Visegrado: la 'pandilla' encabezada por Polonia que echa un pulso a Bruselas para cambiar el poder en la UE

Banderas de la Unión Europea y Polonia.
Banderas de la Unión Europea y Polonia.
Europa Press
Banderas de la Unión Europea y Polonia.

Las alarmas saltaron nuevamente este jueves en los despachos de Bruselas. El Tribunal Constitucional de Polonia falló que el derecho comunitario era incompatible con algunos artículos de la Constitución polaca y que, por tanto, los Tratados de Adhesión no eran ya aplicables en ese país.

La polémica judicial, abierta a cuenta de la oposición de la UE a la reforma judicial emprendida por Varsovia en 2015, ha seguido escalando en las últimas horas, con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, advirtiendo de que usarán todos los "poderes" disponibles para defender que el Derecho europeo prima sobre la legislación nacional.

Y es que la decisión del TC polaco es todo un torpedo a la línea de flotación de uno de los principios fundamentales de los tratados: la preeminencia del derecho comunitario sobre la legislación nacional.

Guillermo Rocafort, profesor de Relaciones Internacionales y Economía de la UE de la Universidad Europea de Madrid,

Guillermo Rocafort

  • Profesor de relaciones internacionales de la Universidad Europea,

Pulso Bruselas-Varsovia

A partir de ahora comenzará un pulso entre Von der Leyenh y el Gobierno encabezado por Andrzej Duda. Un nuevo reto en el que Varsovia no está sola: encabeza uno de los principales grupos de presión en el seno de la UE, el Grupo de Visegrado.

Guillermo Rocafort, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Europea, recuerda que este grupo está formado por Eslovaquia, Hungría, Polonia y la República Checa. Tiene sus antecedentes históricos en el pacto de cooperación que se firmó en el palacio de Visegrado en 1335, entre los reyes Carlos Roberto de Hungría, Casimiro III de Polonia y el rey checo Juan I de Bohemia. 

Pero el antecedente moderno es la cumbre de 1991 entre Václav Havel (Checoslovaquia), Lech Wałęsa (Polonia) y József Antall (Hungría), en el que los entonces tres Estados (cuatro, al dividirse Checoslovaquia en 1993) pactaron ayuda mutua para acelerar el proceso de integración europea. 

El experto señala que Polonia actualmente es el motor de ese grupo, que entró en la UE con más ventajas de las que tuvieron otros países, como España o Portugal, a la hora de adherirse al club europeo.

"La situación de Polonia es un pooco peculiar, se incorporó a la UE junto con otros diez países, la mayoría de Europa del Este, en el 2004. Fue la mayor incorporación que se ha producido en la Unión", recuerda Rocafort. 

"Entraron en pandilla, con unas condiciones y un poder de negociación bastante fuerte", agrega. "No era un solo estado, como cuando se incorporaron España o Portugal, cuando nos obligaron a grandes reformas en agricultura, pesca, ganadería, y otros sectores".

Sin embargo, los países del Este entraron con una serie de condiciones que han hecho valer desde entonces. 

Posiciones soberanistas

Se trata de unos países, apunta Rocafort, con posiciones soberanistas. Admiten que la integración les ha proporcionado indudables beneficios económicos, pero se oponen a planteamientos ideológicos en temas como el aborto o las leyes LGTBI, respecto de los cuales conservan medidas más conservadoras.

"Son los países donde más se confía en el proyecto europeísta pero desde un aspecto económico, una zona de libre comercio, unión aduanera. etc·, explica Rocafort. "Pero no han entrado en el euro, porque tampoco se fían: la entrada en el euro sería una pérdida de soberanía monetaria que estos países de Europa del Este no asumen, saben que ese es un paso de no retorno".

Este hecho, el no formar parte del euro, le da a Varsovia facilidades si un día intenta presionar con amenazas de desvincularse de la Unión Europea. 

"Han tomado la medida a la UE"

De momento, estas reacciones de Polonia ante el Derecho Comunitario deben interpretarse como "una partida de ajedrez, a nadie le interesa que Polonia deje la Unión Europea". Son presiones que también deben interpretarse como consumo interno, dirigidas a poner a prueba a la coalición de Gobierno en Varsovia.

"Hay un choque entre el poder soberanista de las naciones, muy identitarias que no van a renunciar a un sometimiento a una fuerza externa, y por otro la UE que en algunos casos se está arrogando unas posiciones de super soberanía", considera.

"Podemos decir que los países de Visegrado le han tomado la medida a la UE", añade el experto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento