Sánchez afronta el Congreso del PSOE con plenos poderes y busca renovar el partido de cara al ciclo electoral de 2023

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de partido.
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de partido.
Flickr PSOE
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de partido.
Arranca el 40º Congreso del PSOE en Valencia con la "foto de la unidad".
Europa Press

Sin sobresaltos y con un objetivo claro: renovar y rearmar al partido de cara al ciclo electoral de 2023. Así afronta este fin de semana el PSOE su 40º Congreso Federal, el primero en calma desde hace más de una década y que se celebra con el secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, plenamente consolidado al frente de la organización. Con los territorios en paz y plenos poderes para componer una Ejecutiva más reducida, Sánchez quiere que el cónclave –bajo el lema "Avanzamos"– sirva para relanzar a los socialistas.

El contexto no puede ser más diferente al del 39º Congreso, celebrado en 2017 tras las traumáticas primarias entre Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, y para el que Sánchez eligió el lema "somos la izquierda". Aunque el aparato apoyó por abrumadora mayoría a la entonces presidenta andaluza, el hoy líder del Ejecutivo ganó por amplio margen y revolucionó el PSOE. Tampoco fue apacible el Congreso Extraordinario de 2014 –cuando Sánchez ganó a Madina y se estrenó el sistema de primarias–, ni el 38º cónclave, el de Rubalcaba contra Chacón en 2012. Desde 2008 no se vivía un Congreso tranquilo. 

Trece años después, Sánchez protagonizará un fin de semana en paz –quién se lo iba a decir hace cuatro años– y donde no se esperan sorpresas. Las incógnitas giran en torno a la nueva dirección socialista, donde ya se han confirmado algunos nombres pero aún se desconoce si entrarán ministros. Sea como sea, el Congreso Federal, que se celebra en Valencia, culminará la renovación que el presidente inició en verano con la crisis de Gobierno, cuando cambió a la mitad de los ministros socialistas y renovó su equipo más cercano, reemplazando a Iván Redondo por Óscar López, para reconectar la Moncloa y Ferraz.

Una dirección más compacta

Por ahora ya se ha confirmado que Cristina Narbona seguirá siendo presidenta del PSOE –un cargo sin poderes reales– y que Adriana Lastra –que recientemente perdió la portavocía en el Congreso– continuará como vicesecretaria general, centrada en tareas orgánicas. También se da por hecha la continuidad de Santos Cerdán, que sustituyó a José Luis Ábalos en la Secretaría de Organización, y es segura la entrada de Llanos Castellanos –directora adjunta del Gabinete de Sánchez en la Moncloa– como secretaria de Relaciones Institucionales, Administraciones Públicas y Justicia.

Otros nombres confirmados son los de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis –vicepresidente del Congreso, y que será responsable de Política Municipal– y el del delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, que pasa de secretario de Formación a encargado de Acción Electoral en sustitución de Paco Salazar, que formó parte del equipo de Sánchez en el Gobierno hasta la salida de Iván Redondo. El líder socialista, además, recortará la dirección: la actual tiene casi medio centenar de miembros, y aunque el plan era que cada figura fuera reconocible en su sector, en la práctica no funcionó. Tampoco cuajó la figura del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, como portavoz: tras algunos deslices, fue apartado de ese cometido y no ha vuelto a ejercer como tal.

La composición de la Ejecutiva depende en exclusiva de Sánchez, que podría optar por incluir a algunos ministros y potenciar figuras de distintos territorios de cara a futuras candidaturas autonómicas. El presidente también ha decidido situar al secretario general de los socialistas andaluces y candidato a la Junta, Juan Espadas, al frente del Consejo Político Federal –compuesto por los presidentes y los barones autonómicos–, mientras que Guillermo Fernández Vara, que hasta ahora ocupaba ese puesto, se integrará en la dirección federal.

Gestos de unidad

También el cartel del acto de inauguración –que se celebrará el sábado por la mañana– es una muestra de cómo ha cambiado y se ha recompuesto el PSOE en estos cuatro años tras la dura batalla de 2017: intervendrán los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González –muy crítico contra Sánchez en el pasado–, que estarán acompañados de Adriana Lastra y los secretarios generales de CCOO y la UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez respectivamente. 

Durante el fin de semana habrá intervenciones de los ministros socialistas –la única que no está anunciada es Margarita Robles, que no tiene carné del partido–, de presidentes autonómicos –el aragonés Javier Lambán es el único del que no hay anunciada ninguna intervención– y barones socialistas. En el capítulo de invitados internacionales, Ferraz sólo ha anunciado por ahora a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

Entre los temas que se someterán a debate figuran enmiendas que piden sustituir el término 'género' por 'sexo' y 'trans' por 'transexual', y referirse a las personas LGTBI+ o LGTBIQ como personas LGTBI, así como el traslado de algunos organismos a distintas ciudades del país, el modelo de Estado, la investigación del rey emérito, una semana laboral de cuatro días y las 'puertas giratorias'. El cónclave finalizará el domingo con un mitin de Sánchez.

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