Cómo afecta a la salud el cambio de hora: accidentes de tráfico, infartos y varios días para acostumbrarnos

En España, se llevan a cabo dos cambios horarios a lo largo del año: el de verano y el de invierno. El horario de verano entra en vigor durante el mes de marzo y finaliza durante el mes de octubre, momento en el que empieza el de invierno. Concretamente, el cambio de hora tiene lugar el último domingo del mes de octubre, que este año 2020 cae el día 25.
Cambio de hora en invierno.
20M
En España, se llevan a cabo dos cambios horarios a lo largo del año: el de verano y el de invierno. El horario de verano entra en vigor durante el mes de marzo y finaliza durante el mes de octubre, momento en el que empieza el de invierno. Concretamente, el cambio de hora tiene lugar el último domingo del mes de octubre, que este año 2020 cae el día 25.

En la madrugada del sábado al domingo, este pasado 31 de octubre, a las 3 fueron las 2. Como cada año, los españoles retrasamos la aguja del reloj para entrar en el horario de invierno.

A pesar de que está demostrado que los efectos en el ahorro energético son mínimos, los que se producen en nuestro organismo son bastante más notables.

¿Qué nos provoca el cambio de hora?

A pesar de que el retraso horario el último fin de semana de octubre es el más impopular porque perdemos una hora de luz, realmente es el más liviano a nivel de efectos

María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES), explica a 20Minutos que "el cambio de hora de invierno no es el que más nos afecta, porque nos da una hora más". 

Esto se explica porque "el reloj biológico del ser humano no tiene 24 horas, sino 24.5. Siempre nos cuesta menos acostumbrarnos a que nos den una hora a que nos la quiten". "En cualquier caso, nos saca de nuestra rutina", apostilla.

La experta concreta que, en cronobiología se dice que hacen falta tres hábitos para mantener una buena higiene de sueño: sincronización, contraste y regularidad. "Con el cambio de hora la regularidad se nos va al traste porque, por ejemplo, comemos a una hora en la que no estamos acostumbrados". 

María José cuenta que el efecto es similar al del 'jet lag social', entre los días libres y los de trabajo, en los que cambia nuestra hora de comer o de acostarnos y despertarnos. "Este cambio horario hace un poco esto, nos desajusta con nuestra rutina. Por cada hora cambiada necesitamos unos cinco días de adaptación". 

Accidentes de tráfico, infartos... La letra pequeña del cambio de hora

María José explica que, "mientras nos ajustamos, normalmente hay problemas como la somnolencia durante el día si no hemos dormido bien. Esto es porque nos va a dar sueño una hora antes de lo que estamos acostumbrados, e igual por la mañana".

Esta somnolencia es una de las culpables de que, pro ejemplo, aumenten los accidentes de tráfico durante los días posteriores al cambio de hora. Según un estudio que analiza los accidentes de tráfico en España desde 1990 a 2014, se puede concluir que en los días de cambio de hora, estos aumentan.

Según el estudio, se pueden atribuir una media de 6.5 muertes al año: 23 para el cambio de primavera y 14 para el de otoño. "Los accidentes laborales, de tráfico... aumentan muchísimo por la somnolencia por el día durante la primera semana de adaptación", confirma María José.

Esto se debe, además, a que los cambios de hora siempre se producen en fin de semana, por lo que se suman los desplazamientos de los fines de semana junto al consumo de alcohol, potenciando los siniestros.

En cuanto a los infartos, según un estudio de la European Review for Medical and Pharmacological Sciences (ERMPS), los estudios disponibles y realizados hasta el momento evidencian "la asociación entre el cambio de hora y un modesto aumento de infartos de miocardio, pero solo para el de primavera".

Los cambios horarios afectan más a los ancianos y a los niños, "ya que tienen un sistema circadiano menos robusto, y siempre les va a costar más adaptarse", explica la experta. 

¿Qué hacer para evitar los efectos?

María José aboga porque, la semana previa al cambio de hora, modifiquemos 10 o 15 minutos cada día los horarios de comidas y de acostarnos y levantarnos. "Así, cuando llegue el momento, nos costará menos", argumenta.

La farmacéutica Cinfa también da, en su página web, algunos consejos para intentar paliar estos efectos. Uno de ellos sería practicar ejercicio físico moderado, moderar el consumo de bebidas estimulantes o no tomar medicamentos para dormir.

El horario de invierno, el preferido por los expertos

María José es consciente de que la postura oficial de la Sociedad Española de Sueño, la cual comparte, es la menos popular. Abogan porque el cambio de hora desaparezca y, además, nos establezcamos definitivamente en el horario de invierno.

"Hay mucha gente que quiere tener más luz, por ejemplo a nivel de turismo, pero hay que pensar que entre Baleares y A Coruña hay casi una hora de diferencia. Con el horario de verano, en invierno, en A coruña estaríamos en el trabajo y seguiría siendo de noche", argumenta María José. Y es que, en la Galicia más occidental, llegaría a amanecer a las 10 de la mañana.

La experta recalca este dato porque, asegura, "es importante recibir luz intensa por la mañana para activarnos. A nivel circadiano sería mucho mejor quedarnos en el horario de invierno", sentencia. 

María José recuerda que, por el meridiano de Greenwich, "nos corresponderían dos horas menos de lo que tenemos en verano, lo que sería un impacto social y de costumbres enorme".

Asegura que, a pesar de que "nos acostumbraríamos, estaríamos en contra de lo que pide nuestro reloj biológico. A nivel de ahorro, no supone nada significativo. Por eso abogamos por no cambiar la hora y estar siempre en el horario de invierno".

El futuro del cambio de hora

Es la Unión Europea (UE) es la que obliga a los países a cambiar la hora dos veces al año, desde el año 2000, mediante una directiva comunitaria de obligado cumplimiento. En esta directiva se especifica que "resulta importante para el funcionamiento del mercado interior seguir fijando una fecha y una hora comunes para el comienzo y el fin del período de la hora de verano aplicables en toda la Comunidad".

Pero el verano de 2018, la Comisión Europea hizo una consulta no vinculante en la que preguntaban a la población si les parecería interesante quedarse todo el año con el horario de verano.

Los países con menos luz solar votaron masivamente. El resultado fue de un 80% de votos a favor de no hacer el cambio de hora en octubre. Esto es, quedarnos para siempre en el horario de verano. Pero esto nunca se llegó a aplicar, a falta de consenso entre los diferentes estados.

El pasado 2020 se planteó otra vez dejar de cambiar la hora, pero con la llegada de la pandemia, el debate se quedó estancado. Por esto, 2021 no será el último año en el que cambiemos la hora.

Maria José asegura que no tiene claro si se acabará cambiando. Pero sí cree que "no es un tema para que cada uno decida lo que puede hacer, debería primar el bienestar y la salud de la mayoría de la población", concluye.

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