El Partido Popular gobierna en cinco comunidades y en una ciudad autónoma, y en todos esos territorios, excepto en uno, el presidente autonómico lidera también la formación en su territorio. La excepción es Madrid, donde dirige el partido una gestora con Pío García Escudero al frente, impuesta por Mariano Rajoy tras la dimisión de la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes. Es por ello que la presidenta Isabel Díaz Ayuso, con el respaldo de amplios sectores del partido, pide "normalizar" la situación en lugar de seguir retrasando el congreso autonómico. Esa petición, sin embargo, ha abierto una disputa con la dirección nacional de Pablo Casado, que sostiene que el caso de Madrid es singular y que debe ser una "excepción".

En las elecciones autonómicas del 28 de abril de 2019, el PSOE ganó en diez autonomías, aunque los pactos poselectorales permitieron al PP perder solo La Rioja respecto a la situación de las anteriores elecciones. El apoyo de Ciudadanos y de Vox hizo que los populares pudieran seguir gobernando en Madrid, con Ayuso; en Castilla y León, con Alfonso Fernández Mañueco; en Murcia, con Fernando López Miras; y en Ceuta, con Juan Jesús Vivas. Antes, Juanma Moreno se había hecho con Andalucía y, en 2020, Alberto Núñez Feijóo reeditó de nuevo su mayoría absoluta en Galicia.

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A Mañueco, López Miras, Vivas, Moreno y Feijóo hay algo más que les une además de presidir una autonomía: también son los presidentes del PP en sus respectivos territorios, lo que les permite tener poder a la hora de organizar el partido, fijar los mensajes y diseñar las listas electorales. Esa norma es la que Ayuso quiere que se repita también en Madrid, aunque la dirección nacional alberga recelos hacia la posibilidad de que sea ella quien lidere la organización que alrededor del 10% del total de militantes del PP. Según datos oficiales del partido, de los 861.430 afiliados con los que cerraron 2020, cerca de 85.000 son de la formación madrileña.

En la Comunidad, el partido está regido por una gestora desde 2018. La dimisión de Cristina Cifuentes tras el caso Máster y desencadenada por la publicación de un vídeo en el que salía robando unas cremas -grabación cuya aparición se vinculó al entorno del PP- dejó a la formación descabezada. Fue cuando el entonces líder del PP y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, puso a Pío García Escudero al frente de la gestora cuyo mandato se extiende hasta ahora.

Sin embargo, hace unos meses, Ayuso dejó caer por primera vez sus intenciones de dirigir el PP de Madrid. Con el respaldo que le dio su gran resultado en las elecciones del 4 de mayo -se quedó a cuatro diputados de la mayoría absoluta-, habló de "devolver la normalidad" al partido y se postuló para dirigirlo, teniendo en la cabeza a Esperanza Aguirre, que en su época de las mayorías absolutas en Madrid también presidía la formación. "Quiero recuperar la normalidad en una formación donde siempre el presidente autonómico ha liderado el partido, como ocurre en toda España y en el ámbito nacional. Daré un paso adelante para presentarme", señaló en una entrevista concedida a 20Minutos ya en septiembre.

El anuncio pilló con el pie cambiado a la dirección nacional, que respondió con un "no toca". Y es que Génova ya había establecido un calendario de celebración de congresos regionales y provinciales. Según ese planing, a Madrid le tocaría a partir de marzo, una arista que también enfrenta a Ayuso con Génova, ya que la presidenta madrileña dice necesitar más tiempo para preparar el partido para las elecciones en los 179 municipios madrileños que tendrán elecciones en 2023.

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En estos meses, lejos de enfriarse el conflicto entre Ayuso y Casado, se ha ido recrudeciendo. Tanto, que llegó a empañar la convención nacional que el PP diseñó para impulsar la carrera de Casado utilizó hacia La Moncloa. La presidenta madrileña finalmente acortó su viaje a EEUU y acudió a la cita, en la que aprovechó para trasladarle a Casado en público que "su sitio" era Madrid. Sin embargo, a este gesto le precedieron semanas de dudas sobre si acudiría y una gran expectación mediática por parte de los militantes, que la recibieron al grito de "presidenta".

La pugna también eclipsó las enmiendas del PP a los Presupuestos del Gobierno para 2022. El viernes, días antes de que comenzara el debate de los PGE en el Congreso, el PP de Madrid celebró una Junta Directiva en la que Ayuso volvió a postularse como futura presidenta de la formación y en en la que numerosos cargos locales del partido reclamaron a García Escudero que ponga fin a la gestora y facilite la convocatoria del Congreso. Para completar la semana, en esos días también se filtró el bloqueo de Ayuso en Whatsapp de su móvil personal a  Teodoro García Egea, secretario general del PP.