El acuerdo fue logrado por los embajadores de los Veinticinco ante la Unión Europea (Comité de Representantes Permanentes) después de casi tres semanas de arduas negociaciones y tras una pausa técnica de más de tres horas hoy en la que fueron consultadas las capitales, según fuentes diplomáticas.

El texto consensuado será aprobado formalmente mañana martes por el Consejo de la UE durante la reunión que celebran en Bruselas los ministros de Agricultura de la Unión, según las fuentes.

Con este paso, el único trámite pendiente de resolver para que puedan comenzar las negociaciones con Turquía es el de fijar el marco en el que se desarrollarán durante los próximos diez a 15 años, una cuestión que será abordada por los embajadores este miércoles. E

El texto consensuado hoy responde a una declaración de Turquía del pasado 29 de julio en la que subrayaba que la firma ese mismo día del protocolo adicional que amplía el acuerdo aduanero de Ankara a los diez nuevos socios de la UE -entre ellos Chipre- no suponía un reconocimiento formal de ese país.

Turquía no mantiene relaciones con Chipre desde 1974, cuando tropas turcas invadieron el norte de la isla para impedir su anexión por Grecia y establecieron la República Turca del Norte de Chipre, no reconocida internacionalmente.

Aunque el reconocimiento de la República de Chipre no era una condición previa para la apertura de las negociaciones con Ankara, la declaración turca causó malestar en Nicosia y en otros países como Francia y Austria.

Para satisfacer las inquietudes de Nicosia, la contra-declaración de la UE afirma que "el reconocimiento de todos los estados miembros es un componente necesario del proceso de adhesión" que comienza el próximo 3 de octubre, según las fuentes diplomáticas.

Con ello, la Unión Europea puede a partir de esa fecha exigir a Turquía que normalice "cuanto antes" las relaciones con Chipre, a la vez que deja un margen a Ankara, ya que el proceso durará años, dijeron las fuentes.

El último obstáculo para lograr un consenso sobre la declaración fue la insistencia de algunos países como Italia, Dinamarca, Suecia y el Reino Unido de vincular el reconocimiento de Chipre por Turquía con los esfuerzos de la ONU por resolver el problema chipriota, según las fuentes diplomáticas.

Chipre, que a diferencia de Ankara se opuso en marzo de 2004 al plan de reunificación de la isla propuesto por la ONU, rechazaba esa opción.

En un ejercicio de acrobacia diplomática, los embajadores resolvieron el problema cambiando el orden de los dos últimos párrafos y la redacción del que era el penúltimo, dedicado al proceso de reunificación dentro de la ONU. De este modo, eliminaron cualquier nexo entre la normalización de relaciones y los esfuerzos de la ONU y dejaron claro que el proceso de revisión que el Consejo efectuará en 2006 se referirá sólo a la normalización de relaciones y al pleno cumplimiento del protocolo de Ankara.

La contra-declaración también sale al paso de las reservas de Turquía de permitir a barcos y aviones chipriotas utilizar sus puertos y aeropuertos, al exigir un "cumplimiento pleno y no-discriminatorio del protocolo adicional, y la eliminación de todos los obstáculos a la libre circulación de bienes, incluyendo las restricciones sobre los medios de transporte".

Los embajadores de la UE deberán ahora aprobar el marco en el que se desarrollarán las negociaciones, en el que la principal dificultad es la demanda austríaca de que se mencione la posibilidad de una "asociación privilegiada con Turquía" como alternativa a la integración plena en la Unión.

Por otra parte, Viena y París quieren que el marco de las negociaciones tenga también en cuenta la capacidad de la Unión de absorber nuevos socios.

La Presidencia británica de turno de la Unión, una de cuyas prioridades es la apertura de las negociaciones con Turquía como estaba previsto el 3 de octubre, ha desarrollado en estas semanas una intensa labor diplomática para vencer las últimas resistencias de algunos de los países miembros.