El Gobierno ha anunciado que legislará para erradicar la publicidad dirigida a los menores de edad de dulces, pastelería, helados, bebidas energéticas y zumos. Para ello prepara ya un real decreto que espera tener listo, y avalado por la UE, en 2022. Con esta decisión, el Ministerio de Consumo da el salto desde la autorregulación voluntaria de la publicidad infantil de alimentos de alto contenido en sal, azúcar o grasas, a su prohibición.

A día de hoy, en España lo que está en vigor es el Código PAOS, que desde 2005 establece un conjunto de "reglas éticas" que guían a las compañías adheridas de manera voluntaria en la promoción de alimentos y bebidas dirigidos a menores "para evitar una excesiva presión publicitaria" sobre ellos.

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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, había expresado su voluntad de limitar la publicidad en soportes y horarios infantiles de aquellos productos que no obtuvieran la etiqueta A o B en su recién creado semáforo nutricional, el polémico Nutriscore. 

Sin embargo, este miércoles Garzón ha anunciado que el Gobierno dará un paso más para intentar atajar el desproporcionado sobrepeso y obesidad infantil --que en España supera el 40% de los niños entre 6 y 9 años--  con un real decreto que prohíbe la publicidad a menores de 16 años en televisión, radio, redes sociales, webs, aplicaciones móviles o cine de todos los alimentos que la OMS considera no recomendables.

¿Cuáles son estos productos? Todos los incluidos en cinco las categorías de confitería, pastelería, bebidas energéticas, zumos y helados, con independencia del contenido de sus nutrientes. El resto , como los refrescos o los aperitivos salados, que no están en las cinco categorías citadas, también verán limitada su publicidad si superan determinados niveles de azúcares, sales o grasas. En el caso de los snacks, por ejemplo, no podrán publicitarse si contienen azúcares añadidos o 0,1 gramos de sal por cada 100 gramos.

¿Qué dice la OMS?

La OMS recomienda para una alimentación saludable que la ingesta calórica esté equilibrada con el gasto calórico. Para evitar un aumento malsano de peso, establece que las grasas no deberían superar el 30% de la ingesta calórica total. También limita el consumo de azúcar a menos del 5% de la ingesta calórica total. Como la sal (equivalente a menos de 2 g de sodio por día). Todo por prevenir la hipertensión, el riesgo de cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares.

Concretamente respecto a la infancia, la OMS ha instado a los países miembros "reducir los efectos de la comercialización de alimentos insalubres en los niños". Un paso que ya han dado entre otros países Noruega, Reino Unido y Portugal.

¿Por qué no ha funcionado el Código PAOS?

El Ministerio de Consumo considera que la autorregulación de las empresas y lo soportes publicitarios mediante el Código PAOS se ha demostrado "insuficiente" para prevenir la obesidad infantil, una condición que, además, afecta en España doblemente a las familias más humildes que a las adineradas.

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Y eso que la estrategia se reforzó en el año 2009 mediante un acuerdo con las televisiones para controlar los anuncios de alimentos y bebidas dirigidos a menores de 12 años. Y después, en 2012, para incluir a los adolescentes hasta 15 años. Pero, todo lo que se pedía a las empresas era un compromiso de no promover el consumo descontrolado de determinados alimentos no saludables y favorecer una dieta sana y equilibrada.

Carmen Pérez Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición comunitaria, reconoce a 20minutos que hace tiempo que se sabe que la estrategia que incluía el Código PAOS no estaba redundando en menores tasas de obesidad infantil en España. Sin embargo, Pérez Rodrigo duda de si la prohibición de anuncios será más efectiva: "El marketing se reinventa" asegura a la vez que recuerda que lo importante es asimilar que "el producto local y fresco es lo que debe prevalecer en la dieta diaria".