Un estudio descubre cómo el sentido del olfato nos advierte con mayor rapidez del peligro

Una mujer huele el interior de un cuenco, en una imagen de archivo.
Una mujer huele el interior de un cuenco, en una imagen de archivo.
GTRES
Una mujer huele el interior de un cuenco, en una imagen de archivo.

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Karolinska en Suecia ha revelado la importancia del sentido del olfato a la hora de advertir rápidamente del peligro.

A partir de dos experimentos, los científicos demostraron que los nervios de detección de olores ubicados en el interior de la nariz comienzan a procesar los olores desagradables o negativos en el momento en que se detectan, de ahí que el cuerpo tenga una respuesta más rápida que otros sentidos como la vista o el oído, que envían respuestas sensoriales al cerebro para su procesamiento, lo que retrasa el tiempo de reacción de la persona.

La investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha mostrado cómo este conjunto de nervios detectores de olores, también denominado bulbo olfatorio, es capaz de clasificar activamente los estímulos basándose en respuestas aprendidas e innatas.

Para probar la eficacia de este sentido, los investigadores reclutaron a 19 personas no fumadoras y sanas para que oliesen de forma rápida hasta seis olores diferentes, algunos más agradables como el perfume de linalol o el butirato de etilo, de olor afrutado, y otros menos atractivos.

El objetivo era medir la reactividad del bulbo olfatorio de forma no invasiva mediante electroencefalografía y poder así hacer un balance de dos tipos distintos de "ondas cerebrales" que estaban produciendo los nervios.

En un segundo experimento, el equipo evaluó en 21 voluntarios si este proceso cerebral se traducía en una respuesta corporal real y cuánto tiempo tardaba el olor en hacer reaccionar físicamente a las personas.

Los investigadores llegaron así a la conclusión de que el bulbo olfativo procesa olores agradables y amenazantes a diferentes velocidades. Mientras los malos olores solo requieren de medio segundo para alejarnos, en el caso de que el olor no sea tan malo el tiempo de reacción es mayor.

De este modo, si el olor se considera una amenaza, se envía una señal antes a la corteza motora del cerebro, tal y como explica Johan Lundström, biólogo del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska. "El bulbo reacciona específica y rápidamente a los olores negativos y envía una señal directa a la corteza motora en unos 300 milisegundos", sostiene en un comunicado.

Según Lundström, "los resultados sugieren que nuestro sentido del olfato es importante para nuestra capacidad de detectar peligros a nuestro alrededor, y gran parte de esta capacidad es más inconsciente que nuestra respuesta al peligro mediado por nuestros sentidos de la vista y el oído", concluye.

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