Propiedades, una empresa y hasta su propio nombre: la herencia de Georgie Dann

Georgie Dann, en una imagen de archivo.
Georgie Dann, en una imagen de archivo.
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Georgie Dann, en una imagen de archivo.

Este pasado miércoles, a los 81 años de edad, fallecía Georgie Dann en Madrid. El siempre optimista rey de las canciones de verano, que llevaba un tiempo padeciendo un cáncer de pulmón, no pudo superar una operación a la que habían tenido que someterle por una rotura de cadera que le había provocado una caída previa. Lo más curioso es que el artista estuvo en activo casi hasta el final de sus días (el mismo miércoles los usuarios de las redes recordaban con cariño su participación en 2018 el El Chiringuito de Jugones) y en todo ese tiempo amasó una fortuna que deja ahora en forma de herencia a sus tres hijos.

El francés (nació en París en enero de 1940) se casó con una de las gogós que le acompañaban en sus actuaciones, Emilia García, a quienes llamaba Emy, y con quien tuvo tres hijos, Emi, Patricia y Paul, siendo estos dos últimos quienes han seguido los pasos paternos y formado el dúo musical Calle París, nombrado así por la famosa canción de Duncan Dhu. Ellos son los beneficiarios de un patrimonio que han desgranado desde Vanity Fair en dos vertientes: la inmobiliaria y empresarial y la que deriva de sus derechos de autor de tantos y tantos éxitos eternos.

En el terreno corporativo hay que destacar una empresa, Poney Musical S.L., cuya administradora única es Emilia García. Esta compañía, constituida en 1968, justo cuando el cantante comenzaba a ser reconocido más allá de nuestras fronteras, sobre todo en América, se dedica a "la tenencia, adquisición y explotación por medio de cualquier título, de todo tipo de bienes inmuebles, muebles y/o derechos, y la administración de tales bienes según convenga para su aprovechamiento". Como actividad complementaria y secundaria, las artes escénicas.

Pero, sobre todo, es importante por ser la que posee el nombre registrado de Georgie Dann (dado que su verdadero nombre era Georges Mayer Dahan). El abogado Antonio Muñoz Vico ha respondido las preguntas del citado medio y, sobre el tema de esta marca, asegura que a su esposa aún "le permite comercializar en exclusiva determinados productos y servicios bajo su nombre".

Analizando el Registro Mercantil, se observa que el último ejercicio (2020), aunque mayor que otro años anteriores, no evita que sea una sociedad en evidente balance negativo (algo también explicable debido al coronavirus), con un activo de 372.758 euros y unos números rojos de 45.935 euros. Pero aún con estas mejorables cifras, informa el medio, no consta que haya reclamación alguna de la Administración Pública o demanda judicial. Al contrario, juega a su favor el hecho de que presente todas sus cuentas con envidiable regularidad.

Emilia García y Georgie Dann, que de hecho aprendió el idioma de su esposa en aquella época, cuando vino a España para representar a Francia en el extinto Festival de la Canción Mediterránea y luego continuó de gira por el mercado latino, tenían la sede de la empresa en el unifamiliar en el que vivían en Pozuelo de Alarcón, en una parcela de 1.700 metros cuadrados (el metro cuadrado, en las urbanizaciones de su zona, oscilan entre los 2.000 y los 4.000 euros).

El matrimonio adquirió la casa, de 344 metros cuadrados, en 1986 y con una hipoteca muy por debajo de su nivel de tasación, por lo que hoy en día está libre de cargas. Y esta es solo una de las cuatro propiedades que están a nombre de la pareja o de la sociedad que regentan. Eso sí, serán los derechos de autor los que sigan llenando las arcas, dada la cantidad de éxitos que componen la carrera de Georgie Dann.

"Entre todas las personas y entidades que han expresado públicamente su sentir por la muerte del parisino, la SGAE lo ha hecho reivindicando su faceta de compositor y letrista: tanto bajo su nombre de pila (Georges Mayer Dahan) como utilizando su nombre artístico, Georgie Dann, tenía registradas más de trescientas canciones que conforman un verdadero patrimonio inmaterial", ha declarado Muñoz Vico a Vanitatis, así que como algunas de estas canciones como Carnaval, carnaval o El negro no puede están firmadas junto a su mujer como coautora.

"Tras su muerte, cada vez que esas canciones se interpreten o se pinchen, por ejemplo, en discotecas, en la radio o en Spotify, seguirán reportando beneficios a sus herederos hasta que pasen al dominio público a finales de siglo [esto ocurrirá en el año 2092, lo que suponen 70 años contados desde el siguiente 1 de enero a la muerte del artista] o incluso más tarde, porque en los casos de autoría compartida el plazo solo empieza a correr cuando todos los coautores han muerto", ha explicado.

Asimismo, desde el citado medio se le ha preguntado por su faceta como intérprete de tan vasto repertorio, no como autor, y ahí vuelve a haber nuevos derechos que "pueden llegar a durar desde los 50 años, desde el año siguiente a su primera interpretación, hasta 70 años desde la publicación o difusión del álbum". "Serán los sellos discográficos quienes deban abonar las regalías pactadas por contrato [los consabidos royalties]. Por su parte, la sociedad de artistas AIE (que, a diferencia de SGAE, no publica en su web un repertorio que permita identificar a sus miembros) será la encargada de recaudar sus derechos de mera remuneración", ha matizado.

Por último, quedaba saber qué será de los derechos de imagen del autor de La barbacoa El casatschok. "Con la muerte, los derechos de la personalidad se extinguen y solo las personas que designara en su testamento o, en su defecto, sus familiares, podrán defenderla frente a determinados usos no autorizados", ha comentado, para luego poner como ejemplo el caso de Salvador Dalí.

"La sentencia del Tribunal Supremo del año 2016 en el caso Dalí aclaró que los derechos de imagen se extinguen con la muerte y que los familiares únicamente pueden ejercitar acciones para defender la memoria del fallecido. Pero, ¿en qué casos se ve afectada la memoria? ¿Podría la asociación no autorizada de la imagen a una marca constituir una afectación de la memoria? ¿Y un deepfake o ultrafalso [como el caso de Lola Flores en el anuncio de Cruzcampo]? Existe todavía un cierto grado de incertidumbre sobre la protección del derecho a la imagen de las personas fallecidas", ha finalizado.

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