Cómo han llegado estos nanoplásticos desde Londres hasta Los Alpes

Observatorio Sonnblick en los Alpes.
Observatorio Sonnblick en los Alpes.
ZAMG-SBO/GernotWeyss
Observatorio Sonnblick en los Alpes.

Un equipo de investigadores ha encontrado nanoplásticos en el Observatorio Sonnblick situado a gran altitud en los Alpes austriacos. Un descubrimiento que ha sorprendido a los expertos, ya que es la primera vez que se encuentra este material en esta zona. La investigación publicada recientemente ha permitido cuantificar los nanoplásticos en el medio ambiente. 

El objetivo inicial de la investigación era la búsqueda de partículas orgánicas mediante la toma de muestras de nieve o hielo. "Nuestro método de detección es un poco como una nariz mecánica. E inesperadamente, olió plásticos quemados en nuestras muestras de nieve", detalla en un comunicado el investigador principal Dušan Materić. El detector fue capaz de encontrar el olor de varios tipos de plástico, principalmente polipropileno (PP) y tereftalato de polietileno (PET).

¿Cuáles son las características de estos nanoplásticos?

Los nanoplásticos detectados en esta zona tienen un tamaño inferior a 200 nm, esto es, aproximadamente "una centésima parte del ancho de un cabello humano". Se trata de un tamaño significativamente más reducido que las partículas de plástico descubiertas en estudios previos. 

Podría haber más concentraciones de nanoplásticos en lugares remotos como este.

"Dado que los altos Alpes son un área muy remota y prístina, nos sorprendió bastante encontrar una concentración tan alta de nanoplásticos allí", argumenta el investigador. De esta manera, los resultados sugieren que, además de los microplásticos, podría haber tantos nanoplásticos presentes en estos lugares remotos.

¿Cuál es su origen?

Pero, ¿de dónde vienen? "Es muy poco probable que estos nanoplásticos se hayan originado en áreas alpinas vírgenes locales", señala Dušan Materić. Por esta razón, el equipo dio un giro a su proyecto inicial para estudiar esta cuestión a fondo.

En este sentido, los investigadores hallaron una correlación entre las altas concentraciones de nanoplásticos y los vientos provenientes de la dirección de las principales ciudades europeas, sobre todo Frankfurt y el área industrial del Ruhr (Alemania), pero también los Países Bajos, París e incluso Londres.

Podrían existir "puntos calientes de nanoplásticos en nuestras ciudades y en el aire que respiramos".

"El modelado avanzado apoyó la idea de que los nanoplásticos son transportados por aire desde estos lugares urbanos", detall Materić. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Podría significar que existen "puntos calientes de nanoplásticos en nuestras ciudades y, de hecho, en el mismo aire que respiramos".

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