La reina Isabel II tranquiliza a sus seguidores dejándose ver al volante por sus terrenos

La reina Isabel II llegando a la inauguración del Parlamento escocés.
La reina Isabel II.
GTRES
La reina Isabel II llegando a la inauguración del Parlamento escocés.

Con todas las cámaras mirando cada uno de sus pasos, debido a que el simple hecho de que los doctores le pidan que guarde reposo ya pone sobre aviso a cualquiera en la familia real británica acerca de su estado de salud, la reina Isabel II ha vuelto a hacer gala de su lucidez y de su vitalidad para sorpresa de sus seguidores y se ha puesto al volante de su coche para reducir cualquier alarma al mínimo.

A sus 95 años, y aunque recientemente hubo de pasar una noche ingresada en el hospital King Edward VII de Londres, teniendo más tarde que cancelar varios compromisos oficiales, como sus viajes a Irlanda del Norte y a Glasgow, en Escocia, la monarca ha sido captada conduciendo por los jardines del castillo de Windsor.

Es allí donde se está refugiando cada vez que necesita tranquilizarse y alejarse del ruido mediático para poder autocuidarse, como ya le ocurrió durante los peores meses de la pandemia del coronavirus. Además, está aprovechando que aún no ha de trabajar, exceptuando un mensaje a los líderes mundiales reunidos en la COP26 contra el cambio climático (su hijo Carlos de Inglaterra es quien le ha sustituido en persona), para recargar fuerzas con ciertos placeres como ponerse al volante.

Esta reaparición tras su paso por el centro hospitalario no deja de ser anecdótica, con la soberana, con pañuelo a la cabeza por el tiempo otoñal pero también con gafas de sol, manejando por los amplios espacios al aire libre de su residencia de Berkshire el Jaguar que tiene en su propiedad.

Por ahora, no se espera que la reina acuda próximamente a ningún compromiso oficial, si bien ya ha comenzado a adelantar pequeñas tareas que se pueden hacer de forma telemática, como al otorgar al escritor David Constantine la medalla de oro de la Reina de poesía.

Además, la reina tiene muy claro cuáles son sus planes para las navidades. Según informan desde The Mirror, la soberana está "totalmente decidida" y tiene un "firme compromiso" de pasar la temporada navideña rodeada de sus hijos y sus nietos en su residencia de Sandringham, como "bálsamo" porque este año no les acompañe su fallecido esposo, el duque de Edimburgo.

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