Los cuatro británicos que la Policía pilló cerca del volcán de La Palma: "Intentábamos rescatar a los perros"

Localizan más de 40 terremotos durante la noche en La Palma, uno de magnitud 4,2 en Mazo
Imagen del volcán de La Palma, por la noche.
Mauricio del Pozo
Localizan más de 40 terremotos durante la noche en La Palma, uno de magnitud 4,2 en Mazo

Las autoridades canarias alertaron hace unas semanas de la peligrosidad de acercarse al volcán de La Palma sin respetar la zona de exclusión y pusieron como ejemplo el caso de cuatro ciudadanos británicos que fueron interceptados por la policía cuando se hacían fotos próximos a la lava.

Ahora, el diario Daily Mail ha entrevistado en exclusiva a los cuatro ingleses que cometieron esta imprudencia, y han explicado los motivos que había detrás de su decisión.

El líder del equipo es un entrenador personal y culturista llamado Seb Jones, de 33 años, acompañado de Andy Flavell, Tom Whaite y Zack Hurley. Los cuatro aseguran que acudieron al volcán en respuesta a las campañas de las redes sociales para rescatar a los animales atrapados cerca de la lava.

Pero no pudieron completar su hazaña: la ceniza y el humo comenzaron a afectarles y no pudieron ver ni un solo perro antes de que fueran interceptados por la policía.

"Mis amigos y yo somos amantes de los grandes animales, especialmente los perros, y vimos en las redes sociales todas las peticiones para sacar a los perros de El Paso y cómo los habían dejado. Todos somos fuertes excursionistas y aventureros, nos gustó la idea del volcán, así que fue perfecto para nosotros", dijo Jones.

"Sabíamos que podíamos entrar y acercarnos. Pero definitivamente subestimamos la magnitud del daño y lo difícil que resultaría ser", admite el fisioculturista.

Los cuatro habían dejado una casa de vacaciones en Tenerife para viajar a La Palma en ferry, que se retrasó tres horas, lo que les impidió recorrer el camino a la luz del día.

"Tan pronto como atracamos en el ferry, condujimos nuestro auto alquilado a la zona afectada de La Palma, el cielo estaba rojo sangre y se podía escuchar el rugido del volcán sobre el motor del automóvil mientras conducía", explica.

"La energía que emanaba del volcán era como algo salido de una película, teníamos prisa y nos dio ese estímulo extra que necesitábamos para la misión de rescate que teníamos por delante", añadió.

El grupo caminó durante dos horas a través de una zona que vadear a través de cenizas de hasta un metro de profundidad. Después de cuatro horas llegaron a la base del volcán donde el suelo temblaba bajo sus pies.

"El aire era espeso, como lejía o algo así, no se podía respirar, todos nos estábamos ahogando. Obviamente, sin estar preparados para el peligro real en el que estábamos, nos envolvimos la cara con camisetas y nos aventuramos cuesta arriba hacia el núcleo del volcán en erupción", relató el británico.

"Cada vez que el volcán entraba en erupción, llovían cenizas del cielo que quemaban la piel. En este punto estábamos cubriéndonos debajo de lo que quedaba de los árboles quemados que todavía estaban en pie sobre el volcán mismo, solo para salir de la caída de ceniza", explicó Jones. Finalmente decidieron abandonar su ambiciosa misión de rescate.

"Estábamos luchando por respirar en este punto, así que tomamos nuestras fotos finales y nos dirigimos hacia las casas que aún estaban en pie para continuar nuestra búsqueda de los perros abandonados de El Paso", prosiguió.

"Cuando llegamos a la carretera en la parte inferior, de hecho se podían escuchar débiles sonidos de perros aullando y ladrando en todas direcciones. Algunos sonaban cerca, otros lejos, pero todo está dominado por el rugido constante del volcán". Fue entonces cuando la policía los interceptó.

"Tenían pistolas y máscaras faciales tipo respirador. Estaban siendo agresivos y nos pusieron en fila contra una pared, gritándonos en un inglés roto y realmente no podíamos entender lo que estaban diciendo", dijo Jones.

"Todos estamos bien musculados, pero sabemos que no estamos por encima de la ley, pensamos que estábamos detenidos, así que una vez que todo se calmó, cumplimos con ellos, explicamos lo que estábamos haciendo y que obviamente nos habíamos perdido. Amenazaron con quitarnos los pasaportes y nos sacaron directamente de la zona de exclusión", añadió.

Se las arreglaron para encontrar su coche gracias a Google Maps, y lo encontraron tras dos horas a pie, dejándoles poco tiempo para tomar el ferry de regreso a Tenerife.

"El camino a casa fue largo y difícil, agotados y decepcionados por los perros, pero en realidad no podíamos creer que hubiéramos escalado y presenciado un volcán activo", agregó.

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