Los vecinos y comerciantes de la zona centro reclaman más policías

Los residentes del Orzán se reúnen hoy con la subdelegada del Gobierno para demandar más vigilancia ante la falta de seguridad provocada por varias pandillas de delincuentes.
Peleas con navajas a plena luz del día, droga y delincuencia, ése es el ambiente con el que cada día conviven, desde hace varios años, los vecinos y comerciantes del centro de A Coruña.

Algunas calles, como la del Orzán, en su tramo más próximo a la plaza de Pontevedra, se han convertido en el lugar elegido por pandillas de drogadictos que se sientan en los portales y entradas de comercios, beben y orinan en la calle y se enfrentan en continuas peleas. Los vecinos están hartos de esta situación y, tras haber mantenido varias reuniones con el Ayuntamiento y la Policía, se entrevistarán hoy por la mañana con la subdelegada del Gobierno en Galicia, Obdulia Taboadela, para reclamar una solución.

La presidenta de la Asociación de Vecinos del Orzán, Aure López, asegura que los vecinos se sienten desprotegidos ante la poca vigilancia policial. «Los residentes sufren muchos problemas y a partir de cierta hora tienen miedo para entrar en sus propias casas», afirma la representante vecinal.

La inseguridad ha llegado a tal punto que algunos vecinos tienen que ir acompañados por las noches para atravesar el portal de sus viviendas. Esta situación también la comparten los comerciantes de esta calle. «La prostitución no es el problema, porque están a lo suyo.

Lo peor son los que se pasan el día sentados a las puertas de las tiendas totalmente drogados y que se pelean entre ellos», asegura el propietario de un establecimiento de la zona.

Tanto los vecinos como los comerciantes creen que la solución a estos problemas estaría en una mayor presencia de la Policía Local. «Esto no se puede consentir en pleno centro de la ciudad. Si patrullasen más a menudo se acabaría todo», afirman.

Un problema de imagen

La calle Real es otro de los objetivos de los vándalos. El presidente de los comerciantes del Área Obelisco, Antonio Amor, cree que la desaparición de la Policía de Barrio ha  dado libertad a los atracadores, sobre todo al mediodía y por la noche, cuando no hay actividad comercial. «Ni los vecinos ni los comerciantes se sienten seguros. Además, también es un problema de imagen que haya gente tirada en la calle», afirma. Apunta como solución el refuerzo de las patrullas nocturnas.

«Hay muchos edificios abandonados donde viven okupas, y habría que poner fin a esa situación con urgencia». Aure lópez, presidenta de la Asociación de Vecinos del Orzán.

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