Las relaciones entre España y Marruecos han pasado por momentos de todo tipo a lo largo de las últimas décadas, y han estado marcadas por una serie de momentos clave que han hecho que los vínculos entre ambos países sean de amistad pero también de cautela. Bajo esa premisa titula su libro Nabil Driouch (Casablanca, 1980) "La vecindad cautelosa". El escritor marroquí y especialista en las relaciones hispano-marroquíes repasa en él las relaciones bilaterales desde el fallecimiento del rey Hassan II hasta la abdicación del Rey Juan Carlos I y atiende a 20minutos para charlar sobre la obra.

Si tuviera que describir las relaciones entre España y Marruecos en tres palabras, ¿cuáles serían?

Amistad con derecho a montar broncas.

¿Está la relación bilateral en el peor momento en la historia reciente?

Estábamos recientemente en una de las situaciones más criticas de nuestras relaciones en las últimas dos décadas, pero estamos saliendo del túnel. Siempre ha habido momentos de crisis bilateral porque nuestras relaciones son unas de las más complicadas en el mundo por pertenecer a dos civilizaciones diferentes, pero ese punto debería convertirse en elemento de fuerza y no de conflicto. Tenemos que hacer una nueva lectura de nuestras historias para salir de la ecuación que ha determinado nuestras relaciones históricas: la de moros contra cristianos, fíjate que el moro podría ser a veces de religión judía.

En el libro habla de que la etapa de Zapatero fue la del "consenso", ¿por qué cree que ahora, también con Gobierno socialista, son tan delicadas?

Es cierto que ha habido un cambio generacional profundo dentro de la elite socialista; creo que la nueva generación de los líderes socialistas es menos pragmática y conoce menos a Marruecos. Creo personalmente que tienen una idea sobre Marruecos que no es verdadera, por ello ha habido una lectura errónea de varios eventos relacionados con ese país.

¿Cómo cambiaron las relaciones tras los atentados del 11-M?

Esos atentados fueron un vuelco en las relaciones bilaterales porque el estado español se daba cuenta de la importancia de la cooperación con Marruecos en materia de la lucha contra el terrorismo desde aquel día los dos países trabajan codo a codo para garantizar la seguridad de la región. Además era un momento de solidaridad entre los dos estados y los dos pueblos en este ámbito, no cabe duda de que los dos países se convirtieron en un modelo.

¿Son Hassan II y Juan Carlos I las dos figuras más importantes en las relaciones entre España y Marruecos?

Yo añadiría otra personalidad que es Felipe González. Gracias al pragmatismo político de González los dos países podían hacer un salto gigantesco en la cooperación bilateral, además el rey Juan Carlos I conocía muy bien Marruecos y facilitaba el contacto con el Rey Hassan II: los dos fundaban lo que llamamos hoy la diplomacia real. A mi juicio esas tres personalidades son los verdaderos fundadores de la cooperación bilateral tras la independencia de Marruecos.

La palabra clave del título del libro quizás sea "cautelosa". ¿Por qué esa cautela?

La cautela viene principalmente de la historia, fíjate que los grandes problemas nos vienen de los siglos pasados como la cuestión de Sahara y Ceuta y Melilla. Esos temas representan las dos grandes zonas de conflicto y de ahí viene la mayoría de los problemas. Por otro lado tenemos otras zona de cooperación bastante desarrollada, pero está impactada por la primera zona, y por ello quería subrayar que el futuro de las relaciones depende de la solución de nuestros conflictos que siempre han tenido una relación con el territorio desde la época de la reconquista. Estamos llamados a escribir nuestra propia historia sobre nuevas bases.

La inmigración, la pesca, el problema de Perejil... ¿está la relación bilateral preparada para superar cualquier crisis?

Creo que sí, la geografía y los enormes intereses que compartimos nos obligan a superar cualquier crisis, como cualquier matrimonio en el mundo siempre hay problemas y a veces traiciones, Pero en este caso la geografía nos prohíbe el divorcio.

¿Qué lecciones deberíamos extraer de estas décadas de relación España-Marruecos?

Las relaciones siempre están en una buena salud cuando domina el pragmatismo político. Una vez que se acercan a la zona de la ideología se sienten las turbulencias. Creo que la élite española tiene que conocer mejor la nueva realidad marroquí. Asimismo, los medios de comunicación españoles tienen el deber de hablar de esa realidad y dejar los clichés en el armario de la historia.

¿Y qué podemos esperar para el futuro?

Más cooperación, más conocimiento y menos ignorancia. Eso debido a que el mundo actual nos obliga a colaborar, antes mencionaba los atentados del 11-M, y no cabe duda que los terroristas aprovechaban de las crisis bilateral de aquel entonces para cometer sus crímenes. Es un ejemplo que muestra que no tenemos otra opción, pero creo que la élite de los dos países tiene que empezar a reflexionar sobre las soluciones adecuadas de nuestros problemas.