Etiopía declara el estado de emergencia y llama a sus ciudadanos a armarse contra los rebeldes de Tigray

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed (archivo).
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed (archivo).
vía Europa Press
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed (archivo).

El Gobierno central de Etiopía declaró este martes el estado de emergencia a nivel nacional por la guerra de Tigray, tras los últimos avances de los rebeldes sobre la vecina región de Amhara, aliada del ejecutivo. La medida, ordenada por el Consejo de Ministros etíope, fue anunciada por el ministro de Justicia, Gedion Timotios, en una rueda de prensa.

El estado de emergencia -que, entre otras medidas, restringe la realización de protestas y prohíbe diseminar información o propaganda de apoyo de grupos considerados terroristas (como los rebeldes de Tigray)- se adoptó, según el ministro, para frenar a las fuerzas tigriñas y evitar la desintegración del país. 

Las autoridades de la capital de Etiopía, Adís Abeba, pidieron además a los residentes de la urbe que registren todas sus armas privadas y cooperen con las fuerzas de seguridad para defender sus barrios de los rebeldes de la región de Tigray, en guerra con el Gobierno federal desde hace casi un año.

“A partir de ahora, las fuerzas de seguridad pueden hacer registros e inspecciones en cualquier momento, y pedimos a todos los sectores de nuestra sociedad que cooperen con ellas”, advirtió en un comunicado el jefe de la Oficina de Seguridad de Adís Abeba, Kenena Yadeta.

Kenena también dijo que el Gobierno de Etiopía tomará “medidas legales estrictas contra quienes difundan propaganda falsa sobre el Ejército y otras fuerzas de seguridad” que luchan contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante en la región norteña hasta el estallido del conflicto, en noviembre de 2020.

Este fin de semana, los combatientes del FPLT anunciaron haber logrado el control total de las ciudades de Dessie y Kombolcha- en la vecina región de Amhara y a menos de 400 kilómetros de la capital de Etiopía- unos logros militares que el portavoz del Gobierno, Legesse Tulu, negó.

Esto situaría a los rebeldes del FPLT en el mismo territorio donde operan los insurgentes de etnia oromo del Ejército de Liberación Oromo (ELO), con quienes anunciaron una alianza a finales de agosto. Las telecomunicaciones están cortadas en gran parte del norte de Etiopía, por lo que verificar estas informaciones resulta muy complicado.

En declaraciones a Efe ayer, lunes, Legesse también acusó al FPLT de haber ejecutado sumariamente al menos a 100 jóvenes durante el ataque contra Kombolcha con el objetivo de “aterrorizar a la población y forzar su docilidad”, algo que negó a través de Twitter el portavoz de los rebeldes tigriños, Getachew Reda.

Poner "cada arma y cada poder" al servicio de la guerra

Ante el avance de las fuerzas tigriñas en Amhara -región contra la que mantienen una disputa histórica por la tierra-, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envió anoche un mensaje a los etíopes urgiendo a poner "temporalmente" sus asuntos cotidianos en espera y a unirse y a organizarse para poner "cada arma y cada poder" al servicio de la guerra contra el FPLT.

La acometida rebelde este fin de semana sobre Amhara, a su vez, había sucedido después de varios días de bombardeos sobre la capital tigriña, Mekele, y otras zonas de la región por parte del Gobierno etíope y de sus aliados.

La guerra entre Tigray y el Ejecutivo central de Etiopía estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope ordenó una ofensiva contra el FPLT en represalia por un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.

Desde entonces miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazadas internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.

Además, casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" por la guerra, según advirtió en septiembre el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

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