidad laboral", detallan en la Seguridad Social. 

Esta pérdida de renta es producida por "un proceso patológico o traumático" y repercute al trabajo de forma prácticamente definitiva. Pueden optar a esta ayuda económica las personas incluidas en cualquier régimen de la Seguridad Social que cumplan con una serie de requisitos, en función del grado de incapacidad.

Diferentes grados de incapacidad permanente

¿Cuáles son estos grados? Por un lado, la incapacidad parcial para realizar la profesión habitual hace referencia a la reducción no inferior a 33% para el rendimiento de dicho trabajo. La incapacidad total inhabilita a la persona trabajadora para su profesión, pero sí podría dedicarse a otra cosa diferente. Por último, la incapacidad absoluta inhabilita para todo tipo de trabajo, y la gran invalidez se produce cuando la persona requiere asistencia para el cuidado diario.

Por tanto, la lista de enfermedades estará relacionada con el grado de incapacidad demostrado. Aunque la Seguridad Social no dispone de una lista detallada para delimitar las situaciones por las que se concede una pensión por incapacidad permanente, sí existen categorías y patologías por las que se puede solicitar esta prestación.

Como recogen en el bufete de abogados especializado Campmany, en esta tabla de enfermedades "se pueden encontrar diferentes dolencias que se enmarcan en especialidades como cardiología, psiquiatría, traumatología, neurología o reumatología, entre otras".

A nivel general, estas serían algunas de las patologías que engloban la mayoría de pensiones por incapacidad permanente concedidas, aunque no excluyen otras por las que también se pueda recibir esta prestación.