Este martes 2 de noviembre, Telecinco emitió una nueva entrega de Secret Story: cuenta atrás. Presentada por Carlos Sobera, la gala estuvo repleta, una vez más, de momentos protagonizados por Adara Molinero, candidata a abandonar el concurso el jueves, al igual que los Gemeliers.

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La participante vivió su momento más dulce en el programa cuando acudió a verla su exnovio, Rodri Fuertes. Desde que la joven se incorporó al concurso, se había mostrado afectada en muchas ocasiones tanto por la reciente ruptura como por la incertidumbre que sentía al no conocer los sentimientos de la que fuera su pareja.

A esto no ayudó nada que el formato le transmitiera, en varias ocasiones, información del exterior con mensajes que Fuertes escribía en sus historias de Instagram para apoyar el concurso de su ex o hasta con una ambigua llamada que solo sirvió para aturdir más a Molinero.

Sin embargo, este martes no hubo mensajes ni llamadas, sino que el joven entró directamente en la casa, donde se encontró con Molinero y le dejó claro, de una vez, que quería volver con ella. "Fuera es muy difícil todo, al principio no podía ni verte en la pantalla... lo quiero todo contigo, que lo intentemos todo a tope", declaró, emocionando a la concursante.

El empresario también quiso que Molinero se anime de cara a lo que le queda de concurso e intentó transmitirle todo el apoyo que tenía fuera, algo en lo que debía poner el foco cuando se sintiera sola en La casa de los secretos. "Te veo todos los días, hasta desde el móvil; leo tus blogs y hablo con tu madre cada día. Para mí ha sido muy duro, porque te he visto llorar y sufrir", añadió.

Por su parte, Molinero se aseguró de que tanto su hijo como el resto de la familia y la mascota de Fuertes estaba bien, y pasó a dejar claro que los sentimientos de su visita eran recíprocos: "Necesitaba esto, le quiero mucho, fuera lo pasaba muy mal y al llegar aquí me di cuenta de que no podía vivir sin él", recordó, con una amplia sonrisa.