El Gobierno prevé acabar el desmantelamiento del antiguo peaje de la AP-7 en la Jonquera (Alt Empordà) antes del verano. Las obras, que han comenzado esta semana, no destruirán completamente todas las cabinas que había hasta ahora en el último peaje antes de cruzar la frontera entre España y Francia. 

Según ha avanzado el subdelegado del Gobierno, Albert Bramon, Fomento mantendrá algunos de los laterales para facilitar los controles policiales que habitualmente se hacen en este punto transfronterizo. De esta manera, habrá tres carriles centrales por cada sentido libres. También se habilitará una barrera que ayude a cerrar el tramo central para redistribuir los coches en las zonas de cabinas para hacer los controles.

Empiezan a derribar la estructura de los peajes de la C-32 y la C-33

Desde el pasado martes, las máquinas han comenzado a tirar al suelo el antiguo peaje de la AP-7 que había en la Jonquera, el último en territorio español antes de cruzar la frontera con Francia. Estas obras llegan después de la liberalización de la autopista el pasado mes de agosto. Ahora, las obras prevén dejar un espacio central libre con tres carriles por lado, con el objetivo de que los vehículos no hayan de reducir la velocidad.

El desmantelamiento del peaje de la Jonquera, no obstante, tendrá un diseño diferente al del resto, por el hecho de que se encuentra en una zona transfronteriza. El subdelegado del Gobierno en Girona, Albert Bramon, ha destacado que en este punto hay controles policiales de forma recurrente, por eso hacía falta "diseñar" un dispositivo que permitiese cortar el tráfico en un momento determinado.

Este modelo mantendrá algunas de las cabinas del antiguo peaje, que pasarán a  tener un uso diferente. Se destinarán a realizar controles policiales y permitirá a los agentes de cualquiera de los cuerpos policiales con competencias para actuar en la AP-7 (Mossos d'Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil) poderse resguardar del frío y la lluvia en las cabinas. Por eso también se prevé mantener los semáforos que había en cada carril y las barreras que permitirían seguir circulando o no a cada vehículo.

De los 30 carriles que había en los dos sentidos de la marcha, se prevé eliminar buena parte de las cabinas. A pesar de ello, ya es seguro que habrá cuatro en dirección a Perpiñán, mientras que en sentido Barcelona podrían dejar más. Además, el Gobierno prevé instalar un sistema de barreras que cierren el acceso de los seis carriles centrales y desvíen el tráfico por los laterales, donde se situarán las cabinas para controles policiales.

Por otra parte, el Ministerio de Fomento también prevé mantener dos módulos que hay a cada lado de la vía donde hay servicios, duchas y un espacio de cocina office. Se trata de dos espacios que hasta ahora usaba el personal de mantenimiento de Abertis y que ahora han pasado a manos de Fomento. Bramon ha destacado que este espacio se destinará a los cuerpos de seguridad por si "tuviesen que pasar la noche".

El desmantelamiento del peaje de la Jonquera tendrá un diseño diferente 
al del resto, por el hecho de que se encuentra en una zona transfronteriza

El calendario del desmantelamiento prevé que las obras finalicen antes del verano, justo antes del inicio de la temporada de verano que es cuando hay más tráfico. El Gobierno tiene previsto seguir derribando los peajes de norte a sud de la demarcación de Girona. 

De todas maneras, Albert Bramon ha anunciado que en algunos accesos habrá que hacer adaptaciones para garantizar que los conductores reduzcan la velocidad al salir de la autopista sin suponer un riesgo.

Comienzan a desmontar el peaje de la AP-2 en Lleida

Las empresas encargadas de conservar y explotar el tramo de la AP-2 que discurre por las comarcas leridanas han comenzado a desmantelar el peaje de Lleida. La actuación forma parte de la retirada de barreras que el Ministerio de Transportes ha de hacer tanto en esta autopista como en la AP-7, una vez finalizadas las concesiones el pasado 1 de septiembre. 

Los trabajos para retirar las instalaciones del peaje en el acceso de Lleida se alargarán entre 10 y 15 días y, posteriormente, se hará lo mismo con los de Soses, les Borges Blanques y l'Albi, por este orden. En el primer mes desde el levantamiento de barreras, el tráfico en la N-240 que discurre prácticamente en paralelo a la AP-2, sufrió un descenso de vehículos del 32% respecto a septiembre de 2019.

El pasado fin de semana se ha formalizado el contrato con la empresa adjudicataria del mantenimiento y conservación del tramo de 61 kilómetros de la AP-2 que discurre por las comarcas de Lleida, la UTE integrada por Arnó, Rubau y Acuaterra. La primera actuación que lleva a cabo es el desmontaje de las playas de peajes. 

Según ha explicado el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín, se ha comenzado en el acceso de Lleida y se continuará con los de Soses, les Borges Blanques y l'Albi. En total, estos trabajos, está previsto que se alarguen unos dos meses.

El siguiente paso que ejecutará la UTE adjudicataria, una vez aprobados los proyectos pertinentes, será la reordenación de los accesos una vez retirados los peajes. El contrato que le adjudicó el Estado también incluye la gestión de las dos áreas de servicio existentes en este tramo, las de Lleida y les Borges Blanques, esta última actualmente cerrada.

La liberación del peaje en la AP-2 y la AP-7 supondrá un ahorro económico de más de 750 millones de euros para los catalanes

Durante una visita a los trabajos, Crespín ha destacado que la liberación del peaje en la AP-2 y la AP-7 supondrá un ahorro económico de más de 750 millones de euros para los catalanes. En el caso del levantamiento de barreras en la AP-2, ha remarcado que "permite disponer de una vía de alta capacidad que acerca a los leridanos a Tarragona y a Barcelona y también a Aragón". Asimismo, ha dicho que la liberación puede suponer un estímulo para atraer a empresas a los municipios por donde discurre.

El subdelegado del Gobierno también ha puesto en valor que el levantamiento de barreras también supone "un cambio importante en la movilidad en el territorio". En este sentido, ha explicado que, en el primer mes desde la eliminación de barreras, el tráfico en la N-240 que discurre prácticamente en paralelo a la AP-2 sufrió un descenso del 32% de coches respecto a septiembre de 2019, ya que en 2020 el volumen de vehículos fue muy inferior al habitual.

ACN

Idéntico proceso en los peajes de la AP-7 y la AP-2 en Tarragona

El MInisterio de Transportes ha comenzado a desmontar los peajes de las autopistas AP-7 y AP-2 en la demarcación de Tarragona. El primero en el que se han iniciado los trabajos es en el troncal de Vila-seca de la AP-7, mientras que el troncal del Vendrell de la misma vía se comenzará a desmontar la semana que viene. El subdelegado del Gobierno en Tarragona, Joan Sabaté, ha afirmado que se destinarán siete millones de euros para estas tareas y que los trabajos de supresión de todas las barreras, tanto las troncales como las de los accesos, se acabarán en el primer semestre de 2022. 

Por otro lado, se ha adjudicado por un importe de unos 7,5 millones de euros el contrato de mantenimiento de las dos autopistas en los tramos de la demarcación.

Sabaté ha afirmado que el incremento de tráfico desde la gratuidad de las autopistas ha hecho necesaria la retirada de la estructura de los peajes, ya que provocan una "ralentización en la circulación". En toda Cataluña el Ministerio ha realizado seis contratos para el mantenimiento de la AP-7 y la AP-2 por valor de 92 millones de euros, de los que 14,7 corresponden a la demarcación tarraconense. De estos, 7 millones se destinarán al desmantelamiento.

El incremento de tráfico desde la gratuidad de las autopistas ha hecho necesaria la retirada de la estructura 
de los peajes, ya que provocan 
una "ralentización en la circulación"

El pasado martes comenzaron las tareas de desmontaje en el peaje troncal de Vila-seca. Las barreras ya están casi todas fuera, las señales luminosas de la parte superior de la estructura ya han sido retiradas y buena parte de las máquinas de pago ya están desancoradas. 

Tanto el de Vila-seca como el del Vendrell se prevé que estén totalmente eliminados en un mes. "Hay que atender algunas peticiones del Servei Català de Trànsit para habilitar espacios laterales para hacer controles a camiones", ha dicho Sabaté. Unos trabajos que se harán en paralelo al desmontaje. Para un poco más adelante quedarán los peajes de los accesos, los proyectos de los cuales se están ultimando. En este caso las obras está previsto que acaben en el primer semestre de 2022.

Por otra parte, el jefe de la unidad de carreteras del Mitma en Tarragona, Alberto Hernández, ha reconocido que se está estudiando mejorar las zonas de estacionamiento de las áreas de servicio, para que los camioneros puedan hacer las paradas reglamentarias de sus trayectos con seguridad. Este es un punto que desde asociaciones de transportistas se había reclamado a raíz del incremento del tráfico en las autopistas.

Un aumento que, de momento, desde el Estado no cuantifican. Para poderlo determinar se han comenzado a instalar unos aparatos para recoger datos. El primero se puso la semana pasada en la AP-2. "Tenemos previsto instalar más en la AP-7. Cada dos enlaces, pondremos uno", ha concretado Hernández, que ha calificado el incremento del tráfico en las autopistas desde su gratuidad de "dramático".