Los usuarios del futuro tranvía de Zaragoza disfrutarán, en principio, de un mayor confort y un mejor servicio del que ofrece el transporte público tradicional. La empresa que lo gestione cobrará en virtud de la calidad que ofrezca a los viajeros y tendrá que cuidar al máximo desde las frecuencias de paso hasta la limpieza de los vagones y las facilidades de acceso.

Como máximo, por la gestión del tranvía, el Ayuntamiento pagará a la concesionaria que se haga cargo del servicio 3,6 millones de euros al año. Ese será el tope al que podrá acceder la empresa, siempre y cuando cumpla a la perfección con todos los requisitos de calidad que imponga el Consistorio.

Para medir los parámetros de calidad, se creará un baremo que fijará diez niveles, del uno al diez. Para determinarlos se tendrá en cuenta desde los tiempos de paso del tranvía hasta la seguridad del mismo, la limpieza, el acceso a discapacitados, el buen funcionamiento del aire acondicionado, el mantenimiento, etc. Cuanto menos nota final obtenga, menos cobrará la empresa concesionaria.

Del control de este sistema se encargará directamente el Ayuntamiento de Zaragoza. Sin embargo, los usuarios tendrán un papel importante. Podrán dejar sus quejas y sugerencias que, aunque no serán vinculantes, sí servirán al Consistorio para medir el grado de satisfacción global de los viajeros. En principio no se ha estipulado una cantidad mínima a cobrar por la gestión del tranvía.

El nuevo sistema de pago para el transporte público se aplicará también a los autobuses urbanos de Zaragoza. En la actualidad, Tuzsa cobra por el número de kilómetros que haga, sin tener en cuenta otros parámetros como el confort o las frecuencias de paso, que tantas quejas levantan entre los usuarios.

A partir de 2012, cuando finalice la contrata del transporte urbano y se tenga que sacar de nuevo a concurso, la empresa que obtenga la nueva gestión de los buses urbanos cobrará con un sistema similar al que regirá el tranvía.

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