Los Mossos han resuelto un homicidio que tuvo lugar en 2004 en Castelldefels. La unidad central se hizo cargo de la investigación a requerimiento del juzgado de primera instancia 5 de Gavà, que reabrió el caso a petición de las hijas de la víctima. 

Los hechos tuvieron lugar a las 9.30 horas del 21 de septiembre de 2004, cuando la víctima estacionó su vehículo, dejando las  llaves puestas en el contacto, en el margen del Passeig Marítim para ir a un kiosco. 

Un individuo aprovechó para intentar llevarse el vehículo. Cuando la víctima se dio cuenta intentó impedirlo accediendo al vehículo, pero no pudo, después se subió en el capó delantero, pero el individuo inició la marcha, le hizo caer al suelo y huyó. El hombre murió. 

Al día siguiente se tuvo conocimiento del incendio de un vehículo en la misma localidad. Se trataba del mismo coche que le habían sustraído a la víctima. La investigación permitió identificar y detener a la persona que había quemado el vehículo, utilizado en la escena de un crimen.

El detenido, un hombre de 52 años y de nacionalidad uruguaya, declaró ser el autor del incendio por encargo de un individuo al que no conocía, a cambio de droga. El arrestado no fue reconocido como el autor del homicidio y solo fue juzgado y condenado por los daños en el vehículo.

La familia de la víctima aportó una hipótesis que apuntaba a una posible revancha por motivos laborales como móvil del crimen. Con esta información, el juzgado encomendó la reapertura de la investigación. Esta se centró inicialmente en esta primera hipótesis, pero los avances en el esclarecimiento de los hechos descartaron esta teoría.

La nueva línea se centró en la figura y en el entorno del autor que quemó el vehículo. La revisión y el análisis de todo el expediente archivado permitió perfilar la fisonomía de una persona de la que se pudo acreditar la existencia de una relación estrecha entre los dos. Las testificales de los testimonios, sumadas a los nuevos indicios, ayudaron a concluir que esta persona era la autora del homicidio.

El identificado por los investigadores, un hombre de 42 años y de nacionalidad española, murió en octubre de 2016 mientras estaba ingresado en el centro penitenciario de Brians 2.

El 13 de septiembre, los investigadores se reencontraron con el acusado de haber quemado el coche, quien aclaró que su amigo le confesó que había sido él quien sustrajo el vehículo a una persona en el Passeig Marítim y que huyó provocando la muerte del propietario, aunque su intención no era matarlo. Aseguró que la relación de amistad entre los dos se inició tiempo después de que se produjese la muerte, circunstancia que ya estaba acreditada por los investigadores. 

Las diligencias se tramitaron en el juzgado titular de la investigación, que ha dado por resuelto el caso, que quedará archivado definitivamente ante la extinción de la responsabilidad penal por la muerte del presunto autor.