La presentación ha tenido lugar en el Espacio Maqua, en el marco de la primera Jornada de Bienestar Emocional, Prevención y Autocuidado (BEPA) para jóvenes organizada por el Servicio municipal de Juventud.

El acto, de acceso restringido a personas invitadas a la jornada, entre las cuales se encontraban representantes de los centros educativos y de las AMPAs, se ha podido seguir a través del canal del Ayuntamiento de Avilés.

En los compases finales del pasado curso escolar 2021/22 se hizo llegar a los centros educativos de Secundaria de la ciudad un formulario para diagnosticar el nivel de bienestar emocional de los y las jóvenes de la ESO, especialmente en relación con los cambios sufridos en el marco de la pandemia por el COVID-19. Este cuestionario, anónimo, ha permanecido activo en la plataforma Teams durante todo el verano.

El formulario ha sido cumplimentado por un total de 477 participantes, comprendidos entre los 10 y los 18 años. Esto permite afirmar, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 5%, que los datos son representativos de la población objeto de estudio. El mayor porcentaje de participación se concentra en el grupo de edad de 13-14 años, con un 41,72%, correspondiente a los cursos académicos de 1º ESO y 2º ESO.

La evaluación de los síntomas físicos y el malestar que los participantes reconocen haber observado en los últimos meses, da como resultado que las molestias principales observadas sean dolores de cabeza, movimientos repetitivos en manos y/o pies, y menstruaciones más dolorosas en el caso de las chicas.

La mayoría de los participantes en el estudio no reconocen haber tenido pensamientos negativos o que demuestren una baja autoestima. Pero aquellos y aquellas que sí reconocen haber notado la presencia de pensamientos negativos recurrentes, afirman que los más frecuentes son los relacionados con preocupaciones por no acordarse de cosas importantes y olvidos frecuentes, problemas para conciliar el sueño y despertarse con frecuencia, pensamientos o sentimientos negativos sobre uno mismo y dificultades para relajarse.

Los resultados de analizar las alteraciones que se han producido en los comportamientos de los participantes en el estudio demuestran que los principales cambios están relacionados con el lugar en el que se producen los encuentros.

Los jóvenes reconocen que en los últimos meses han preferido pasar más tiempo en casa, antes que hacer planes que implicaran juntarse con mucha gente, así como afirman también haber dejado de acudir a bares o lugares cerrados que antes frecuentaban.

Entre las actividades principales que realizan, el ejercicio físico destaca como el pasatiempo favorito entre los jóvenes (27%), seguido de actividades como dibujar o pintar (12%), las cuales reconocen haber incorporado entre sus hábitos principales en los últimos meses. Cabe destacar que los ejercicios de relajación o respiración controlada, yoga o meditación, no son puestos en práctica habitualmente (0,6%), a pesar de que las dificultades para relajarse son reconocidas como uno de los principales problemas detectados.

Entre las sensaciones que los jóvenes participantes reconocen como más frecuentes se encuentran: cansancio, intranquilidad, nerviosismo y agobio. Algunos admiten que la situación vivida tras las crisis del COVID-19 y los cambios repentinos a los que han tenido que adaptarse de manera inmediata han hecho del curso 2020-2021 un año académico mucho más cansado que los anteriores.